Hay series y personajes que, por el motivo que sea, se convierten en objeto de devoción y pasión por parte de los fans. Fuera de los circuitos más "habituales", me refiero. Así, recuerdo en los foros de Marvel a Gritos escuchar a muchísima gente con auténtica devoción por las sagas más bizarras de los Defensores. Estaban los Vengadores, estaba la Patrulla-X, por supuesto, incluso los Cuatro Fantásticos... pero ahí estaban. Los Defensores.
Creo que en la historia actual del cómic, ese papel lo cumplen los Jóvenes Vengadores de Heinberg y Jimmy Cheung. Si seguís este blog habitualmente, ya habréis leído varios comentarios sobre lo que opino de la primera parte de esta serie, la original. Que luego la cagaron en La Cruzada de los Niños, sí, pero ahí seguían los Jóvenes Vengadores, objeto de culto actual. Y con Marvel Now! tuvieron una nueva oportunidad. No sería la encarnación "clásica del equipo", pero sí varios de sus miembros originales, y no estaría a cargo de sus creadores originales sino de uno de los fichajes punteros de la actual Marvel, Kieron Gillen, y de uno de sus colaboradores habituales, Jamie McKelvie. Gillen acababa de concluir una de las mejores tramas del cómic contemporáneo en su Journey Into Mistery, protagonizado por Loki. Así que Gillen se llevó a Loki y sus tramas a Jóvenes Vengadores, y allí, continuó desarrollando el sino las tramas, sí la evolución del personaje de Loki, convertido en punto central de la serie.
Gillen y McKelvie reúnen un particular equipo de héroes adolescentes: Wiccan y Hulkling (el auténtico alma de los Jóvenes Vengadores es sin duda esta pareja), Ojo de Halcón, Noh-Varr, Miss América Chávez y el propio Loki se convierten en los protagonistas de una serie que los propios autores tildan de "pop". No soy de poner etiquetas, muchas se me escapan. Pero desde luego, Jóvenes Vengadores es una historia irrespetuosa, no con el lector, pero sí con las formas del mundo del cómic. Las viñetas se pueden disolver en la página, o convertirse en celdas, hay páginas que son más juegos o ilustraciones que propia narración tal y como habitualmente la entendemos; y Gillen se atreve a contar un historia protagonizada por auténticos adolescentes, con todas sus contradicciones coyunturales.
Durante la serie, de duración limitada, Gillen y McKelvie enfrentan a los Jóvenes Vengadores a una criatura llamada "Madre", un ser extradimensional que amenaza nuestra realidad, y a la que sólo los jóvenes parecen poder enfrentarse, llamada por Wiccan, y que parece obedecer a cuestiones más grandes que el propio ataque de esta criatura diabólica. Madre, los Jóvenes Vengadores Oscuros, el Patriota... serán solo algunos de los adversarios a los que Gillen y McKelvie harán que sus chicos se enfrenten, en una historia que se desenvuelve y se concentra una y otra vez sobre el que es su auténtico centro: Loki.
Una serie que me parece imprescindible, y que sin lugar a dudas, da para una segunda relectura, y una tercera.
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