Tras
la batalla de Puertoescarcha, y dado el estado del resto del Norte, Robb Stark
decide quedarse en Corona de Hielo, donde también permanece el resto del
Ejército del Norte. Allí en Puertoescarcha, se asentaron por lo tanto los
Glover, Mormont y demás, acogidos por los Aesirk, pero sobre todo, los Bolton,
mucho más numerosos que cualquiera de los representantes de las otras casas;
mientras Robb negociaba con Asha Greyjoy las condiciones de su acuerdo. Erwyn
había sido enviado a Torreblanca junto a los salvajes de Olegu, para asegurarse
de que se asentaban en las ruinas de forma pacífica, y Fusk y Percy
participaron en las reuniones, en las que Asha Greyjoy afirmó que, mientras la
Corona del Hierro siguiera sin un dueño, debido a la muerte de Balon Greyjoy,
no podía hablar en nombre de los Hombres del Hierro. Roose Bolton, Ulryk Aesirk
y el propio Percy Tormenta eran partidarios de ejecutar a Asha y al resto de
los Hombres del Hierro, para luego lanzar el Ejército del Norte hacia los Ríos,
pero Robb y Fusk defendieron la idea de utilizar a los Hombres del Hierro para
crear una cuña entre los reinos del Sur, atacando el Dominio (más accesible que
Roca Casterly, ya que el plan de Robb, llevaba a los Greyjoy al ataque de las
islas del Escudo para tomar la boca del Mander, subiendo después por el río
hasta llegar a Altojardín). Robb aceptó que Asha volviera a Pyke, donde debía
reunirse con los pretendientes a la corona, probablemente Euron Ojo de Cuervo y
Victarion Greyjoy, los hermanos de Balon, y además, optaría a la Corona de las
Islas del Hierro. Asha juró apoyar a los Stark si conseguía el liderazgo de los
Hombres del Hierro, y Robb le pidió a Fusk que acompañara a Asha a Pyke, para
actuar como su representante y “embajador”. Fusk aceptó, y Percy recibió la orden
de viajar con él a las Islas del Hierro.
En
los días siguientes, mientras el viaje se preparaba, Percy ocupó su lugar de
jefe de la guardia, y mientras realizaba una exploración con un grupo de
hombres en las afueras de Puertoescarcha, encontró un cuervo muerto, herido por
una flecha. El mensaje que llevaba se había perdido, pero en la pata del pájaro
aparecían restos de un escudo: el de los Reed de Atalaya de Aguasgrises. Preocupado
por las noticias perdidas del Cuello, Percy informó a Lord Ulryk, que ordenó
reforzar la guarnición de la ciudad, recurriendo a los hombres de los Bolton
para ello.
Ese
sería un gran error, pues esa noche, Fusk y Percy despertarían para darse
cuenta de que los Bolton estaban atacando al resto de los hombres del Norte, y
habían abierto las puertas del castillo y de la ciudad a un ejército dirigido
por los Lannister. El propio Jaime Lannister dirigía el contingente, mientras
los barcos del Rejo se enfrentaban a los barcoluengos de los Hombres del Hierro
en el puerto. Fusk fue atacado en su propia habitación por un asesino enviado
por los Bolton, aunque consiguió escapar y fue ayudado por Percy, que había
escuchado sus gritos de socorro. Pudieron ver como los lobos de los Stark
entraban en el castillo, atacando a los asaltantes, pero los hombres de los
Bolton estaban preparados, y se enfrentaron a ellos con largas hachas, mientras
los arqueros Lannister acababan con las vidas de Nymeria y de Viento Gris, que
atacaron junto a Robb. Robb se enfrentaba en la gran sala de Puertoescarcha a
Jaime Lannister cuando Fusk y Percy decidieron huir, buscando los pasajes
secretos de Corona de Hielo y derrotando a dos caballeros de los Lannister en
el camino, para poder acceder al puerto, donde buscaron refugio en los
barcoluengos. Allí, Asha Greyjoy les aceptó a bordo, mientras los Hombres del
Hierro se abrían paso luchando entre los barcos del Rejo. Tras ellos, Corona de
Hielo ardía.
Mientras
tanto, Uther y Oweyn continuaban su camino hacia el Norte por el Bosque
Encantado, guiados por Ioana Skadi y acompañados por Theon Greyjoy.
