Con el amancer, se reanudó el Torneo de la Capa Azul, del que quedaban ya sólo dos rondas, siendo Ser Erwyn Aesirk uno de los finalistas. En la primera de las rondas, se enfrentaría a Ser Brandon Swann, al que batiría en el combate a espadas, mientras que la segunda ronda, la final, le llevaría a enfrentarse a un caballero que no portaba blasones ni armas familiares, y cuyo rostro estaba cubierto por un yelmo cerrado. Fusk aprovechó el momento para hacer una última apuesta con Meñique, a favor de su primo, que vivió un gran combate con el caballero blanco, aunque finalmente, el destino quiso que cayera derrotado, casi de forma accidental. El Caballero Blanco no era otra que Lady Brienne de Tarth, y ante la sorpresa de muchos, lord Renly le entregaría, en presencia de todos, la Capa Azul de la Guardia Arco Iris. Aun así Erwyn recibiría una buena recompensa económica, que compartiría con su primo Fusk, que había financiado buena parte del equipamiento que llevaba Erwyn.
Esa misma noche, después de que el Maestre Rhoynar atendiera las heridas de Ser Erwyn, Ser Uther convocaría a Rhoynar, Fusk y Erwyn, y les comunicaría la decisión que había tomado en connivencia con la Mano del Rey, el matrimonio de Fusk con Lady Rayra Bolton, la mujer a la que su padre había rechazado años atrás. Por supuesto, Fusk se opuso, pero Uther permaneció impasible en sus convicciones, y aunque Rhoynar intentó que pudieran reunirse esa misma noche con Lord Stark, la Mano del Rey estaba ocupado, y no podrían verle hasta después de que regresaran de Bastión de Tormentas. A la mañana siguiente, y junto a doscientos hombres que reforzarían la guarnición de la principal fortaleza de los Baratheon, los personajes partieron de Desembarco del Rey, dirigiéndose hacia el sur. Tras varios días de viaje, comenzaron a encontrar poblados deshabitados, en los que los habitantes habían desaparecido, muchos de ellos destruidos, pero sobre todo, con los septos quemados. El Maestre Rhoynar achacó tal hecho a los seguidores de R´hllor, el Dios de la Luz, una de cuyas sacerdotisas, Melisandre de Asshai, se había convertido en la principal consejera de Lord Stannis. Cuando llegaron a Bastión de Tormentas, se encontraron con que el castillo estaba siendo asediado, por tierra y mar, por los ejércitos de Stannis Baratheon. Tras una dura lucha en las puertas de Bastión de Tormentas, dirigidos por Uther Aesirk, los hombres de Renly pudieron atravesar las líneas enemigas y unirse a los asediados, dirigidos por Ser Othon Selmy. Othon, furioso, les contó que Ser Cortnay Penrose había abandonado Bastión de Tormentas horas antes del ataque de los hombres de Rocadragón, en compañía de Edric Tormenta. La guarnición de Bastión de Tormentas había sido abandonada a su suerte, y no habían podido avisar a Desembarco porque los hombres de Rocadragón mataban a todos los cuervos que trataban de enviar. Además, Othon estaba convencido de que había hechicería de por medio, pues los barcos habían aparecido acompañados de una espesa niebla que los había ocultado de los vigías de Bastión de las Tormentas y de la propia Tarth. Utilizando una de las salidas secretas del castillo, como la que habían utilizado Ser Cortnay Penrose y Edric Tormenta para huir, el Maestre Rhoynar y ser Erwyn consiguieron deslizarse tras las líneas enemigas, consiguiendo enviar cuervos que alertaran a Renly y lord Stark, pero en aquel momento, las tropas de Rocadragón comenzaron a alejarse. Aprovechando la retirada, Erwyn consiguió aprisionar a uno de los soldados de Stannis, pero no había mucho que pudiera contarles. Habían llegado a Bastión de Tormentas siguiendo órdenes de Lord Stannis, que aconsejado por Melisandre, buscaba algo en Bastión, algo que ya no estaba allí. Los personajes, sospechando que podía tratarse también de Edric Tormenta, se pusieron en camino prácticamente de inmediato, y el escudero Oweyn y dos batidores que habían conseguido de la guarnición de Bastión de Tormentas, encontraron rastros de Cortnay Penrose y Edric Tormenta: se habían dirigido al antiguo palacio de verano de los Targaryen, Refugio Estival.
