Inferno
había sido, obviamente, un gran proyecto, y si normalmente tras cada gran
evento, Claremont decidió dedicar parte de su tiempo y su trabajo a los números
dedicados al equipo, a los personajes, que tanto marcaron la historia de la
Patrulla-X y el hacer de este guionista a los mandos del equipo. Los números de
partidos de baseball, de compras, de bar… Y tras una saga de la extensión y el
peso de Inferno, Claremont decidió dedicar dos números a que sus personajes
pudieran desarrollar aquellas facetas que no se veían tanto en misiones o en
combate. Así, en los números de X-Men que siguieron a Inferno, Claremont
dividió al equipo según la vieja idea de “Chicas por un lado y chicos por otro”,
y mientras en el X-Men 244, las chicas se iban de compras y de fiesta a una
zona comercial, en el 245, los chicos se iban de bares. Por supuesto, no todo
sería tan fácil como parecía al principio, y Mariposa, Tormenta, Pícara y
Dazzler terminaron haciendo frente a remanentes de tecnología “demonizada” en
manos del Equipo M (un grupo de investigadores que habían sufrido un destino
incierto en Inferno); Coloso, Lobezno, Kaos y Longshot se encontraban haciendo
frente a una invasión extraterrestre… que satirizaba uno de los grandes eventos
de DC: INVASION! Como puntos a destacar, en “Noche de Damas”, Claremont y
Silvestri presentan por primera vez al que se convertiría en uno de los
personajes protagonistas de muchos momentos célebres, Júbilo, a quien Pórtico
permitiría seguir a las chicas hasta el complejo australiano de la Patrulla. Y
el número de “¡Hombres!” destaca por estar dibujado por el polémico Rob Liefeld
(sí, por el mismísimo ROB!), y porque en la reunión de razas extraterrestres
que planean invadirnos, podemos ver a un montón de invitados especiales: Darth
Vader, Alf, Jabba el-Hutt, Bobba Fett, E.T, Yoda…
Tras
su participación en Inferno y un breve descanso, la Patrulla se vio metida de
forma tangencial en la saga veraniega de 1989, ¡Atlantis Ataca!, en su Annual
13, con guion de Terry Austin y dibujo de Mike Vosburg, una historia un poco
deleznable, que contaba además con un complemento sobre Júbilo de manos de
Sally Pashkow y Jim Fern. Y tras estas historias, Claremont se lanzaría muy en
serio con la que sería una de sus “no sagas” más particulares: la destrucción
de la Patrulla-X. Así, literal, como suena. Tras haberles hecho morir a ojos
del mundo en La Caída de los Mutantes,
Claremont parecía dispuesto a deshacerse de todos y cada uno de los miembros de
su alineación. Uno por uno, los miembros de la Patrulla irían “sufriendo” las
atenciones del patriarca mutante. La amenaza de los Cosechadores, a los que la
Patrulla había expulsado de su refugio australiano, ahora dirigidos por el
viejo Rey Blanco, Donald Pierce, y con Dama Mortal y sus seguidores (Reese,
Cole y Macon) como nuevos efectivos, comenzaría a cernirse en el horizonte, y
las visiones de Mariposa Mental cada vez lo dejarían más claro. Si la Patrulla
se enfrentaba a los Cosechadores, morirían.
Pícara
sería la primera en salir del punto de mira. La Patrulla (con Lobezno fuera)
tendría que hacer frente a la fusión entre Nimrod y el Centinela Molde Maestro
en una batalla sin parangón en las calles de Manhattan, batalla en la que
moriría la prometida del propio Senador Kelly, y en la que, para acabar con la
amalgama asesina, Pícara/Carol Danvers, la arrastraría hasta el Portal
Peligroso que Roma les había entregado. Longshot sería el siguiente en
marcharse, sumido en dudas sobre su integridad y su alma tras lo ocurrido en
Inferno, pero el gran golpe para la Patrulla llegaría de manos de un enemigo un
tanto absurdo: Nanny, y su seguidor, Creahuérfanos. Los dos peculiares personajes
atacarían a la Patrulla-X, consiguiendo dominar y rejuvenecer a Mariposa, Kaos
y Dazzler… La intervención de Júbilo (cuya presencia sigue siendo un misterio
para los X-Men), Coloso y Tormenta liberará a sus compañeros, y pondrán en fuga
a Nanny y Creahuérfanos, con Tormenta persiguiéndoles… Turbado por la situación
y las drogas de Nanny, Kaos dispara para derribar a Nanny, alcanzando la nave…
y encontrando a Tormenta muerta entre los restos de la nave. Así, de pronto, la
Patrulla se encontraba sin sus dos “almas”. Lobezno, ocupado en su propia
serie, y Tormenta. De la formación del Giant-Size 1, sólo Coloso continuaba en
el grupo. Y además de todo lo que esto significaba a nivel de guion y de
historia, a largo plazo sería incluso más relevante para la propia historia del
cómic que el número 248 de X-Men, con la muerte de Tormenta y el abandono de
Longshot, sería dibujado por un recién llegado, Jim Lee, a quien se daba así
una oportunidad para ver cómo funcionaba. Las repercusiones de la llegada de
Jim Lee las veremos más adelante y con profundidad…
Pero
las desgracias no habían acabado para la Patrulla. Una misteriosa llamada
procedente del Sur de Chile (y cuya autora es ni más ni menos que Lorna Dane,
que parece haberse librado de Malicia), lleva a la Patrulla-X a un nuevo viaje
a la Tierra Salvaje, donde se enfrentan a Zaladane, la antigua sacerdotisa de
Garokk y ayudante del Alto Evolucionador, que aliada con Niñolisto y los
Mutados de la Tierra Salvaje, que absorbe los poderes de Polaris, planeando
amenazar al mundo con ellos, y revelando que es hermana de Lorna Dane. La
Patrulla vencerá se deshará de Zala y sus seguidores, liberando también a
Ka-Zar y su gente, pero las visiones de Mariposa continúan… si vuelven a
Australia, morirán en manos de los Cosechadores.
Y
así es como Claremont pone punto final a la última parte de su proceso de
deconstrucción de la Patrulla. Y lo hace acudiendo a una narrativa en
retrospectiva, porque nos encontramos a Lobezno prisionero de los Cosechadores,
y no hay rastro de los X-Men. A partir de las visiones de Lobezno, cruelmente
torturado por Donald Pierce, descubriremos que, por miedo a los Cosechadores,
Mariposa Mental convenció a Dazzler, Kaos y Coloso para que cruzaran el Lugar
Peligroso, atravesándolo luego ella misma, dejando a los Cosechadores con dos
palmos de narices. Eso suponía nuevas vidas para ellos si superaban el juicio
del Lugar Peligroso, tal y como Roma les había ofrecido… pero dejaba a Lobezno
en una tesitura de lo más incómoda.
Y
sólo con el inverosímil apoyo de Júbilo…
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