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lunes, 6 de febrero de 2012

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO: LOS SENDEROS DE DISCORDIA (I)


                Tras la batalla de Puertoescarcha, y dado el estado del resto del Norte, Robb Stark decide quedarse en Corona de Hielo, donde también permanece el resto del Ejército del Norte. Allí en Puertoescarcha, se asentaron por lo tanto los Glover, Mormont y demás, acogidos por los Aesirk, pero sobre todo, los Bolton, mucho más numerosos que cualquiera de los representantes de las otras casas; mientras Robb negociaba con Asha Greyjoy las condiciones de su acuerdo. Erwyn había sido enviado a Torreblanca junto a los salvajes de Olegu, para asegurarse de que se asentaban en las ruinas de forma pacífica, y Fusk y Percy participaron en las reuniones, en las que Asha Greyjoy afirmó que, mientras la Corona del Hierro siguiera sin un dueño, debido a la muerte de Balon Greyjoy, no podía hablar en nombre de los Hombres del Hierro. Roose Bolton, Ulryk Aesirk y el propio Percy Tormenta eran partidarios de ejecutar a Asha y al resto de los Hombres del Hierro, para luego lanzar el Ejército del Norte hacia los Ríos, pero Robb y Fusk defendieron la idea de utilizar a los Hombres del Hierro para crear una cuña entre los reinos del Sur, atacando el Dominio (más accesible que Roca Casterly, ya que el plan de Robb, llevaba a los Greyjoy al ataque de las islas del Escudo para tomar la boca del Mander, subiendo después por el río hasta llegar a Altojardín). Robb aceptó que Asha volviera a Pyke, donde debía reunirse con los pretendientes a la corona, probablemente Euron Ojo de Cuervo y Victarion Greyjoy, los hermanos de Balon, y además, optaría a la Corona de las Islas del Hierro. Asha juró apoyar a los Stark si conseguía el liderazgo de los Hombres del Hierro, y Robb le pidió a Fusk que acompañara a Asha a Pyke, para actuar como su representante y “embajador”. Fusk aceptó, y Percy recibió la orden de viajar con él a las Islas del Hierro.

                En los días siguientes, mientras el viaje se preparaba, Percy ocupó su lugar de jefe de la guardia, y mientras realizaba una exploración con un grupo de hombres en las afueras de Puertoescarcha, encontró un cuervo muerto, herido por una flecha. El mensaje que llevaba se había perdido, pero en la pata del pájaro aparecían restos de un escudo: el de los Reed de Atalaya de Aguasgrises. Preocupado por las noticias perdidas del Cuello, Percy informó a Lord Ulryk, que ordenó reforzar la guarnición de la ciudad, recurriendo a los hombres de los Bolton para ello.

                Ese sería un gran error, pues esa noche, Fusk y Percy despertarían para darse cuenta de que los Bolton estaban atacando al resto de los hombres del Norte, y habían abierto las puertas del castillo y de la ciudad a un ejército dirigido por los Lannister. El propio Jaime Lannister dirigía el contingente, mientras los barcos del Rejo se enfrentaban a los barcoluengos de los Hombres del Hierro en el puerto. Fusk fue atacado en su propia habitación por un asesino enviado por los Bolton, aunque consiguió escapar y fue ayudado por Percy, que había escuchado sus gritos de socorro. Pudieron ver como los lobos de los Stark entraban en el castillo, atacando a los asaltantes, pero los hombres de los Bolton estaban preparados, y se enfrentaron a ellos con largas hachas, mientras los arqueros Lannister acababan con las vidas de Nymeria y de Viento Gris, que atacaron junto a Robb. Robb se enfrentaba en la gran sala de Puertoescarcha a Jaime Lannister cuando Fusk y Percy decidieron huir, buscando los pasajes secretos de Corona de Hielo y derrotando a dos caballeros de los Lannister en el camino, para poder acceder al puerto, donde buscaron refugio en los barcoluengos. Allí, Asha Greyjoy les aceptó a bordo, mientras los Hombres del Hierro se abrían paso luchando entre los barcos del Rejo. Tras ellos, Corona de Hielo ardía.