La gran fortaleza de Refugio Estival, que había ardido tiempo atrás, acabando con las vidas del rey Aegon V y de su hijo Duncan, y que había convertido en rey al padre de Aerys el Loco, continuaba reducida a ruinas, ocupadas por vagabundos y hombres sin hogar, que se arremolinaban alrededor de sus hogueras y les miraban con desconfianza cuando se acercaron a ellos. Fusk les hizo entrega de varios venados de plata, con lo que se ganó su simpatía y su memoria. Efectivamente, un hombre que podía ser Cortnay Penrose había estado allí, junto a un niño de la edad de Edric Tormenta, pero no había hablado con nadie apenas, habían pasado una noche allí, y al amanecer habían partido hacia el sur, hacia las Marcas de Dorne. Mientras cenaban con los vagabundos, escucharon el cloqueo de un anciano ciego, que comía y escupía continuamente hierbamarga. “Caballeros… huele a acero, a sangre y a fuego…” comenzó a decir el viejo, llamando la atención de los personajes, y una de las matronas trató de hacerle callar para que no molestara a los personajes, pero Rhoynar y Fusk les pidieron que le dejaran hablar. “Recuerdo a muchos caballeros así, sí, los vi a todos juntos una vez, era yo muy niño. Yo fui escudero, ¿sabéis? Serví a Lord Paxton Cole allá en el Vado de las Cenizas. Fue poco después de la Danza de Dragones, después de Cuervo Rojo. Luego, lord Paxton Cole se arruinó, se puso del lado de quién no debía durante la Guerra de los Reyes Nuevepeniques… y nos arruinó a todos, sí, a todos. Caballeros, olor a acero, sangre y fuego. Acabaréis con nosotros, acabaréis con todos, sí, lo he visto. “Oh, sí, me harán callar, siempre lo hacen, sí, porque no les gustan mis sueños. Sueños verdes, sí. Os vi venir, siguiendo al hombre de las dos plumas (el escudo de los Penrose) y al bastardo de la Tormenta. Vinieron aquí huyendo, se marcharon de aquí huyendo. Blaise es un engorro, pronto la conoceréis. Y cuidado, porque si se hilvana a vuestra hebra no podréis deshilvanarla, aunque más adelante pudiera haceros falta, no lo dudéis. No les encontraréis, se encuentran más allá de vuestros alientos helados y del Gran Lobo del Norte. Se encuentran ya más allá del alcance del Otro, al menos de momento, aunque el Otro irá a por él… ya lo creo que lo hará… Acero, sangre y fuego, guerra y más y más fuego”. La voz del anciano se iría apagando por el efecto de la hierbamarga. Rhoynar atendería a varios de los presentes, y luego, los personajes realizarían consejo. Erwyn era partidario de dirigirse hacia el sur y seguir los pasos de Cortnay Penrose y Edric Tormenta, pero Uther y Fusk mantenían que ya habían hecho más que suficiente y que debían volver a Desembarco del Rey.
Finalmente, el criterio del heredero se impuso, e iniciaron el regreso a Desembarco del Rey. Sin embargo, en el Bosque Real fueron asaltados por una banda de ladrones, que mató a dos de sus hombres, y que amenazaba con robarles todo lo que tenían de valor, cuando les salvó la aparición de un grupo de montaraces. Estaban liderados por una mujer que se hacía llamar Blaise, y servían a Lady Rayra Bolton, que ya se encontraba en Desembarco del Rey. Blaise se mostraría muy curiosa al saber que Fusk era el prometido de Lady Rayra, e interrogó a Fusk sobre qué pensaba de su señora. Blaise se mostró bastante dispuesta, y a lo largo del viaje hacia Desembarco del Rey, no mostraría ningún reparo en dejarse seducir y seducir a Fusk, con el que tendría varios encuentros amorosos. Finalmente, llegarían a Desembarco del Rey, donde Blaise y los suyos volvieron junto a su señora, Lady Rayra Bolton, mientras los personajes se dirigían a la Fortaleza Roja. Sorprendidos, se dieron cuenta de que la ciudad estaba realizando acopio de alimentos. Los rumores decían que Sandor Clegane estaba dirigiendo bandas mercenarias y parte del ejército de los Lannister hacia Septo de Piedra, en la cabecera del Aguasnegras. Los Tyrell se reunían en Sotodeoro, pero si los Lannister se hacían con el control del Aguasnegras, el abastecimiento de Desembarco del Rey estaría comprometido. Además, Jaime Lannister parecía estar reuniendo a sus gentes en el Piedracaída, acechando así Aguasdulces.
