FACTOR-X: 84 A 91

 

X-Factor Visionaries: Peter David, Vol. 4 by Peter David
My rating: 3 of 5 stars

Aunque este volumen de Factor-X cubre los números 84 a 89, yo voy a ampliar un poco el contenido, y voy a hablar del 84 al 91, de nuevo para dejarlo justo antes de la siguiente saga, Atracciones Fatales. Ya antes de la Canción del Verdugo Larry Stroman había dejado la serie, y Jae Lee se haría cargo de ella solo durante dicha saga, así que de vuelta a la relativa normalidad, tendríamos como nuevo dibujante a Joe Quesada, que se estrenaba con uno de los números más conocidos de la colección, la visita del equipo al psicólogo Leonard Samson, un personaje recurrente de la franquicia de Hulk, en la que podíamos ver cómo los personajes iban pasando y se iban abriendo más o menos ante Doc Samson, lo que nos permitía ir atisbando los problemas de Rahne con las figuras paternas, las dudas de Kaos, los complejos de Mercurio, la realidad tras la sonrisa de Fortachón, el drama tras Madrox y los problemas de percepción sobre su cuerpo de Lorna, abocada a una enfermedad alimentaria que, con la salida de David de la colección no mucho después, se iría perdiendo.

De vuelta a su continuidad, Factor-X tuvo que solucionar el tema de los X-Patriados, los refugiados políticos de Genosha que habían aparecido en el puerto de NY poco antes de la Canción del Verdugo, y que ahora, junto a Factor-X, iban a regresar a la isla, donde Factor-X iba a encontrarse con el nuevo régimen post Magneto (recordemos que Magneto había atacado Genosha en los primeros números de X-Men), y mientras investigan que Genosha sea realmente un lugar seguro, tendrán que hacer frente a las primeras pinceladas del Virus del Legado, que afectaba sobre todo a los mutados... y del que Jamie Madrox resultaría contagiado.

Peter David dejaría la serie en mitad de esta saga, y tendrían que ser sustituidos por Scott Lobdell, con lo que de pronto la colección perdió todo su sentido del humor y todo lo que la hacía especial, convirtiéndose en una serie X más que Quesada no tardaría en abandonar también, lo que haría que incluso a nivel gráfico, sin los estilos peculiares de Stroman o Lee, o la espectacularidad de Quesada, quedaba reducida a una serie más.

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