                Mientras tanto, Uther y Oweyn continuaban su camino hacia el Norte por el Bosque Encantado, guiados por Ioana Skadi y acompañados por Theon Greyjoy. Consiguieron evitar a duras penas ser encontrados por un grupo de gigantes, pero no pudieron impedir finalmente que una manada de gatosombras les atacara mientras dormían. Uther y Oweyn resultaron heridos de gravedad, y Theon apenas consiguió acabar con las bestias, recibiendo también varias heridas, aunque sobrevivió y encontró ayuda. Uther y Oweyn despertaron en una choza, bajo los cuidados de una pequeña mujer, Kedra, una de los Primeros Hombres, que había tratado sus heridas. Se encontraban en una pequeña aldea de salvajes, prácticamente abandonada, y la anciana les contó que la mayoría de los hombres habían viajado al sur junto a Mance Rayder y el Magnar de Thenn. La aldea estaba rodeada de hogueras para protegerse de los Otros, pero los salvajes esperaban el momento de poder acudir al sur, al Muro, para escapar de la Oscuridad que se estaba alzando en el Norte. En la sala común, los pocos hombres y mujeres que quedaban, pidieron a Theon, Oweyn y Uther noticias de lo que estaba pasando en el Sur, y recibieron con alborozo el hecho de que algunos de los suyos parecían haberse asentado cerca del Castillo Negro. Sin embargo, Kedra afirmó que Mance Rayder moriría pronto, ganándose miradas de reprobación del resto de los salvajes. Oweyn preguntó el motivo de las palabras de la anciana, que al parecer, había soñado que un hechizo sombrío se había lanzado para acabar con la vida de cuatro reyes. De los cinco reyes que luchaban al sur del Muro, sólo debería sobrevivir uno. Pero Kedra desconocía si las sombras procedían de la propia Oscuridad, o eran un producto de la Luz. Oweyn preguntó por Discordia, y Kedra les contó que mucho tiempo atrás, los Primeros Hombres habían luchado contra la Oscuridad, y habían sido derrotados, pero de más allá del mar, había llegado la Luz, un héroe que había derrotado a la Oscuridad… pero esta era triple, no una. Estaba el Otro, que fue derrotado; estaba la Sombra, que nunca durmió; y Discordia, que había muerto… pero volvería. De hecho, los Hombres del Sur habían construido el Muro para defenderse de Discordia si este volvía. Kedra había soñado con el regreso de Discordia. La Sombra nunca se había desvanecido. El Otro pronto despertaría…

                Uther preguntó a los salvajes si sabían algo de Bran y los Reed, pero los salvajes negaron, y el propio Theon admitió haber perdido la esperanza de encontrar vivo a Bran Stark. Ahora permanecía en el Norte porque al sur del Muro, solo le esperaba la muerte, y tenía curiosidad por saber que era lo que estaba ocurriendo en el Norte. Esa noche, los tres soñaron con la batalla entre los Primeros Hombres y las fuerzas de la Oscuridad, los ejércitos de Caminantes Blancos montados en caballos muertos enfrentados a los hombres dirigidos por los Eld, armados con hachas de piedra y lanzas de madera… y tras ellos, la inmensa Oscuridad… Despertaron sobresaltados, cerca del amanecer, y se prepararon para continuar su camino, con Ioana de nuevo al frente. Al salir de la cabaña, vieron que cerca de la aldea había un pequeño bosque con un arciano que había sido completamente talado. Sorprendidos, descubrieron que los salvajes habían talado el arciano porque los ojos de los arcianos eran los ojos de Discordia, y los Primeros Hombres preferían que este permaneciera ciego. Las pesadillas volvieron esa noche y la siguiente, mientras continuaban el camino hacia las Tierras del Eterno Invierno, hasta que una mañana, todos escucharon como el suelo parecía temblar. Mientras Uther se quedaba con Ioana para protegerla, Oweyn y Theon buscaron el origen de aquel sonido, para encontrarse con un ejército que viajaba por un desfiladero cercano en dirección al Sur. Mamuts, gigantes, salvajes, gatosombras, huargos… Todos ellos con los ojos negros…

