Eres tú el príncipe azul que yo soñé...
Todos sabemos de qué cuento viene esta frase, y los cuentos, cuentos son, y a todos nos los han contado de la misma manera... o no.
Porque la mismísima Disney ha llegado para darle una vuelta al uno de sus mitos, La Bella Durmiente, y lo hace a través de imagen real y poniendo el centro de la película en un ángulo diferente: el de la perspectiva de Maléfica, el hada malvada (con ese nombre no le quedó más remedio) que lanza la maldición sobre Aurora.
Así, descubrimos la historia de Maléfica anterior a su transformación en el hada malvada que la primera producción de Disney nos presentó, acudiendo a una relación poco prometedora con el muchacho que se convertirá en el padre de Aurora, siendo el odio hacia este el motivo por el que la pobre niña recibe la maldición que la condenará a un sueño parecido a la muerte cuando se pinche con el uso de una rueca, al cumplir los dieciséis años del que sólo la sacaría un beso de amor verdadero, aunque eso sea algo en lo que Maléfica ya no se decide a creer.
Con Maléfica, Disney ha llevado a los cines una película familiar con una duración perfecta (un poco más de hora y media, que ahora cada vez que va uno al cine parece que tiene que disponer de tres horas), que le da una vuelta de tuerca más a la Bella Durmiente, y donde el mayor atractivo de la peli es, en muchas facetas, Angelina Jolie, que sale básicamente perfecta. La trama es entretenida, los efectos especiales no cantan demasiado, la banda sonora es una pequeña joya (obra de James Newton Howard, genial), la película es equilibrada en todos sus aspectos (tensión, romance, acción, drama...)
Una gran película, y una gran decisión ir a verla.
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