Fénix
moría, Jean Grey, uno de los personajes fundadores de la Patrulla-X, que hasta
su transformación en Fénix permanecería en segundo plano y que se había
convertido en protagonista absoluta de la serie durante varios meses,
desaparecía de la colección. Pero los X-Men debían seguir adelante, aunque no
lo harían todos. Cíclope, que había liderado el grupo desde el Giant-Size 1, se
hacía a un lado, marchándose para vivir su propia vida, mientras Tormenta se
convertía en la líder del grupo y, por un tiempo, el Ángel ocupaba el puesto de
“miembro fundador” dentro de la estructura de la Patrulla, aunque su
disconformidad con la permanencia en el equipo de Lobezno le llevaría a
marcharse de malas maneras de la Patrulla (tiempo que Warren dedicaría a Los
Campeones y los Defensores).
Y
sobre todo, llegaba la nueva adquisición del grupo. Kitty Pryde, Espíritu, a la
que habíamos conocido durante la saga de Fénix Oscura, aquella chica judía de
trece años y medio que vivía en Chicago y había conseguido salvar a la Patrulla
del Club Fuego Infernal, se convertía en la nueva adquisición de la Patrulla-X,
y en uno de los ejes sobre los que girarían los siguientes números de
Claremont, que utilizaría a Kitty como “los ojos del lector”, utilizándola como
filtro para muchas sensaciones, y dándole un protagonismo que la convertiría en
la mujer X favorita de una generación (entre la que yo debería estar, pero es
que nunca me ha caído demasiado bien…).
El
primer desafío contundente de la Patrulla-X tras la muerte de Fénix llegaría en
la historia del Wendigo, en la que Rondador y Lobezno colaboraban con el
superequipo canadiense que Byrne había creado y mostrado en las páginas de
X-Men. Por supuesto, se trata de Alpha Flight, la serie que durante mucho
tiempo el guionista y dibujante canadiense llevó en solitario durante mucho
tiempo y que se ha convertido en otro icono de la historia del cómic. Para
unirles, Claremont y Byrne recurrieron a una vieja amenaza del pasado de
Lobezno, y que estaba vinculada a los mitos de los bosques canadienses. El
Wendigo, una criatura salvaje caníbal, había sido el enemigo al que Hulk hacía
frente en la primera aparición de Lobezno, y ahora se convertía en el pegamento
que llevaba a la primera alianza entre X-Men y Alpha Flight tras sus enfrentamientos anteriores. Pero el
bautismo de fuego de estos nuevos X-Men llegaría poco después, en otra de esas
historias que han alcanzado el nivel épico de “Saga”: Días del Futuro Pasado.
Supongo
que no tengo que explicarle a nadie de que va a esta saga, porque todo el mundo
debe haberla leído. Aquí tenemos la presentación del futuro en el que los
Centinelas han dominado Estados Unidos y exterminado a la mayoría de los
mutantes. Comienza el trasfondo político de los X-Men, con el Senador Robert
Kelly llevando adelante la Ley de Registro Mutante, aparece por primera vez “Rachel”,
la que más adelante sabremos que es Rachel Summers, la versión adulta de
Franklin Richards (a la que nunca veremos en la dimensión oficial, por aquello
de que Franklin no parece decidido a crecer nunca), y la nueva Hermandad de
Mutantes Diabólicos, en la que encontramos personajes como Mística, Destino,
Mole, Pyros y Avalancha. Byrne pondría el punto final a su estancia en X-Men
con Demonio, una historia protagonizada por Kitty Pryde en solitario que
abriría las puertas de la Patrulla-X a David Cockrum, el dibujante del mítico
Giant Size 1, y que había dibujado la mayoría de los comics anteriores a la
llegada de Byrne. Cockrum es menos espectacular que Byrne, y probablemente sus
colaboraciones a nivel de argumento, mucho menores, pero desde luego, la
colección continuó con una gran calidad. Con Tormenta como líder, la Patrulla-X
tendría que hacer frente a una extraña alianza entre el Doctor Muerte y Arcade,
Cíclope encontraría una nueva forma de vida enrolándose en un barco, el Arcadia
de la Capitana Aleytys “Lee” Forrester, lo que le llevaría finalmente a un
enfrentamiento con D´Spayre, un personaje místico procedente del universo del
Doctor Extraño; y finalmente, el destino de Cíclope y el de la Patrulla
volvería a cruzarse para hacer frente a Magneto, en uno de los momentos que más
han marcado la historia de este villano, que tras hundir un submarino junto a
toda su tripulación y destruir una ciudad rusa, parece comenzar el camino de la
redención tras estar a punto de matar a Kitty y darse cuenta de que es solo una
niña. Para un hombre que tiene su pasado en Auschwitz, darse cuenta de que se
había convertido en aquello a lo que más odiaba, fue realmente un punto de
cambio para este personaje. Además, esta historia nos dio un entorno realmente
llamativo en la “Isla-Cthulhu” de Magneto en el Triángulo de las Bermudas, y
acercó a Carol Danvers, la antigua Miss Marvel, que había perdido sus poderes y
se había alejado de la franquicia de los Vengadores tras convertirse en el
personaje peor tratado de la historia del cómic (echad un ojo a su violación
por Marcus y a como la trataron los personajes a su regreso) y perder sus
poderes al enfrentarse a Pícara (por entonces, villana y fea).
Una
de las mejores historias de este momento será sin duda “El Cuento de Hadas de
Kitty”, un genial cuento que Kitty le cuenta a Illyana Rasputin, la hermana de
Coloso, utilizando como personajes a los miembros de la Patrulla en curiosas
encarnaciones (la mejor, la de Rondador convertido en un duende) y que marcaría
en el futuro muchas otras narraciones parecidas en a historia de cómic.
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