El final de Asedio supuso un relanzamiento para la serie de Thor, apoyado sobre todo por la aparición de la película protagonizada por Chris Helmsworth y dirigida por Kenneth Brannagh en los cines. Obviamente, se pretendía que la película sirviera de impulso a los cómics y viceversa, y las mentes pensantes de la Casa de las Ideas decidieron que la mejor forma de hacer esto era arrancar con una nueva colección desde el número 1. Así, haría su aparición The Mighty Thor 1, con guiones de uno de los más cotizados guionistas de Marvel a día de hoy, Matt Fraction, y los espectaculares lápices del español Pascual Ferry. Pero, ¿qué hacer con la cabecera de la que ya había disfrutado el Dios del Trueno y que había alcanzado no hacía demasiado tiempo los 600 números?
Esa cabecera se convirtió en Journey Into Mistery, manteniendo la numeración original a pesar del cambio de nombre, con lo que ha enganchado directamente con la colección en la que viera la luz por primera vez Thor en el mundo Marvel, y que fuera su homónima. Aquí en España, Panini ha reunido en un solo tomo los diez primeros números de la colección (nueve de la primera saga y un point one), el que hoy nos ocupa. Lo cierto es que las críticas llegadas de allende los mares han aportado un cierto hype a la colección, ya que a alguna lumbrera se le ha ocurrido compararla con el propio Sandman de Neil Gaiman, colección que ha trascendido del mundo para convertirse en una leyenda, en un mito dentro del mundo del cómic. Así que, lo primero, hay que tratar de ser realistas: aunque este Viaje al Misterio es francamente bueno, está muy lejos de Sandman, al menos de momento. Que tampoco es posible comparar diez números con la novela gráfica en 75 entregas que fue la obra magna de Gaiman.
Y realmente, lo cierto es que Marvel arriesgó poco con el equipo creativo de la colección. El guionista británico Kieron Gillen ha estado realizando trabajos “secundarios” en Marvel, y ha saltado ahora a la palestra al ocuparse en solitario de La Imposible Patrulla-X, una de las colecciones de mutantes resultantes del Cisma. Y ya anteriormente, había guionizado algún número “de relleno” entre las etapas de Straczinsky y Fraction en Thor, con bastante buen resultado, la verdad. El dibujante elegido para acompañarle fue Doug Braithwaite, que se diera a conocer trabajando con Alex Ross y Jim Krueger en los proyectos Universo-X y Justicia, y que, al igual que Gillen, ya había realizado algún número para Thor, donde su estilo, fantástico y casi medievalista, encajaba bastante bien con las historias de los dioses de Asgard. Como veis, el tándem Gillen-Braithwaite no supone nada rompedor, y ambos habían tenido un éxito relativo en sus apariciones anteriores.
Pero desde luego, Gillen y Braithwaite han hecho un trabajo más que importante. No me atrevería a decir (ni mucho menos) que pasará a la historia, pero desde luego que es de lo mejorcito que ha pasado por mis manos últimamente. Y es que han sabido elegir muy buenos juguetes con los que jugar. Con Thor como protagonista (obviamente) de la colección a su nombre, había que encontrar unos protagonistas adecuados para esta nueva saga. Y el elegido para encabezar el reparto ha sido ni más ni menos que en nuevo Loki, el niño en el que ha vuelto el espíritu del Dios del Engaño, caído en Asedio. Y Gillen demuestra que sabe manejar a este personaje con gran habilidad, y reconozcámoslo, hacer creíble la actual situación de Loki, no es fácil.
Esta primera saga de Viaje al Misterio se enclava dentro de los acontecimientos de Miedo Encarnado (no podía ser de otra manera, ya que el peso de la saga estaba en un dios asgardiano), y nos muestra como Loki se ha movido en segundo plano y a su estilo para reunir un grupo de pintorescos aliados (entre los que destacan las Disir, que fueran creaciones de Gillen, las primeras valquirias) y retorcidas estrategias con las que refuerza la lucha de Thor contra la Serpiente. Y lo hace con un estilo narrativo completamente literario, y es quizá en esto en lo que sí que recuerda de cierta forma a Sandman, en el estilo que Gillen ha utilizado para contar su historia, para presentar sus tramas, sus trasfondos, sus personajes… Y llevarnos a un punto donde el guionista se atreve incluso a hacer algo de metaliteratura, con una imaginativa resolución de los dilemas de Loki y de la espada del propio Surtur.
Un tomo muy a tener en cuenta, una lectura que merece la pena.
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