No es la crónica de un mundo... es la historia de muchos.

viernes, 22 de julio de 2011

LOREENA MCKENNITT: AN ANCIENT MUSE

            Oh, Musa, cuéntame de aquellos que viajan a lo largo y a lo ancho…”

            Así abría Loreena la introducción del que sería su séptimo disco de estudio, An Ancient Muse, y que llegaría la friolera de nueve años después de su anterior trabajo, Book of Secrets, aunque entre ambos, sus seguidores pudimos hacernos con esa joya que es la voz de Loreena en directo en su disco Live in Paris and Toronto. Según ella misma cuenta, podríamos decir que An Ancient Muse es la culminación de una trilogía musical formada por The Mask and the Mirror, Book of Secrets y el propio An Ancient Muse, una trilogía que recoge el resultado del trabajo de la cantante canadiense a la hora de explorar diferentes raíces musicales y conectarlas con su mundo celta original. An Ancient Muse, como aquellos protagonistas homéricos a los que hace alusión, recorre tierras lejanas, míticas y llenas de leyendas. Este disco es un canto a lo exótico, a lo místico… y a lo legendario.

            Ven, Musa, cuéntanos de aquello que llega de tierras y sueños lejanos…

Incantation.

            Y la Musa nos trae a una tierra mágica. Loreena comenzó a pergeñar este tema en dos sitios de inmenso poder a nivel simbólico, Delfos, el corazón del mito de la antigua Grecia, y la Capadocia turca, donde se concentró la mayor parte de los monjes eremíticos de la edad cristiana en lugares como Erciyes. Este es uno de esos temas instrumentales a los que Loreena ya nos ha acostumbrado, en el que la música sirve para apoyar su voz, y actúa aquí como una auténtica Musa. Incantation inspira, como su propio nombre indica, encanta al oyente, le prepara para que comience su viaje al mundo del Mithos en el que vamos a embarcarnos. Incantation abre la puerta de la magia y el camino de Oriente.

The Gates of Istambul.

            Supongo que todo el mundo, al igual que yo, tendrá una serie de lugares que sueña con visitar, un “mapa” de lo que quiere ver de este inmenso mundo que nos rodea. Uno de mis lugares soñados, que espero pisar algún día, es Estambul, la antigua Constantinopla, que inspiró en Loreena McKennitt este tema. En esta canción, Loreena canta a la que fue en un momento de la historia la Madre de las Ciudades, y es fácil imaginar las puestas del sol sobre el Bósforo, el cuerno de oro, la silueta en el ocaso de la magnífica Santa Sofía… Constantinopla, heredera del Imperio Romano, creadora de su propio imperio, el Bizantino, el dominio de los basileus que luego se convertiría en Estambul, la capital del Imperio Otomano, el corazón de Oriente en Occidente. Bazares, palacios, harenes, iglesias y mezquitas… Una canción de amor a la sombra de Estambul, un auténtico placer para los sentidos.

Caravanserai.

            Loreena compone la música y la letra de Caravanserai, un nuevo tema lleno de sonidos orientales, que recuerda los asentamientos caravaneros de los comerciantes que recorrían la Ruta de la Seda. Las grandes planicies de Turquía, de Mongolia llegan a nosotros, y casi podemos ver las estrellas brillando sobre nosotros en el cielo, grandes como puños. Y el viaje es el propio hogar. La voz de la canadiense nos llama, nos lleva, nos guía. Ahora que estoy viendo Juego de Tronos y leyendo los libros de Canción de Hielo y Fuego, me es fácil incluso ver a los jinetes dothraki viajando tras la khaleesi. A los mongoles tras el gran Genghis Khan.
            Pero el viaje, el propio viaje… es el objetivo.

The English Ladye and the Knight.

            Y después de un largo viaje por Oriente, Occidente nos recibe con los brazos abiertos. En The English Ladye and the Knight, Loreena recurre a algo ya tradicional en sus últimos discos. Toma uno de los más clásicos poemas de Sir Walter Scott y le pone música, consiguiendo una gran obra, ambientada en el norte de Inglaterra, prácticamente en la frontera con Escocia: Carlisle, la antigua Luguvallium romana, heredera de la población celta Caer Lial… The English Ladye and the Knight es una historia de amor y ambición, y de lo que algunos pueden estar dispuestos a sacrificar por uno o por otro. Una historia trágica, dramática y llena de pesar que se convierte en uno de los grandes temas de Loreena McKennitt, y que vincula incluso Oriente con Occidente, ya que aunque la historia comienza como hemos dicho bajo la influencia celta de Carlisle, acaba en Palestina en tiempos de las Cruzadas.
            Una gran obra de Walter Scott, hecha aún más grande por la creatividad y la magia de Loreena.

Kecharitomene.