                Mientras todo esto pasaba en Poniente, en Pentos Rhoynar finalmente descubría que el Magister Illyrio había conseguido un pasaje para él en un barco que partía de Volantis hacia Astapor, de donde podría llegar a Meereen con facilidad. Rhoynar viajó hasta la Vieja Volantis, la ciudad más antigua de las Ciudades Libres, la primera en independizarse del Feudo Franco de Valyria, y allí, tras cruzar el inmenso Muro Negro que protegía la ciudad que se extendía por el delta del río del que él mismo tomaba nombre (el Rhoyne), acudió a la Casa de los Mercaderes, la gran posada, mayor que algunos castillos de Poniente, que acogía a los comerciantes que acudían a la Vieja Volantis. Allí se reunió con Nansirio Ikurei, el capitán del Espíritu del Mar, que confirmó la identidad de Rhoynar con la documentación que le había entregado el Magister Illyrio. Ikurei le contó a Rhoynar que en aquellos momentos, Astapor y Yunkai parecían aliarse contra Meereen y su reina, a la que llamaban Myssa (Madre, en Alto Valyrio). Myssa había conquistado Astapor, Yunkai y Meereen, llegando procedente de Qarth y ayudada por tres dragones. Volantis, que negociaba con las ciudades de Nuevo Ghis, estaba planteándose el unirse a la guerra. Por ello, Ikurei le sugirió a Rhoynar que no saliera de la Casa de los Mercaderes, debido a la tensión que había en la ciudad. Rhoynar apenas salió, lo justo para corroborar en las calles lo que había oído, que aquella a la que llamaban Myssa había sido la esposa de un khal dothraki que había fallecido tras una incursión en las tierras de los lhazaarenos. Sin duda, era Daenerys Targaryen. Además, Rhoynar escuchó la prédica de uno de los Sacerdotes de R´hllor, que llamaba a la gente para ir al Gran Templo de R´hllor, donde el Gran Sacerdote Benerro oficiaba las ceremonias del Dios de la Luz. Aunque Rhoynar se negaba a acercarse al Templo del Dios de la Luz llevando consigo el Corazón de la Oscuridad, supo que las profecías de Benerro decían que Azor Ahai pronto llegaría, habiendo nacido del humo y la sal.

                Rhoynar partió en el Espíritu del Mar, donde fue presentado a la tripulación por Ikurei, conociendo así al segundo del capitán, un antiguo esclavo, Natalys Doryan. El Espíritu del Mar partió hacia el sur, alejándose de Volantis, para luego girar hacia el Este, bordeando el Mar Hirviente de la Vieja Valyria. Rhoynar colaboró con las labores de a bordo, y finalmente atisbaron las luces del lugar donde había estado Valyria. Ikurei le contó a Rhoynar que Valyria había estado rodeada de catorce volcanes, las Catorce Llamas, bajo los que estaban las minas de oro y plata que habían dado riqueza a los valyrios, que habían basado su poder en los dragones y en su política esclavista. Allí, bajo los volcanes de Valyria habían surgido los Hombres sin Rostro. Y luego, los catorce volcanes habían estallado, destruyendo Valyria y a todos sus habitantes, salvo a los Targaryen, que habían encontrado refugio en el punto más lejano del Feudo Franco de Valyria: Rocadragón. Esa misma noche, uno de los marineros mostró síntomas de la Muerte Negra, y Rhoynar le explicó a Ikurei que era una enfermedad mortal, y quizá contagiosa. Por orden de Ikurei, Rhoynar mató al marinero antes de que la enfermedad se lo llevara y pudiera volver de entre los muertos, pero parecía demasiado tarde. En los siguientes días, cinco marineros más mostraron los síntomas de la Muerte Negra, y la supersticiosa tripulación comenzó a señalar a Rhoynar, acusándole de atraer sobre ellos la Maldición de Valyria. El propio Doryan dirigiría un motín contra el capitán Ikurei, al que arrojarían al mar, herido y atado a un tablón. Rhoynar fue arrojado también al Mar de Valyria, nadando hasta agarrarse al tablón de Ikurei. El Maestre curó las heridas del capitán dentro de sus posibilidades, y procuraron dirigirse hacia el norte, donde se encontraban las islas en ruinas que habían formado Valyria. Finalmente, quemados por el sol y sedientos, Ikurei y Rhoynar llegaron a una playa de dunas, en la que encontraron las ruinas de una vieja construcción de mármol. Había una fuente, y relieves que mostraban una gran ciudad, con catorce volcanes rodeándola y dragones en el cielo. Estaban en Valyria.

                Rhoynar e Ikurei cruzaron las dunas, encontrando los restos de Valyria, parte de una ciudad de grandes avenidas y edificios de mármol. Y entonces, escucharon voces, voces que hablaban en Ponienti. Rhoynar e Ikurei se escondieron, y vieron a varios hombres que parecían recorrer los edificios de la ciudad. Aunque algunos parecían lysenos, bravoosi o de las Islas del Verano, la mayoría eran Ponienti, y su líder portaba en el sobreveste el escudo de los Corbray del Valle de Arryn. Los dos náufragos se mostraron ante esos hombres, y el líder se presentó como Tellen Corbray. Mientras llevaban a Rhoynar e Ikurei a uno de los palacios, Tellen les contó que formaban parte de una compañía de hombres que habían abandonado Poniente con el ascenso de Robert Baratheon, y que seguían fieles a los Targaryen. Los hombres de Corbray estaban en Valyria buscando algo que se negó a contarles a Rhoynar, pero finalmente, el Maestre y el Capitán fueron conducidos ante el líder de aquella expedición: Ser Barristan Selmy, Mano de la Reina…

1 comentario:

Thanos_Malkav dijo...

Que felices me las prometía con el final de esta partida...