Normalmente,
todo el mundo asocia el color verde a la Esperanza. Sin embargo, seguro que
para los aquí presentes, el verde tiene otro significado, y es que desde hace
ya varias décadas, los lectores de cómics sabemos que el verde es el color
asociado a la Fuerza de Voluntad. Y la Fuerza de Voluntad, el elemento que
define al cuerpo de policía intergaláctico dirigido por los Guardianes: los
Green Lantern.
Desde
la aparición de Green Lantern 1,
hemos acompañado a los diversos terrestres que han portado el anillo de los
Lanterns: Hal Jordan, John Stewart, Guy Gardner, Kyle Rayner… y también hemos
conocido a muchos extraterrestes: Abin Sur, Thaal Sinestro, Arisia, Kilowog…
Todos ellos miembros de esta élite cósmica. Pero tuvo que llegar Geoff Johns a
la franquicia de los Green Lantern para revolucionar los conceptos básicos de
esta. En Green Lantern: Rebirth, con
lápices de Ethan van Sciver, además de traer de vuelta a Hal Jordan explicó la
debilidad de los Anillos Verdes ante el color Amarillo, el color del Miedo en
el Espectro Emocional, la fuerza contraria a la Fuerza de Voluntad,
representada por una criatura que años atrás había llegado a dominar a Hal
Jordan: Parallax (bueno, realmente, Parallax era el nombre que tomó Jordan tras
convertirse en villano, pero aquí Johns llevó a cabo un efecto Fénix Oscura, es decir, el héroes estaba poseído, no era
responsable de sus actos). Rebirth supuso
un auténtico renacer para Green Lantern, nueva serie en manos del propio Johns
y de Iván Reis, y el desplazamiento de esta serie hasta colocarse como
auténtico centro del Universo DC. Así, como ya hemos visto en otros posts, a
Green Lantern se sumarían otras series, como Green Lantern Corps o Green
Lantern: Emerald Warriors. Y con el
tiempo, llegamos a ver que Rebirth sólo
era el inicio de un camino que Johns se había marcado, algo cuyo segundo hito
seria La Guerra de los Sinestro Corps. En
esta saga, veíamos a Sinestro organizar su propio cuerpo, a imagen y semejanza
de los Green Lantern, pero con el miedo como base y el amarillo como emblema. La Guerra de los Sinestro Corps es
probablemente una de las sagas más divertidas y sorprendentes de la historia de
DC, pero en sí, sirvió además de apertura para una nueva historia, la llamada Guerra de la Luz, donde veríamos el
resto de los colores que componían el Espectro Emocional, y que irían siendo
presentado en los siguientes números de las colecciones “verdes”.
Y
durante el desarrollo de un evento ajeno a Johns, Crisis Final, este aprovecharía para presentar, en un número especial,
el más salvaje de los cuerpos que representaban las fuerzas del Espectro
Emocional: los Red Lantern, elegidos de la Rabia. Con unos diseños de lo más
violentos y llamativos, encontrábamos un cuerpo de criaturas vestidas de rojo
que vomitaban ácido, cuyos corazones habían sido sustituidos por la rabia y por
cuyas venas corría algo parecido al napalm. Allí estaba Bleez, una especie de
ángel de alas descarnadas, o Dex-Starr, un adorable gatito… que vomitaba fuego
y rabia. Y dirigiéndolos a todos, el mismísimo Atrocitus, personaje creado por
Geoff Johns e Ethan van Sciver a partir de una historia de Alan Moore para Tales of the Green Lantern Corps Annual
2. En esa historia, Abin Sur, predecesor de Hal Hordan, llegaba a Ysmault, el
planeta en el que las llamadas Cinco Inversiones habían establecido en Imperio
de las Lágrimas. Estas Cinco Inversiones eran ni más ni menos que los
supervivientes de la masacre realizada por los Manhunter en el Sector 666, y
esta sería la historia en la que Johns basaría prácticamente todo su trabajo en
Green Lantern, desde Rebirth a La
Noche Más Oscura, con todo lo que ha habido en medio de ambas sagas. En las
historias de Johns, veríamos que Atrocitus, que había sido una de las Cinco
Inversiones, se erigía como líder de los Red Lantern Corps, creando la Batería
Roja con la sangre de las otras Inversiones y manifestando una gran rabia,
causada por la destrucción de todo el Sector 666 y las manipulaciones de los
Guardianes.
Y
todo esto son los antecedentes al tomo que vamos a comentar hoy, el número uno
de ECC de la serie regular de los Red Lantern, con guiones de Peter Milligan y
dibujos de Ed Benes. Realmente, si había algún cuerpo llamado a protagonizar su
propia serie al margen de los Green Lantern, desde luego, era este, el liderado
por Atrocitus. Y si bien era el más atractivo, también a priori era uno de los
más complicados, debido a que los Red Lantern son criaturas en las que la Rabia
ha consumido toda razón, y salvo en Atrocitus, apenas hay pensamientos
coherentes. Milligan se ha quitado ese problema de en medio de un plumazo,
dotando a varios de los Red Lantern (a través del argumento de este primer
tomo) de una mayor inteligencia, lo que permite diálogos más fluidos, además de
recurrir a los monólogos de Atrocitus con el cadáver de Krona, el Guardián que
ordenó la destrucción del Sector 666 y al que Hal Jordan mató al final de La Guerra de los Green Lantern. Tras la
muerte de este, Atrocitus (y todo el cuerpo de Red Lanterns) vive una especie
de crisis existencial, con Krona muerto, su rabia deja de tener sentido… pero
necesita un nuevo foco de rabia. Necesita cambiar de objetivo. Y además, su
liderazgo de los Red Lantern, ya no es indiscutido. Bleez se erige como rival
natural de Atrocitus, este personaje ya había demostrado su carisma
representando a los Red Lantern en otras colecciones y eventos; y además,
Milligan empieza ya a profundizar en el resto de los miembros de este cuerpo
rojo, y a crear nuevos miembros… y como no podía ser de otra forma, presentar
un Red Lantern humano (ey, la Tierra es el centro de 52 universos, creo, que no
sé como ha quedado la cosa con el Reboot, ¿cómo no va a haber un humano llevado
por la Rabia? De hecho… ahora mismo estoy seguro de que lloverían anillos rojos
a millares).
Y
si bien es cierto que la serie queda bastante vistosa (y el dibujo de Benes ayuda
bastante), el guión de Milligan cae dentro de lo estándar, muy lejos de lo que
probablemente pudiera dar el hombre que escribió Shade… y que me vais a perdonar, pero salvo cosas muy puntuales,
parece estar viviendo aún de las rentas de aquello (al que esté pensando Gaiman…
¡no es lo mismo! ¿Por qué? ¡Porque no es lo mismo!).
Eso
sí, si os gusta Green Lantern, como a mi… ¡imprescindible!
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