Hace ya unos meses, el 17 de Febrero, más exactamente, realicé para el Iconocronos un análisis completo de Crisis Final, así que, aunque la historia de Batman RIP continúa directamente en Crisis Final, no voy a volver a analizar por completo la saga, pero si la participación del Murciélago en ella, para poder seguir la pista de Batman y de lo que Morrison tenía previsto para él.
Como vimos al final del último artículo, tras Batman RIP y mientras está investigando la influencia del demonio Barbatos en su pasado y trata de deshacer el daño causado a la reputación de los Wayne con las difamaciones vomitadas por el Doctor Hurt, acusando a Thomas y Martha Wayne de mil y una salvajadas, Batman es reclamado por Superman, su compañero de la Liga de la Justicia para investigar el asesinato de un dios. De un Nuevo Dios, en concreto. Alguien ha matado a Orión, y la Liga de la Justicia debe investigarlo. La muerte de un Nuevo Dios hace que los Guardianes decidan aislar la Tierra, y los propios Alpha Lanterns son enviados a dirigir la investigación. Batman determina que Orión ha sido asesinado de un disparo, y una prospección arqueológica en el lugar demuestra que una bala especial estuvo allí… cincuenta años atrás. Alguien disparó una bala hacia atrás en el tiempo, una bala que mató a Orión y luego se detuvo, cincuenta años en el pasado. Esencia de bala, el ideal de una bala materializado, por así decirlo, forjada en radión, un material “teotóxico”, capaz de matar a los dioses. La Alpha Lantern Kraken acusa del asesinato a Hal Jordan, pero Batman descubre que se trata de una farsa, y que la propia Alpha Lantern Kraken ha sido poseída por uno de los dioses de Apokolips, la Abuela Bondad. Sin embargo, no puede transmitir esta información a sus aliados, pues la Alpha Lantern Kraken le noquea.
Todo esto podemos verlo en la propia serie Crisis Final, pero lo que ocurre cuando Batman es capturado, ya se desarrolla en los números de la minisaga Extremaunción, dentro de la franquicia del propio Murciélago. Así, sabemos que, basándose en la mente de Bruce Wayne, y dado que es invulnerable a la Ecuación Antivida, dos de los sirvientes de Darkseid, el Doctor Simiesco y Mokkari, tratan de crear una nueva raza de “clones” de Batman para crear un ejército perfecto. Para ello, Simiesco y Mokkari conectan a Bruce a una criatura llamada Lump, que afecta y retuerce los pensamientos de Batman, intentando rendirle, lo que Morrison aprovecha para hacer un repaso muy interesante al pasado de Batman, y a algunas alternativa que podrían haber ocurrido. Pero la mente de Batman es demasiado fuerte, y finalmente, Lump, se vuelve contra sus propios amos, que se ven obligados a huir, liberándose así Batman, tras más de veinte días de estar encerrado bajo el dominio de Darkseid. Mientras él estaba encerrado, Darkseid prácticamente ha conseguido sus objetivos, y la realidad se desmorona alrededor del dios caído y de la Antivida. Batman deambula por los túneles del refugio de Darkseid, situado bajo las ruinas de Blüdhaven, y encuentra su equipo, su cinturón… y en él, la Bala, la bala con la que Darkseid disparó a Orión a través del tiempo. Batman, armado con una pistola (un arma que siempre ha despreciado, desde que mataron a sus padres con una), y con una sola bala, se planta ante Darkseid, y dispara. Darkseid es herido por Batman (un mortal hiere a un Dios, no lo olvidemos), pero no puede evitar ser alcanzado por la Sanción Omega de Darkseid, que le lanza hacia atrás en el tiempo, mientras Darkseid prepara una Caja de los Ancestros, cargada con un Hiperadaptador, una criatura que se alimenta de la propia energía Omega generada por Batman al viajar a lo largo del tiempo…
Superman, que llega en ese momento, en el momento de la desaparición de Batman, emerge con un cadáver, el cadáver de Bruce Wayne envuelto en el traje de Batman. Darkseid es derrotado por Superman y los Flashes, y la Tierra se salva… pero Batman, para todos, continúa muerto. ¿La verdad? Ha viajado hasta la prehistoria, donde se ha encontrado con el anciano Anthro, a quien ha mostrado la señal de la resistencia a la Antivida (una versión esquemática del propio emblema del murciélago).
Pero para todos, Batman ha muerto. Y hay un hueco que llenar.
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