¡¡Hulk
Aplasta!!
Esta
frase, ya sea dicha por el propio Hulk, o como en la peli de los Vengadores por
el Capitán América, es de las que últimamente (en parte gracias también a un
compañero de curro) más gracia me hacen últimamente, y eso que realmente Hulk
nunca ha sido uno de mis personajes favoritos. Tonto de mi, me parecía un poco “básico”
lo del gigante verde y tonto que iba repartiendo mamporros, así que hasta que
llegó Planeta Hulk, y sobre todo, World War Hulk (que me encantó… pero me
encantó, me encantó, me encantó), nunca le había prestado demasiada atención al
Coloso Esmeralda.
Con
Greg Pak eso cambió, y como siempre he dicho, este hombre es capaz de las
mejores historias… y de las peores. Bueno, ya sabéis como va la historia, así
que no tengo demasiado que contar aquí sobre la trayectoria de Hulk, la llegada
del Hulk Rojo de Loeb, y el posterior regreso a la colección de Pak. Y la saga
de la que hablamos hoy, El Corazón del
Monstruo, es la saga que da cierre al control de Pak sobre los timones de
la vida de Bruce Banner y su entorno. Y lo hace, gracias a Zeus, con una de las
buenas historias que este guionista nos da de vez en cuando. Y sí, no es una
historia tremendamente elaborada, no es una trama llena de grandes revelaciones…
¡pero es enormemente divertida!
Pak
construye su historia de despedida a través de un concepto curioso. En los
números anteriores, ya nos habíamos encontrado con una relación más que
especial entre la Hulka Roja y Tyrannus, el antiguo enemigo de Hulk que no es
otro que el último emperador de Roma, Rómulo Augústulo (manda huevos); y en El Corazón del Monstruo vemos como
Mónica Rapaccini, Científica Suprema de IMA, consigue convertir una de las
lagunas de la Eterna Juventud de Tyrannus en un Pozo de los Deseos. Por
supuesto, la presencia de Hulka Roja, y la naturaleza inestable del Pozo de los
Deseos (que Amadeus Cho analiza de forma absolutamente genial) complican la
situación, de modo que Hulk se encuentra de pronto luchando contra varios
monstruos de su pasado: Fin-Fang-Foong, la Bi-Bestia, el Wendigo, Umar, Armaggedon…
La historia que Pak nos cuenta evoluciona de forma fluida llevándonos de un
conflicto a otro, utilizando de forma genial a la galería de secundarios del
Coloso Esmeralda. Amadeus Cho, Bomba-A, Hulka Roja, Hulka… todos ellos cumplen
su misión y tienen su papel en esta trama de despedida, una gran coreografía
que, como he dicho, conduce a un resultado de lo más divertido. Comic de acción
en estado puro, escenas espectaculares, y tortas, muchas, muchas, muchas
tortas, en las que ¡¡¡Hulk Aplasta!!!!
Y
una gran baza en esta trama es la espectacularidad del dibujo de Paul
Pelletier, que cumple, con un gran éxito con sus funciones como dibujante: una
buena narrativa y un dibujo espectacular, con unos monstruos realmente
brillantes. Y es que Pelletier, de ser uno más de los muchos imitadores de Alan
Davis que han ido pululando por las diversas compañía a ser un dibujante con
entidad propia, y un valor que sin duda seguirá subiendo.
¡¡¡Muy
divertido, chicos, de verdad!!!
1 comentario:
yo disfruté mucho (y fue cuando me enganché a hulk) con la etapa de Peter David en Hulk. Creo que es una etapa imprescindible para todo aquel que disfruta con un buen comic.
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