Estoy razonablemente seguro de que si tuviéramos que dar un nombre al cómic de los años 80, ese nombre sería el del canadiense John Byrne. Dibujante, guionista, autor completo… Suyos fueron los lápices de una de las más memorables épocas de X-Men, incluyendo la Saga de Fénix Oscura. La etapa más gloriosa de los Cuatro Fantásticos tiene sus guiones y dibujos. También fue el autor completo de una de las más controvertidas épocas de West Coast Avengers, fue él el primero en demostrar el desequilibrio psíquico de la Bruja Escarlata… También dejó su marca en DC, donde tras las Crisis en Tierras Infinitas, se hizo cargo ni más ni menos que de Superman, recreando por completo las ideas que había sobre Krypton y el entorno del mayor héroe de la compañía, y puso sus lápices al que sería el primer enfrentamiento entre los héroes y la sociedad civil, mucho antes de Civil War, la saga que daría nacimiento a la JLI de Giffen, DeMatteis y Maguire, Legends.
Y si a cualquiera nos preguntaran por una creación de Byrne, probablemente todos responderíamos al unísono: Alpha Flight. John Byrne fue el creador de este grupo de héroes canadienses, que iría introduciendo en la compañía a través de sus apariciones en X-Men, cuyo timón manejaba junto a Claremont. Así, descubríamos a Guardián, viejo compañero y amigo de Lobezno en el Departamento-H, y posteriormente a Ave Nevada, Shaman, Sasquatch, Aurora y Estrella del Norte. El interés suscitado entre los lectores por estos personajes favorecería la aparición en 1983 de la primera serie regular del grupo, donde Byrne nos presentaría al resto de los miembros del equipo: Marrina, Puck, y uno de los personajes más interesantes de la época, la esposa de Guardián, Heather, que mucho tiempo antes de enfundarse en el traje de su fallecido esposo, era toda una heroína civil para el grupo. Esta primera singladura de Alpha Flight duraría once años, sobreviviendo mucho tiempo al abandono de su creador, y convirtiéndose en uno de esos proyectos que, cada cierto tiempo, Marvel intenta recuperar, con menor o mayor acierto. El siglo XXi nos trajo una alineación completamente nueva para el equipo, que sería sustituido finalmente por el equipo clásico, Estrella del Norte se convertiría en un personaje del elenco de la Patrulla-X en los tiempos de Casey… y cuando Bendis llegó a Nuevos Vengadores, literalmente aniquiló al equipo, como una de las repercusiones de Dinastía de M, dejando a los aficionados boquiabiertos, en un curioso estado que mezclaba la indignación y la estupefacción.
El plan que había tras esta destrucción, además de dejar claro ejemplo del poder del Colectivo, el adversario al que se enfrentarían los Vengadores, era un nuevo relanzamiento del proyecto Alpha Flight, un proyecto bautizado como Omega Flight, con guiones de Michael Avon Oeming y lápices del particular Scott Kolins, una encarnación en la que tendrían presencia Sasquatch y Talismán, pero sobre todo Arachne y el USAgente, después de los acontecimientos de Civil War. El proyecto de serie abierta se convertiría en limitada, y Alpha Flight permanecería cogiendo polvo… hasta que durante la Guerra del Caos, Jim McCann devolvía a la vida a todos los miembros clásicos del grupo, como preludio a una nueva serie, esta vez auspiciada por la propia Guerra del Caos y los eventos de Miedo Encarnado, serie que tendría guiones de Greg Pak y Fred van Lente y dibujos del canadiense Dale Eaglesham… y que también terminaría convertida en serie limitada de ocho números, que Panini ha recogido en el tomo que nos ocupa hoy, Alpha Flight: El Orgullo de la Nación.
Pak y Van Lente nos traen al equipo original del Alpha Flight de Byrne, prácticamente por completo y adaptados a la modernidad (Shaman es más joven, Marrina es… bueno, Marrina es diferente, y de la Marrina dulce y afectuosa que contrajera matrimonio con Namor y cuya muerte fuera una de las grandes tragedias de Vengadores, no queda más que el nombre). Y desarrollan su argumento avanzando en el camino que Civil War abriera, las disensiones entre héroes y estado, los conceptos de identidad y unidad, etc. Un partido político llamado Unión llega al poder en Canadá, y aprovechando la situación de caos global provocada por la Serpiente y los Dignos (Alpha Flight tiene que hacer frente a Attuma con martillo), el nuevo presidente comienza a recortar libertades civiles, convirtiendo Canadá en un gobierno opresivo contra el que Alpha Flight se revuelve. Por supuesto, en una trama así, no pueden faltar las disensiones internas, las traiciones, los giros argumentales y, siguiendo el ejemplo de Sue y Reed Richards en Civil War, incluso rupturas familiares. Y Pak y Van Lente lo hacen todo mezclando con habilidad conceptos clásicos (la dura relación entre Aurora y Estrella del Norte, la relación sentimental de Sasquatch con Aurora…) y nuevos (Puck ha cambiado después de estar en el Infierno, como vimos en Lobezno; Estrella del Norte está más fuera del armario que nunca…), con lo que intentan agradar tanto al aficionado clásico como a los recién llegados.
Lo cierto es que quizá ese intento de agradar a todo el mundo sea lo que hace que esta nueva encarnación de Alpha Flight se quede precisamente ahí, en un punto intermedio. Ni genialidad, ni bazofia. Un punto intermedio, un cómic más; con lo que me mantengo en mi teoría de que Pak no tiene puntos medios, y es capaz de las mayores genialidades y de las más tremendas mediocridades. Quizá tuvieran planes a largo plazos que nunca veremos ya, quizá se habían guardado lo mejor, pero Alpha Flight está muy lejos de la calidad que el dúo mostró en El Poderoso Hércules, por ejemplo. Incluso el dibujo de Dale Eaglesham (un dibujante correcto al que habíamos visto en JSA, donde palidecía bastante cuando llegaba Fernando Pasarin; o en época más reciente en Steve Rogers: Supersoldado) parece un poco descafeinado, imagino que en consonancia con la historia.
En fin, supongo que Alpha Flight tendrá que seguir esperando tiempos mejores…
No hay comentarios:
Publicar un comentario