A
pesar de lo muchísimo que tengo por leer, y por escribir, y por hacer en
general, hace poco comentaba con Darthni las muchas ganas que me estaban
entrando, y cada vez más, de hacer un alto y dedicar algo de tiempo a echar la
vista atrás y releer una vez más los cómics de la Patrulla-X (en principio, sé
que cada vez que arranco con la Patrulla, termino dándole un leída a casi todo
lo de Marvel que sigo), empezando por lo que, para mí, es el principio: Segunda
Génesis, o sea, el legendario Giant-Size
1. Y tras darle vueltas y vueltas, y ver la lista de libros, y de cosas por
hacer… en fin, en todo momento en la vida de un friki tiene que decir “A tomar
por culo”. Así que lo dije, y saqué del estante correspondiente los primeros
tomos del coleccionable que Planeta editó cubriendo la etapa de Patrulla-X que iba entre Segunda Génesis
y La Caída de los Mutantes.
Hay
historias que con el tiempo pierden fuerza. Hay otras que no, que aguantan una
relectura tras otra con la misma calidad que la primera. Pero hay algunas, muy
pocas, que no solo aguantan una relectura, sino que mejoran con los años. Y al
menos con la parte de la colección de la que hablamos hoy, aquella época genial
que fue desde Segunda Génesis a La Saga de Fénix Oscura, es así. Un clasicazo,
con Len Wein y sobre todo Chris Claremont en los guiones, y Dave Cockrum y John
Byrne a los lápices, que en su momento redefinió el mundo del cómic y que aún
hoy es un punto de referencia dentro del Noveno Arte.
Y
es que los X-Men no pasaban por sus
mejores momentos cuando Marvel decidió dar un giro completo a la fórmula de la
Patrulla-X, un remozamiento completo del equipo, que quedó cambiado de arriba abajo,
un cambio de paradigma que quizá sólo sea comparable (y salvando mucho las
distancias) con los cambios realizados por Bendis en sus Nuevos Vengadores,
muchos años después. Así llegó el Giant-Size
1, con guion de Len Wein y dibujo de Dave Cockrum, en un momento en el que
la serie X-Men llevaba ya un largo tiempo cancelada y vivía de volver a editar
materiales antiguos de la serie. Y fue un puñetazo encima de la mesa en toda
regla. Nos encontramos a la Patrulla-X clásica desaparecida, a Cíclope y a
Xavier reclutando a mutantes por todo el globo y haciendo frente a una amenaza
sorprendente, la propia isla mutante de Krakoa (nombre que recuerda el suceso
histórico de la explosión del volcán de la isla Krakatoa) y al abandono de la
Patrulla de sus componentes clásicos, con la excepción de Cíclope, que se queda
para dirigir un nuevo grupo en el que hacen su primera aparición personajes que
hoy son leyenda: Tormenta, Coloso, Rondador y Ave de Trueno, a los que se unen
un Lobezno que había tenido su primera aparición en Hulk de mano de Len Wein y
del que aún no se sabía nada, y viejos conocidos de los X-Men, Banshee y Fuego
Solar, que se marchará pronto.
Esta
nueva Patrulla-X sería el material con el que se encontraría Chris Claremont y
con la que empezaría a trabajar desde el principio lanzándose a la tarea de
sorprender al lector, creando historia en el transcurso. Aparecieron amenazas
como Nefaria o Eric el Rojo, vimos la muerte de Ave de Trueno en un sacrificio
que recuerda poderosamente a la muerte de Bucky y la desaparición del Capitán
América, y comenzó a desarrollarse la relación entre los miembros de esta nueva
Patrulla-X, convertidos poco a poco en algo más que una familia. Magneto
tendría también un lugar preferente, como antagonista clásico de los hombres de
Xavier, pero las tramas y los dibujos darían un salto exponencial con la
llegada a la colección de John Byrne. Y es que el Byrne que podemos encontrar
en X-Men probablemente sea el mejor Byrne, con una forma de dibujar inimitable,
un estilo muy particular, y una composición de viñetas que sólo Byrne podía
llevar a cabo. Y además, las sagas se encadenan de una forma brillante: aparece
Alpha Flight, se produce uno de los más clásicos enfrentamientos entre Magneto
y la Patrulla-X en el fondo de un volcán en la Antártida, hace su aparición
Proteo… y sobre todo, la Saga de Fénix Oscura, probablemente lo más atrevido
que se había hecho hasta el momento en el mundo de las viñetas.
Supongo
que nunca podré ser ecuánime con esta historia. Aterricé en los mutantes cuando
era muy muy pequeño, y fue con un número de esta saga, precisamente la primera
aparición de Dazzler (también Kitty Pryde haría su primera aparición en estos
números), y viví como el evento más fantástico del mundo el enfrentamiento
entre Fénix y La Reina Blanca. Jean Grey se convirtió en ese momento en mi
personaje favorito, y lo ha sido y lo será siempre. Y leer la Saga de Fénix
Oscura, la historia de la corrupción y regeneración de un personaje, su
sacrificio último ante la imposibilidad de la redención… Es algo que a día de
hoy, aún me sigue poniendo los pelos de punta.
Fuego.
Vida Encarnada
Ahora y Siempre
Fénix.
Desde
mi punto de vista, lo mejor que se ha escrito nunca en el mundo del cómic,
lectura obligatoria para cualquiera. Si algún día soy profesor, haré exámenes
sobre esto, palabra.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo tío, uno de los mejores cómics de superhéroes de la historia. Y hasta ahora nadie ha conseguido contar mejores historias con los X-men que estas (ni creo que nadie lo consiga).
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