            Un nuevo tema instrumental de influencias bizantinas, compuesto por la canadiense. Kecharitomene viene (obviamente) del griego, y quiere decir “Llena de Gracia”, un epíteto aplicado generalmente a la Virgen María, y además, es el nombre del convento en el que acabó sus días la princesa bizantina Ana Comnena, historiadora y protagonista de algunos de los grandes eventos de la Primera Cruzada y a la que Loreena quiere homenajear en este tema. De nuevo, Constantinopla/Estambul se convierte en el vínculo, el nudo que une Oriente y Occidente. Es el omphalos, el Centro del Mundo, y así nos sentimos cuando escuchamos la fabulosa Kecharitomene, dentro del corazón del mundo, rodeados de paz y serenidad, como el de los viejos monasterios bizantinos, que tan importantes fueron en su momento, rodeados de iconos y pan de oro, bajo la imagen de la Kecharitomene y el Cristo Pantocrator.

Penelope´s Song.

            La Canción de Penélope concentra todo el espíritu de An Ancient Muse. Ven, Musa, cuéntame de aquellos que viajaron a lo ancho y a lo largo… La Odisea de Homero es probablemente el mayor relato de viajes de la historia de la literatura, y la obra que inspiró a Loreena, si no toda la serie de viajes que realizó en sus últimos discos, sí al menos el que ella eligió para ser símbolo y enseña de An Ancient Muse. Pero esta vez, Loreena da un quiebro, y no nos habla del viajero, sino del que espera. Mientras Ulises (Odiseo) recorre los mares, su fiel esposa, la bella Penélope, le espera en la isla de Ítaca, tejiendo y destejiendo un tapiz (¿recordáis The Lady of Shalott?) y burlando a sus pretendientes, que tratan de convencerlo de que su esposo ha muerto para obtener su mano. Loreena pone música y voz a Penélope, y nos narra la prueba de amor definitiva, la espera de Penélope. Es fácil verla, imaginarla, sentada en uno de los miradores del palacio de Ítaca, vuelta hacia el mar, con una lira en las manos, y cantando una canción semejante a esta, esperando que su corazón pueda servir de faro, de guía a su amor, perdido en el mar. Una canción que es como un tapiz, miles de hilos entrecruzados que forman una imagen de gran belleza y que debe ser admirada, escuchada y entendida.
            Y sobre todo, disfrutada.

Sacred Shabbat.

            La historia de esta propia canción es casi mágica. Loreena la escuchó por primera vez en Grecia, aunque descubrió en ella raíces judías, hasta el punto de que después de grabarla para An Ancient Muse, descubrió que ya se encontraba en un disco que la propia cantante había comprado en la Alhambra, en Granada, y que se trataba, efectivamente, de una canción judía, del Sabbat, Yodujah ra´ayonay. De nuevo, el sonido oriental es lo que nos inunda, mientras recordamos a los judíos que vivían en el Imperio Otomano. Y la impresión que crea la música es casi ceremonial, sacra.

Beneath a Phrygian Sky.

            Frigia, hoy perteneciente a Turquía, es el lugar donde lo Real y el Mito se unen. Es el lugar donde reinó Midas, donde Alejandro Magno cortó el Nudo Gordiano. Y para Loreena, el lugar donde la propia humanidad puede definirse a sí misma. En esta canción, de ritmo pausado y calmado, son las propias piedras que han visto evolucionar a la humanidad las que parecen cantar, llenas de sabiduría sobre la naturaleza del hombre y de sus propios sentimientos. Nuestro amor nos hará fuertes, la verdad nos hará libres. Bajo el cielo de Frigia, parece que nos encontramos a nosotros mismos, esa parte nuestra inconmensurable, indescriptible, que nos define como lo que somos. Bajo el cielo de Frigia, descubrimos nuestras almas.

Amhrán Duit (Never-Ending Road)

            Loreena pone un cierre de lujo a An Ancient Muse con este tema, compuesto por ella. Para poner fin a su viaje, la canadiense parece regresar al mundo que conoce y al que pertenece, el mundo celta. Y sin embargo, esta Calle Interminable en la que la canadiense nos sitúa, forma parte de un camino que no pertenece a ningún credo, a ninguna cultura ni a ningún lugar en concreto. Es el camino del Amor, del Amor Humano, pero también del Amor Divino, el de la Mística, el de los poetas sufíes, el de San Juan y Santa Teresa. “Aquí está mi corazón y te lo entrego” es una frase que no tiene época, que no tiene lugar. Que pertenece a la Eternidad y al Infinito. Una frase que puede ser pronunciada por dos amantes, o por alguien arrastrado y guiado por su fe.
            Es el Camino que no Acaba, el Camino Infinito, Amhrán Duit. Es un camino que, sabemos, no acabará nunca.
            Pero el viaje con Loreena ha terminado aquí…
            Al menos de momento. Porque también su música es Amhrán Duit, el Camino que no Acaba.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Agradecer sobre manera la descripcion que realizas de cada tema de este magnifico trabajo de Loreena. Gracias por dar sentido a la musica, la pena de no saber ingles y que tu me ayudas a descubrir lo que cada cancion encierra.
Sebastian Castellar.