Consiguieron evitar a duras penas ser encontrados por un grupo de gigantes,
pero no pudieron impedir finalmente que una manada de gatosombras les atacara
mientras dormían. Uther y Oweyn resultaron heridos de gravedad, y Theon apenas
consiguió acabar con las bestias, recibiendo también varias heridas, aunque
sobrevivió y encontró ayuda. Uther y Oweyn despertaron en una choza, bajo los
cuidados de una pequeña mujer, Kedra, una de los Primeros Hombres, que había
tratado sus heridas. Se encontraban en una pequeña aldea de salvajes,
prácticamente abandonada, y la anciana les contó que la mayoría de los hombres
habían viajado al sur junto a Mance Rayder y el Magnar de Thenn. La aldea
estaba rodeada de hogueras para protegerse de los Otros, pero los salvajes
esperaban el momento de poder acudir al sur, al Muro, para escapar de la
Oscuridad que se estaba alzando en el Norte. En la sala común, los pocos
hombres y mujeres que quedaban, pidieron a Theon, Oweyn y Uther noticias de lo
que estaba pasando en el Sur, y recibieron con alborozo el hecho de que algunos
de los suyos parecían haberse asentado cerca del Castillo Negro. Sin embargo,
Kedra afirmó que Mance Rayder moriría pronto, ganándose miradas de reprobación
del resto de los salvajes. Oweyn preguntó el motivo de las palabras de la
anciana, que al parecer, había soñado que un hechizo sombrío se había lanzado
para acabar con la vida de cuatro reyes. De los cinco reyes que luchaban al sur
del Muro, sólo debería sobrevivir uno. Pero Kedra desconocía si las sombras
procedían de la propia Oscuridad, o eran un producto de la Luz. Oweyn preguntó
por Discordia, y Kedra les contó que mucho tiempo atrás, los Primeros Hombres
habían luchado contra la Oscuridad, y habían sido derrotados, pero de más allá
del mar, había llegado la Luz, un héroe que había derrotado a la Oscuridad…
pero esta era triple, no una. Estaba el Otro, que fue derrotado; estaba la
Sombra, que nunca durmió; y Discordia, que había muerto… pero volvería. De
hecho, los Hombres del Sur habían construido el Muro para defenderse de
Discordia si este volvía. Kedra había soñado con el regreso de Discordia. La
Sombra nunca se había desvanecido. El Otro pronto despertaría…
Uther
preguntó a los salvajes si sabían algo de Bran y los Reed, pero los salvajes
negaron, y el propio Theon admitió haber perdido la esperanza de encontrar vivo
a Bran Stark. Ahora permanecía en el Norte porque al sur del Muro, solo le
esperaba la muerte, y tenía curiosidad por saber que era lo que estaba ocurriendo
en el Norte. Esa noche, los tres soñaron con la batalla entre los Primeros
Hombres y las fuerzas de la Oscuridad, los ejércitos de Caminantes Blancos
montados en caballos muertos enfrentados a los hombres dirigidos por los Eld,
armados con hachas de piedra y lanzas de madera… y tras ellos, la inmensa
Oscuridad… Despertaron sobresaltados, cerca del amanecer, y se prepararon para
continuar su camino, con Ioana de nuevo al frente. Al salir de la cabaña,
vieron que cerca de la aldea había un pequeño bosque con un arciano que había
sido completamente talado. Sorprendidos, descubrieron que los salvajes habían
talado el arciano porque los ojos de los arcianos eran los ojos de Discordia, y
los Primeros Hombres preferían que este permaneciera ciego. Las pesadillas
volvieron esa noche y la siguiente, mientras continuaban el camino hacia las
Tierras del Eterno Invierno, hasta que una mañana, todos escucharon como el
suelo parecía temblar. Mientras Uther se quedaba con Ioana para protegerla,
Oweyn y Theon buscaron el origen de aquel sonido, para encontrarse con un
ejército que viajaba por un desfiladero cercano en dirección al Sur. Mamuts,
gigantes, salvajes, gatosombras, huargos… Todos ellos con los ojos negros…
Mientras
todo esto pasaba en Poniente, en Pentos Rhoynar finalmente descubría que el
Magister Illyrio había conseguido un pasaje para él en un barco que partía de
Volantis hacia Astapor, de donde podría llegar a Meereen con facilidad. Rhoynar
viajó hasta la Vieja Volantis, la ciudad más antigua de las Ciudades Libres, la
primera en independizarse del Feudo Franco de Valyria, y allí, tras cruzar el
inmenso Muro Negro que protegía la ciudad que se extendía por el delta del río
del que él mismo tomaba nombre (el Rhoyne), acudió a la Casa de los Mercaderes,
la gran posada, mayor que algunos castillos de Poniente, que acogía a los
comerciantes que acudían a la Vieja Volantis. Allí se reunió con Nansirio
Ikurei, el capitán del Espíritu del Mar,
que confirmó la identidad de Rhoynar con la documentación que le había
entregado el Magister Illyrio. Ikurei le contó a Rhoynar que en aquellos
momentos, Astapor y Yunkai parecían aliarse contra Meereen y su reina, a la que
llamaban Myssa (Madre, en Alto
Valyrio). Myssa había conquistado Astapor, Yunkai y Meereen, llegando
procedente de Qarth y ayudada por tres dragones. Volantis, que negociaba con
las ciudades de Nuevo Ghis, estaba planteándose el unirse a la guerra. Por
ello, Ikurei le sugirió a Rhoynar que no saliera de la Casa de los Mercaderes,
debido a la tensión que había en la ciudad. Rhoynar apenas salió, lo justo para
corroborar en las calles lo que había oído, que aquella a la que llamaban Myssa
había sido la esposa de un khal dothraki
que había fallecido tras una incursión en las tierras de los lhazaarenos. Sin
duda, era Daenerys Targaryen. Además, Rhoynar escuchó la prédica de uno de los
Sacerdotes de R´hllor, que llamaba a la gente para ir al Gran Templo de
R´hllor, donde el Gran Sacerdote Benerro oficiaba las ceremonias del Dios de la
Luz. Aunque Rhoynar se negaba a acercarse al Templo del Dios de la Luz llevando
consigo el Corazón de la Oscuridad, supo que las profecías de Benerro decían
que Azor Ahai pronto llegaría, habiendo nacido del humo y la sal.
