Magia, lucha, rol y aventura
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(Creo que) Mi primer Libro Juego. |
Que soy un fan incondicional de este tipo de libros es
algo que es evidente. Así que hoy quiero recordar brevemente uno de los
primeros (o el primero) que tuve en mi poder. Se trata de “La Fortaleza de
Alamut”, primer libro de una serie titulada “La Saga del Cruzado”
Este libro me lo compró mi hermano hace la tira, como es
lógico. Era como un “Elige tu propia aventura” pero con un toque distinto. Tan
distinto que aquí teníamos peleas y podíamos portar objetos, aparte de ser
muchísimo más largos de leer.
De este en particular os voy a hablar de recuerdos, ya
que no sé por dónde anda (cara triste) y no podré echar mano de él para
refrescar la memoria. Solo recuerdo que eran muy muy pocas las veces que podías
morir directamente (que las había, por supuesto). Lo más normal era morir a
causa de un combate con cualquiera de los bichejos que pululaban por la
historia. Y es que en este libro teníamos una ficha de personaje. Con
parámetros como fuerza, resistencia, etc… y una mochila donde podíamos llevar
(creo que) cinco objetos. Aparte de las armas y escudos para sumar y restar en
nuestros combates.
Los combates vienen a ser por turnos y con tirada de
dados. No recuerdo exactamente como eran, la verdad, pero no era difícil morir
en el intento. Aparte tenía una cosa que me encantaba y era que una vez
avanzabas y tal te preguntaba “¿Llevas algo para comer? Si es así, réstalo de
la mochila y suma 1 punto de resistencia. Si no es así, resta 1 punto a tu resistencia”.
Y es que, si no comes y descansas, pues como que te afecta. Que eres una
persona, no estamos hablando de robots. Las peleas se hacían con tiradas de
dados… y si no tenías dados, en el pie de página estaban dibujados. Así abrías
aleatoriamente una página y esa era la tirada. Una genialidad, la verdad.
De los dibujos recuerdo también poco, muy poco. Solo me
viene a la cabeza el típico mago con su barba blanca y un par de
hombres-lagarto que se estaban comiendo lo que parecían ser unas cucarachas
enormes. Aparte de una especie de babosa gigante… que daba un ajco tremendo
(aunque aquí puede que esté mezclando libros). Eran los típicos de esta época
ochentera. En blanco y negro y muchos (los más pequeños) se repetían. Pero
tenían un encanto muy particular.
El libro es el típico de fantasía épica, donde eres un
caballero que tiene que llegar a cierto lugar y bla bla bla… vamos, una
historia trilladísima y que sirve de excusa para proponernos un mundo de
fantasía llena de peligros y todo tipo de monstruos. Por cierto, el final bueno
siempre era el mismo y, aunque podías llegar por distintos caminos, este no
variaba en nada. Eso sí, te emplazaba a comprar la segunda parte… de la que ni
recuerdo el nombre y nunca tuve.
A diferencia de los “Elige tu propia aventura”, este no
iba por páginas completas. Más bien te movías por “secciones”. Antes del texto
aparecía un número. Empiezas desde el 1 (cómo es lógico) y luego vas yendo
donde te diga tu elección. Cada página podía tener 1, 2 o 3 secciones con lo cual
la sensación de amplitud es mucho más grande que con un “Elige tu propia
aventura” normal. Al final de cada texto venían las diferentes opciones a
elegir y te movías a la sección correspondiente. Aunque no siempre era así, ya
que para poder moverte necesitabas una llave u objeto que deberías llevar en el
inventario. Como veis, era mucho más interactivo que los añorados libros rojos.
Y hoy me he parado en este como comienzo, pero pienso homenajear muchos más
(teniendo en cuenta que Tomás me ha regalado una pila de ellos).
Y desde aquí quiero reivindicar este tipo de libros, que
eran una gozada y que a día de hoy ya no se publican… ¡Un momento! ¿Qué han
salido un par de ellos hace un mes? Pues sí, esperemos que sea el inicio de
volver a algo tan sano y divertido como era jugar con nuestra imaginación entre
un montón de páginas…
¡¡Felices Pesadillas!!
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