Los personajes fueron conducidos hasta la sala del Trono de Hierro, que se encontraba desocupado, aunque lord Varys les esperaba en la sala. Varys les recibió, diciéndoles que lord Stark estaba ocupado con asuntos relacionados con el matrimonio entre Lord Renly y Lady Sansa, que ahora que la muchacha había florecido, se podría celebrar pronto, y ya que Lady Catelyn Stark se encuentra en la Tierra de los Ríos, el propio Lord Stark debe ocuparse de esos asuntos. Los pequeños Tommen y Myrcella habían sido puestos bajo el cuidado de Lady Taena Merryweather, y Gwyddion había abandonado Desembarco del Rey, aunque la Araña no sabía hacia dónde ni por qué, ya que lo había hecho tras una reunión privada con el propio Lord Eddard. Poco después de la marcha de Gwyddion, había llegado el nuevo maestre a Desembarco del Rey, Lord Qyburn (lo que sorprendió a Rhoynar, que conocía el nombre. Qyburn había sido expulsado de la Ciudadela por sus estudios sobre nigromancia, y no era un Maestre). Además, se estaba abriendo un conflicto entre Lord Eddard y el Septon Supremo y muchos de sus seguidores, que no veían con buenos ojos que el poder del rey Renly viniera de manos de un adorador de los viejos dioses… y luego estaba el pequeño asunto de la desaparición del cadáver de la Reina Cersei… El resto del discurso de Varys quedaría cortado por la llegada de lord Eddard, que ocuparía una silla unos escalones por debajo del Trono de Hierro. La noticia de la huida de Cortnay Penrose con Edric Tormenta a Dorne no hacía exactamente feliz a Lord Stark, que decidió enviar pronto a Meñique a negociar con el Príncipe Doran Martell un posible matrimonio entre Arya y alguno de los familiares de los señores de Dorne. Rhoynar mostraría su sorpresa ante la llegada de Qyburn y la desaparición del cadáver de Cersei. Sobre lo primero, Lord Stark admitiría haber reclamado él mismo a Qyburn como Maestre, ya que en aquellos momentos podría necesitar un Maestre con pocos escrúpulos. En cuanto al cadáver de Cersei… por lo que a él respectaba, y por lo tanto a los personajes, estaba muerta y enterrada, y con eso, sabían todo lo que debía saber. Tras esto, dio por terminada la reunión con los personajes, y Rhoynar acudiría a presentarse ante el Gran Maestre Qyburn, que se había instalado cerca de las mazmorras, en la Torre de Maegor. Qyburn se mostró un tanto esquivo con Rhoynar, aunque le entregó mensajes que habían llegado del norte en su ausencia: dos mensajes con el escudo de los Aesirk, y dos con los de la Casa Eld. Rhoynar llevó los mensajes con el sello de Lord Ulryk a Ser Uther, que los compartió con sus compañeros.