Rhoynar
partió en el Espíritu del Mar, donde
fue presentado a la tripulación por Ikurei, conociendo así al segundo del
capitán, un antiguo esclavo, Natalys Doryan. El Espíritu del Mar partió hacia el sur, alejándose de Volantis, para
luego girar hacia el Este, bordeando el Mar Hirviente de la Vieja Valyria.
Rhoynar colaboró con las labores de a bordo, y finalmente atisbaron las luces
del lugar donde había estado Valyria. Ikurei le contó a Rhoynar que Valyria
había estado rodeada de catorce volcanes, las Catorce Llamas, bajo los que
estaban las minas de oro y plata que habían dado riqueza a los valyrios, que
habían basado su poder en los dragones y en su política esclavista. Allí, bajo
los volcanes de Valyria habían surgido los Hombres sin Rostro. Y luego, los
catorce volcanes habían estallado, destruyendo Valyria y a todos sus
habitantes, salvo a los Targaryen, que habían encontrado refugio en el punto
más lejano del Feudo Franco de Valyria: Rocadragón. Esa misma noche, uno de los
marineros mostró síntomas de la Muerte Negra, y Rhoynar le explicó a Ikurei que
era una enfermedad mortal, y quizá contagiosa. Por orden de Ikurei, Rhoynar
mató al marinero antes de que la enfermedad se lo llevara y pudiera volver de
entre los muertos, pero parecía demasiado tarde. En los siguientes días, cinco
marineros más mostraron los síntomas de la Muerte Negra, y la supersticiosa
tripulación comenzó a señalar a Rhoynar, acusándole de atraer sobre ellos la
Maldición de Valyria. El propio Doryan dirigiría un motín contra el capitán
Ikurei, al que arrojarían al mar, herido y atado a un tablón. Rhoynar fue
arrojado también al Mar de Valyria, nadando hasta agarrarse al tablón de
Ikurei. El Maestre curó las heridas del capitán dentro de sus posibilidades, y
procuraron dirigirse hacia el norte, donde se encontraban las islas en ruinas
que habían formado Valyria. Finalmente, quemados por el sol y sedientos, Ikurei
y Rhoynar llegaron a una playa de dunas, en la que encontraron las ruinas de una
vieja construcción de mármol. Había una fuente, y relieves que mostraban una
gran ciudad, con catorce volcanes rodeándola y dragones en el cielo. Estaban en
Valyria.
Rhoynar
e Ikurei cruzaron las dunas, encontrando los restos de Valyria, parte de una
ciudad de grandes avenidas y edificios de mármol. Y entonces, escucharon voces,
voces que hablaban en Ponienti. Rhoynar e Ikurei se escondieron, y vieron a
varios hombres que parecían recorrer los edificios de la ciudad. Aunque algunos
parecían lysenos, bravoosi o de las Islas del Verano, la mayoría eran Ponienti,
y su líder portaba en el sobreveste el escudo de los Corbray del Valle de Arryn.
Los dos náufragos se mostraron ante esos hombres, y el líder se presentó como
Tellen Corbray. Mientras llevaban a Rhoynar e Ikurei a uno de los palacios,
Tellen les contó que formaban parte de una compañía de hombres que habían
abandonado Poniente con el ascenso de Robert Baratheon, y que seguían fieles a
los Targaryen. Los hombres de Corbray estaban en Valyria buscando algo que se
negó a contarles a Rhoynar, pero finalmente, el Maestre y el Capitán fueron
conducidos ante el líder de aquella expedición: Ser Barristan Selmy, Mano de la
Reina…
1 comentario:
Que felices me las prometía con el final de esta partida...
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