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martes, 15 de noviembre de 2011

IKER CASILLAS

                Cuando hace un par de semanitas escribía un post sobre Xabi Alonso, no me imaginaba yo que iba a pasar tan poquito tiempo antes de que un jugador merengue pasara por las páginas del Iconocronos. Pero las circunstancias mandan, y mañana (para mí, ya que escribo este post el viernes 11/11/11, a minutos de saber si soy inmensamente rico; hace unos días para vosotros, queridos lectores), Iker Casillas igualará a Zubizarreta en partidos jugados junto a la Roja. Así que… Damos la bienvenida a San Íker en el Iconocronos.

                Lo primero, y por muy culé que sea uno, hay que reconocer que hay gente que nace con estrella. Y Casillas tiene una estrella. Muy grande. Inmensa. Es el mejor portero del mundo, y eso, creo que es indiscutible. Y por si acaso alguien lo duda… pues oye, la Copa del Mundo del año pasado lo refrenda. Y encima, me cae bien, no tengo más remedio que reconocerlo. Vamos, que lo de llamar Iker a mi gato no es precisamente por Iker Jiménez. Y la estrella comenzó a brillar el 20 de Mayo de 1981 en Móstoles, de padres procedentes de Navalacruz (Ávila).

                Toda la carrera de Casillas ha estado relacionada con el Real Madrid, equipo en el que ha jugado desde que tenía sólo diez años, con el equipo prebenjamín, y algunos años después, en 1997, jugaba por primera vez en el primer equipo, en partidos de Champions League contra el Rosenberg en Noruega, tras las lesiones de Illgner y Contreras, aunque el titular del partido fue Cañizares. Pronto los responsables de la Roja vieron el talento en este diamante por pulir, y participaría ya en la consecución del título de campeones del mundo juveniles de 1999.  El salto a las categorías superiores fue rápido, y en 1999 debutaba en San Mamés con el primer equipo, como portero  titular.  En la temporada siguiente perdería la titularidad en favor de César Sánchez, pero una lesión de este obligó a Vicente del Bosque a devolverle a la portería en la Champions de 2001. Iker se convertiría en el gran héroe de la final de Liga de Campeones con el Bayer Leverkusen. Y desde ahí hasta hoy… todo ha sido hacia arriba.

                En los siguientes años, los finales de la época de “los Galácticos” en la Casa Blanca, los trofeos escaseaban, pero Iker se establecía como uno de los mejores porteros del panorama español. Con la llegada de Ramón Calderón a la presidencia y numerosos cambios en la plantilla, los títulos volvieron. Casillas se convertía en un indispensable del Madrid y de la Roja, y firmaba un contrato que, prácticamente, le ligaba a la Casa Blanca de por vida. Con la salida del equipo de Raúl y Guti, Iker se ha convertido en el capitán del Real Madrid, donde probablemente continúe hasta el momento de su retirada.


                Desde 2002, ha sido también el portero titular de la Roja, tras una lesión de Cañizares, y junto a ellos, ha conseguido la Eurocopa de 2008 y el Mundial de 2010, dándonos dos grandes momentos que pasarán a la historia del fútbol y de la televisión: el momento en el que alzó la Copa (que a mi aún hoy me pone los pelos de punta) y aquel beso legendario con la que es su pareja, la periodista deportiva Sara Carbonero. Iker siempre ha transmitido una imagen de chico serio, y con la cabeza muy bien amueblada, pero ha demostrado también ser capaz de hacernos reír, con sus participaciones en Torrente 3 (vale… a quien le haga gracia Torrente) o en una serie de anuncios publicitarios absolutamente geniales que protagonizó para Groupama.



                Además de todo esto, ha sido imagen de Philips, Reebok, BBVA y Mahou, con uno de los mejores anuncios que probablemente haya visto la publicidad española. Y es un actor realmente aceptable en estos ámbitos.

                Así que… no puedo decir mucho más. Simplemente dar la enhorabuena a los madridistas por poder contar con este auténtico genio bajo los palos, y confiar en que le quede mucho tiempo también custodiando la portería Roja. ¡¡Enhorabuena, Iker!!

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