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jueves, 13 de septiembre de 2012

ANIMAL MAN 1

                La aparición de la línea Vértigo en DC supuso una inyección de aire para el mundo del cómic, y lo hizo en dos frentes: por un lado, creando personajes nuevos que se adaptaban a ese mundo más sombrío que nos hacían llegar las colecciones editadas bajo este sello. Por otro lado, personajes que formaban desde mucho tiempo atrás parte del colectivo de DC, se vieron cambiados, y pasaron de ser secundarios a protagonistas de historias que, en muchos casos, han marcado la historia del cómic. Ese es el caso de Buddy Baker, Animal Man. Desde su creación en manos de Dave Wood y Carmine Infantino allá por 1965, Animal Man había sido uno de esos personajes “de fondo” del Universo DC, hasta que con la aparición de Vértigo, Grant Morrison se fijó en el personaje, devolviéndole a la palestra en una de las obras más interesantes de este peculiar escocés, un cómic que imbricó a Animal Man en la sombría existencia de Vértigo en un ejercicio de compleja metaliteratura.



                Tras Morrison vinieron Peter Milligan, Tom Veitch, Jamie Delano y Jerry Prosser, donde destacó especialmente la obra del penúltimo, que ya había demostrado su habilidad a la hora de manejar personajes oscuros en una de las colecciones más importantes de Vértigo, la propia Hellblazer, protagonizada por John Constantine. Delano establecía en su etapa la relación de Buddy (que hasta ese momento había recibido sus poderes de manos de unos extraterrestres) con “El Rojo”, la manifestación de toda la vida animal en la tierra, del mismo modo que desde los tiempos de Alan Moore, La Cosa del Pantano era el avatar del Verde, la manifestación de toda vida vegetal, alteración en el trasfondo del personaje que es bastante relevante para la nueva serie que ha comenzado ahora sobre el personaje y que hoy nos ocupa. Con Prosser acabó la serie regular de Animal Man, que se vería rescatado del olvido por el equipo de guionistas de 52, entre los que se encontraba Grant Morrison, de modo que junto a Starfire y Adam Strange, Animal Man se convirtió en uno de los personajes perdidos en el espacio tras Crisis Infinita, accediendo a un nuevo plano de sus poderes al poder entrar en contacto con el llamado “campo morfogenético” del universo, lo que le permite asumir las habilidades de cualquier especie del cosmos… La estela de Buddy se apagó tras 52, pero con los hechos acontecidos en El Día Más Brillante y la incorporación de los personajes de Vértigo al universo DC tradicional, Animal Man ha sido uno de los personajes que ha conseguido colección propia en las nuevas 52.



                El resultado lo tenemos en las manos desde hace ya algunos meses gracias a ECC, que publicó los seis primeros números de esta serie en formato tomo. Los autores elegidos para sintetizar el cómic de superhéroes con el cómic Vértigo han sido un prácticamente recién llegado, el canadiense Jeff Lemire; que había hecho sus primeros contactos con DC en Adventure Comics  y algún especial de Flashpoint; y con los lápices, Travel Foreman, al que habíamos visto en el spin-off de Supreme Power, Doctor Spectrum; una de las miniseries de Ares  y algunos números de Puño de Hierro, junto a David Aja. Y el resultado es un poco… peculiar, por decirlo de alguna manera.
                El guión de Lemire es muy Vértigo, y eso, en principio, es bueno. La trama es retorcida, oscura, sombría, y la evolución de la historia algo lenta, quizá incluso redundante en algunos momentos. Buddy Baker, como representante del Rojo sobre la Tierra, se encuentra de pronto con que su hija es un avatar de la Vida, y tiene que hacer frente a una entidad que busca la destrucción tanto del Rojo como del Verde (y por lo tanto, tiene mucho que ver también con La Cosa del Pantano) llamada Podredumbre, que envía tras la pequeña de los Baker a unas criaturas bastante desagradables llamadas “Los Tres Cazadores”. Nada estridente ni revolucionario, como veis, pero que podría ser bastante entretenido de no ser por esas redundancias que os he dicho…



                Y por el dibujo de Foreman. Excesivamente plano y excesivamente feo son los dos primeros adjetivos que se me ocurren. Luego, iría confuso. Me recuerda vagamente a Peter Snejberg, ilustrador habitual de Vértigo (Los Libros de la Magia, por ejemplo), pero sin la habilidad narrativa que tenía este. Es más, el dibujo de Foreman cae tanto en los límites del feísmo pictórico que llega a ser desagradable. Y sin una trama demasiado trabajada y un dibujo de este calibre… o hay pronto cambios, o me temo que Animal Man sea una de las colecciones más breves de las Nuevas 52… A ver qué trae el futuro para Buddy.

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