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martes, 24 de junio de 2014

SOBRENATURAL TEMPORADA 8

Bueno, pues esta semana he terminado de ver Sobrenatural, y voy a contaros un poco... como dicen por ahí.



Cuando hace ya unos pocos años empecé a ver Sobrenatural no sabía en lo que me estaba metiendo, desde luego. Me pasó un poco como con Smallville, que coges la serie con cuatro o cinco temporadas, las ves de golpe, y de pronto... a esperar las temporadas en la tele. Y a estas alturas, la saga de los hermanos Winchester no puede menos que estar a la altura de su propia épica.

Y es que pasados aquellos primeros episodios de aventuras independientes (de nuevo, me recuerda muchísimo a Smallville en eso), desde hace ya varias temporadas la serie se encuentra inmersa en una metatrama de grandes dimensiones, donde los contendientes más importantes son ni más ni menos que el Cielo y el Infierno, y con los Winchester en medio. Al final de la séptima temporada, nos encontrábamos a los hermanos exiliando a los Leviatanes al Limbo, arrastrando tras ellos a Castiel y al propio Dean... y en el principio de la octava temporada, nos encontramos con un salto cronológico de un año, y con Sam rehaciendo algo parecido a una vida normal... hasta que Dean, acompañado por un peculiar personaje, vuelve del Limbo para retomar su vida de cazador.

El regreso de Dean supone la vuelta de Sam a la caza, el retorno de los hermanos a la lucha contra lo Sobrenatural que da título a la serie, y aunque continúa con su formato de metatrama repartida entre episodios independientes (hay uno buenísimo sobre los juegos de fantasía en vivo), la metatrama sigue apareciendo y en esa ocasión, los hermanos tienen un objetivo que puede cambiar para siempre la faz del mundo: quieren cerrar las puertas del Infierno, dejando dentro a todos los demonios. Evidentemente, Crowley y sus seguidores no están muy de acuerdo... y parece que el Cielo tiene sus propios planes, donde los Winchester no terminan de salir bien parados.

Así que Sam y Dean tienen que hacer frente a la descomposición de su propia relación, a la lucha por las tablas que contienen el hechizo que cierra las puertas del Infierno, a las pruebas que deben realizar para conseguir su objetivo, y a los propios recuerdos de Dean sobre el Limbo y su lucha contra los Leviatanes. Así, con Castiel como tercero en discordia (o en concordia a veces), los Winchester siguen haciendo frente a ángeles, demonios, vampiros, genios, hadas,viajes en el tiempo y todo tipo de eventos.

Evidentemente, Sobrenatural no es una de esas grandes series que marcan época, no es un Juego de Tronos, o la tan elogiada Breaking Bad... ni es su intención. Pero desde luego, como entretenida, no hay muchas series que puedan serlo más.

Y vaya final de temporada... vaya escenón...


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