El primero de los mensajes decía “Salimos de Puertoescarcha en dirección al sur. El pequeño Lobo ha llamado a los banderizos de Invernalia para hacer frente a los Lannister en la Tierra de los Ríos. Los caminos hacia el Norte no son seguros, dejamos una pequeña guarnición en Corona de Hielo. Debéis permanecer en Desembarco del Rey. No volváis al Norte ahora, no hasta que el Reino se haya asentado. Lord Ulryk”. El segundo, “Llegamos a Aguasdulces. La gente de aquí aún recuerda a Erwyn, dicen que nos vendrían bien en estos momentos un centenar de muchachos como él por aquí. Los informadores dicen que los Lannister se están reuniendo en Septo de Piedra. Hay dos ejércitos, uno dirigido por Jaime Lannister y otro por Gregor Clegane. Me pregunto qué está haciendo Lord Tywin y si sería capaz de arriesgar la vida de sus nietos que aún se encuentran en Desembarco del Rey. He recibido las noticias de la decisión de Lord Stark sobre nuestro vínculo con los Bolton. Quizá sea la oportunidad de deshacer lo que se hizo hace tantos años y que tantas lágrimas nos ha costado. Decidle a Fusk que lo que haga, lo hará con mi bendición.” Cuando todos se hubieron retirado, Rhoynar se reunió con Oweyn, y le entregó los mensajes marcados con el sello de los Eld, leyéndolos, ya que el joven escudero no sabía leer. El primero de ellos, decía “Los Eld hemos sido llamados a la guerra. Los hombres de Torreblanca acudimos junto a los Mormont al Sur, tras ser llamados por el Pequeño Lobo. Hijo, las noticias del d´hainu llegaron hasta Torreblanca y Bosquespeso. Recuerda el linaje de Eld, recuerda las palabras de Maerlyn. Recuerda la Sangre de Más Allá del Muro. Recuerda el rostro de la que te llamó, porque volverá a llamarte cuando llegue el momento. El d´hainu te ha elegido, tú eres la llave. Y cuidado, una Sombra ha dejado Torreblanca, temo que Gwyddion pueda seguir tus pasos No sabes lo que ese hombre es, lo que ese hombre representa… “, y venía firmado por su padre, Lord Steffron. El segundo, en cambio, lo sellaba su madre, y decía “De la mano de Lady Helwyn de la Casa Aesirk, en Torreblanca. Has sido marcado por el d´hainu. Ahora, hunde tu propia espada en tu vientre, busca una torre desde la que saltar, o una cuerda que atar alrededor de tu cuello, y quítate la maldita vida que yo te di. Porque he visto en el Corazón Negro que la perdición del mundo llegaba de la sangre maldita de Eld. Llevas la mancha de aquel cuyo nombre no se pronuncia, hijo. Muere. Muere antes de que el mundo tenga que seguirte en tu caída.” Oweyn se mostró aturdido por estos mensajes, y Rhoynar, bastante intrigado por ellos…
La noche siguiente, lord Eddard celebraría una cena para presentar a Fusk a su futura esposa, Lady Rayra, y para despedir a Petyr Baelish, que partiría hacia Dorne. La sorpresa llegaría al descubrirse que la mujer a la que habían conocido como Blaise, era realmente la propia Rayra Bolton, ya que cuando lord Ulryk había rechazado casarse con ella para casarse con Lady Sif Karstark, realmente había roto un vínculo de matrimonio que no hubiera podido llevarse a cabo hasta varios años más tarde. Durante la cena, Rhoynar hablaría con Varys, averiguando que el cadáver de Cersei había desaparecido de Gran Septo de Baelor mientras estaba siendo atendida por las Hermanas Silenciosas, antes de que Lord Qyburn llegara a Desembarco (ya que Rhoynar sospechaba del nigromante como responsable de la desaparición del cuerpo de Cersei), y que había enterrado a una vagabunda en la tumba de la reina. Meñique enviaría fuera de la sala a Oweyn a avisar en las bodegas de que haría falta más vino, y el joven se perdería en los pasillos de la Fortaleza Roja, por lo que no estaría presente cuando las puertas se abrieran y Lord Qyburn franqueara el paso a un hombre de aspecto desastroso, vestido con las ropas de la guarnición de los Tully, y que llevaba una caja. El hombre informó de que los Lannister habían matado a todos los cuervos, pero le habían dejado marchar a él para llevar un mensaje. Eddard abrió la caja, y dentro, se encontraba la cabeza cortada y embreada de Lord Hoster Tully. Los Lannister habían tomado Aguasdulces.
Mientras, Oweyn había encontrado la sala de los dragones bajo la Fortaleza Roja, intentando encontrar las bodegas. Tras una larga búsqueda, Oweyn finalmente encontró a un criado, un anciano que le indicó el camino hacia las bodegas, y en cuando Oweyn le dio la espalda, el viejo le dio una puñalada, antes de desaparecer, tras susurrar en su oído “Valar morghulis…”
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