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viernes, 20 de mayo de 2011

ENIGMA: VOYAGEUR

            Continuamos el análisis de los discos de Enigma, y llegamos a su quinto trabajo, el polémico Voyageur. Y es que en este trabajo, Michel Cretú vuelve a sorprendernos. Si creíamos que ya Enigma había explorado todo lo que tenía que explorar, que iba a definirse, que ya había trazado sus límites, en Voyageur demuestran que estábamos completamente equivocados. Enigma vuelve a sorprendernos, vuelve a romper todo lo que creíamos conocer sobre ellos.

From East to West.

            El disco comienza con este tema, con un piano lánguido que trae unas notas distantes, lejanas, que sirven de entradilla al tema clásico con el que arrancan los discos de Enigma. Pero es sólo un espejismo, y Enigma nos demuestra que no vamos a encontrar lo que creíamos en Voyageur. Sonidos eléctricos y rítmicos hacen una aparición repentina, rompiendo el propio sonido de Enigma, cercanos al tecno más experimental, cada vez con más fuerza, mientras viajamos desde el Este al Oeste…

Voyageur.

            Y los sonidos eléctricos de From East to West dan paso al tema que da título al álbum, Voyageur. Esta vez no hay cantos gregorianos, no hay sonidos tribales, sólo música electrónica y el sonido de la voz distorsionada de Michel Cretú en el fondo, mientras Sandra Cretú actúa de nuevo como vocalista principal, con sus ya clásicos susurros, llena de sensualidad mientras nos llama. “Ven, ven a casa, viajero”, nos dice en francés, y seguimos su llamada…

Incognito.

            Para encontrarnos con el single más extraño y controvertido que Enigma incluye en este disco. Un mechero, un pitillo encendido, una calada… sirven de introducción a la canción que quizá sea la más “Enigma” de todo el disco, con sonidos oscuros, e incluso con parte de Sadeness, un eco del primer disco de Enigma, Sade dit moi… Andru Donalds vuelve a colaborar con Cretú, en un tema cargado de un erotismo extraño y oscuro, y al mismo tiempo, con un marcado ritmo pop que hace que se mueva en un terreno de difícil equilibrio. Si Voyageur es el disco que más críticas ha recibido de Enigma, desde luego, Incognitor es el tema en que se concentran la mayor parte de estas fobias.

Page of Cups.

            Esta canción, que abre con sonidos de la naturaleza que nos resultan familiares y hasta cierto punto pueden recordarnos al primer disco de Enigma, pero pronto se funden con nuevos sonidos electrónicos, innovadores dentro de lo que este grupo nos ha planteado en sus trabajos anteriores. Sandra vuelve a hacer aparición, estelar como siempre, cobrando todo el protagonismo de la canción a pesar de permanecer en un segundo plano frente a las notas eléctricas que nos guían, durante siete minutos, en un viaje con una fuerte carga sensual de mano de un peculiar Paje de Copas. La naturaleza ocupa de nuevo un lugar prioritario al final de la canción, con los sonidos de insectos que sirven de preludio al quinto tema.

Boum-Boum.

            Uno de los temas más pop de Enigma, y quizá el más comercial de toda su carrera. Ruth-Anne Boyle, la cantante de Olive, que ya participó en el disco anterior, vuelve a llevar la voz cantante a la hora de describirnos las sensaciones del amor, como se acelera el corazón. La réplica viene de la voz de Andru Donalds, que carga la canción de energía y nuevos sonidos eléctricos. Enigma consigue aquí un tema fácil de escuchar, rítmico, que podría haber llenado horas de radio, y que, acertadamente, fue uno de los singles de este disco… y lo hace sin abandonar en ningún momento el espíritu de Enigma, que percibimos en los leit motiv susurrados, la distorsión en la voz de Donalds y la propia fuerza que transmite el tema, antes de desvanecerse para dar paso a su sucesor.

Total Eclipse of the Moon               

            Un tema breve, una balada sencilla que viene de la voz de Michel Cretú, y que apenas dura dos minutos. Enigma nos trae sonidos clásicos, casi de música de cámara, en los que la voz de Cretú aparece casi de forma mágica. Cretú canta una despedida bajo un Eclipse Total de Luna, pero es una despedida breve, no es un adiós, es un hasta la vista. Un tema que hubiera sido perfecto para cerrar el disco, pero que sirve de interludio entre dos de los grandes hits que podemos encontrar en el disco.

Look of Today.

            La música electrónica vuelve a golpearnos con una aparición repentina en un tema casi discotequero, en el que Cretú, rompiendo con todo lo que nos había traído hasta ahora, alejándose de temas místicos o poéticos, hace una feroz crítica al consumismo, a las modas, a lo más comercial de la sociedad que nos envuelve. Sandra vuelve acompañar a su marido, aunque de forma breve, ya que lo hace con sólo una frase, eso sí, curiosamente en castellano, “No pienso reír”, la primera concesión que el grupo asentado en Ibiza hace a nuestro idioma.

In the Shadow, in the Light.

            Andru Donalds aporta de nuevo su peculiar voz a esta balada, una declaración de amor incondicional, “siempre estaré a tu lado, en la Sombra, en la Luz”. No tiene nada rompedor, no trae nada nuevo, una balada sencilla, pero fácil de escuchar, que se acerca a lo experimental hacia el final de la canción, con una serie de marcadas distorsiones que abren paso al siguiente tema.

Weightless.

            De nuevo, Michel Cretú actúa como puente, un tema breve, ligero, como su nombre indica, y que no es más que un puente hacia el siguiente tema.

The Piano.

            Sonidos aéreos, etéreos, abren este tema, en el que las notas del instrumento que le dan nombre van apareciendo casi por azar al principio hasta cobrar protagonismo en una melodía que pronto se ve reforzada por los leit motiv electrónicos que han marcado hasta este momento Voyageur, que se desplazan hasta el chill-out, hacia las playas de Ibiza al amanecer…

Following the Sun.

            Y así llega el Sol, que se convierte en el guía último de nuestro viaje. Ruth-Anne aparece de nuevo en esta canción, con cortes rítmicos de percusión remota, distante y la voz de Cretú recordando los sonidos tribales que ya nos trajo en temas anteriores, consiguiendo un tema redondo para cerrar el álbum. Cada vez con más energía, cada vez con más fuerza, hasta que las voces y la percusión desaparecen y la música se aleja, se aleja de nosotros de nuevo…

Hasta el siguiente disco.

1 comentario:

Sebastian Castellar dijo...

Muchas gracias por tus acertados comentarios, por ilustrar de manera muy eficiente y didáctica la música que nos gusta.