Como
vimos en el post anterior, el regreso de Magneto había sido fugaz… aunque en
Marvel supieron sacarle sobrado partido y rentabilidad a todo lo que había
rodeado el regreso del Amo del Magnetismo. Tras Atracciones Fatales, la estación espacial Avalon quedaba orbitando
alrededor de la Tierra, liderada por el enigmático Éxodo y poblada por los
Acólitos de Magneto, entre los que se encontraba Coloso, al cuidado de un
Magnus vegetal y desprovisto de cualquier capacidad racional. El ataque de
Magneto al campo magnético del planeta en X-Men 25 había dejado a todos los
países de la Tierra en estado de alerta sobre el regreso del Señor del
Magnetismo. Y Fabián Cortez había sido expulsado de los Acólitos.
Y
aunque Cortez era prácticamente un personaje de nuevo cuño (su primera
aparición había tenido lugar solo dos años antes, en X-Men 1), era obvio que no
iba a apartarse de la escena sin dar guerra. El escenario para que Cortez
pudiera liberar todas sus frustraciones (y su mala leche) lo encontraríamos en
uno de los lugares más representativos del universo mutante de Chris Claremont:
Genosha. Y es que la isla edificada sobre la esclavitud de los mutantes que
había sido entorno privilegiado de varias sagas de la Patrulla-X, de Proyecto Exterminio y que habíamos visto
después en Factor-X, aparecía ante todo el universo Marvel como un país de
extremos, al borde del cataclismo político, que podía llegar en cualquier
momento. La ola electromagnética y la aparición de Magneto serían ese momento,
que llevaría a la Patrulla-X a aliarse con los Vengadores y protagonizar la
saga Lazos de Sangre. Y en estos momentos en los que la actualidad
Marvel tiene a los dos grupos dándose de ostias a base de bien en Avengers vs X-Men, ¿qué mejor momento
para recordar tiempos en los que los dos grupos se llevaban bastante mejor?
Para
eso sirvió Lazos de Sangre, que
uniría Avengers, West Coast Avengers,
X-Men y Uncanny X-Men en una sola trama en la que ambos grupos debían
enfrentarse a la situación en Genosha. En Factor-X habíamos visto como el nuevo
gobierno genoshano trataba de restablecer algo parecido a la paz en el país,
pero esa paz se veía amenazada por la enfermedad que sacudía a los mutados, y
que ahora sabemos, era el Virus del Legado. La ola electromagnética y el regreso
de Magneto habían provocado el alzamiento de los mutados y una guerra civil
entre estos y los Magistrados genoshanos, con la Presidenta y la Geningeniera
Sasha Ryan como víctimas… revuelta empujada y exacerbada por Fabián Cortez, que
se presenta como voz de Magneto y fomenta la lucha entre los dos bandos, siendo
el “presidente” tanto para mutados como para magistrados.
Y
Cortez hace su declaración pública en televisión, con una niña en sus brazos.
Luna, la hija de Crystal y Mercurio, olvidada hoy en día tras el excelente
trabajo que hizo con ella David Hine no hace demasiados años, y quizá el
personaje con más relaciones del Universo Marvel. Hija de Mercurio y Crystal,
nieta de Magneto y sobrina de Medusa y Rayo Negro y de la Bruja Escarlata… Como
consecuencia de Atracciones Fatales
Mercurio ha estado vinculado a la Patrulla-X, y se encuentra junto a ellos
cuando ven a Cortez con Luna; y por otro lado, temiendo que Cortez pudiera
atacar a los Vengadores a través de la nieta de Magneto, Nick Furia trata de
conseguir que los Vengadores se comprometan a no implicarse en el conflicto
genoshano. Por supuesto, Patrulla-X y Vengadores deciden dirigirse hacia
Genosha para liberar a Luna. Por un lado, Cíclope dirige un equipo de la
Patrulla formados por miembros de los equipos Azul y Dorado (con la única
intervención de Revancha como miembro de la Patrulla-X). Por otro, Xavier, la
Bestia, USAgente y Henry Peter Gyrich forman parte de un equipo oficial que
busca el entendimiento entre Mutados y Magistrados, aunque pronto su “misión de
paz” se verá interrumpida, encontrándose con un grupo de humanos y mutantes que
luchan juntos por la paz, dirigidos por la doctora René Majcomb y que pronto
encontrarán campos de concentración mutados. Y por otro lado, Crystal, la Bruja
Escarlata, el Caballero Negro, el Capitán América, Sersi y Máquina de Guerra
escapan de SHIELD mientras el resto, dirigidos por Ojo de Halcón y la Viuda
Negra llevan a cabo un profundo cambio en el futuro de los Vengadores,
desvinculando al equipo de las Naciones Unidas.
Mientras
unos se enfrentan a la élite de los Mutados y otros a los Magistrados, Mercurio
y Jean Grey por un lado, y la Bruja Escarlata y Crystal por otro, se dedican a
buscar a Luna, encontrando a Fabián Cortez… y descubriendo un nuevo jugador en
este conflicto: Éxodo, la voz de Magneto, el enigmático y poderoso mutante que
dirige a lo Acólitos, dispuesto a destruir a Cortez, a Genosha y a Luna, a la que considera la mayor afrenta a su
señor Magneto: una humana nacida de su sangre. Mientras la Patrulla y los
Vengadores presentes tratan de detener la guerra, Mercurio, la Bruja Escarlata,
Crystal, el Caballero Negro, Sersi, Jean Grey y Xavier se enfrentan a Éxodo, al
que derrotan sólo por agotamiento, evitando la destrucción de Genosha por un
campo psiónico, poniendo fin a Lazos de
Sangre, y salvando por supuesto, a Luna.
Lazos de Sangre fue una saga entretenida,
una especie de epílogo a Atracciones
Fatales donde se cerraban algunas de las tramas abiertas, y sobre todo,
donde se impulsa la figura de Éxodo como futuro enemigo de los mutantes,
planteando las primeras dudas sobre el origen de este, al que Fabián Cortez
(que se supone que muere en sus manos) teme, diciendo que ni Magneto sabe lo
que ha despertado, y al que el Caballero Negro conoce de algo… De algo que
averiguaremos mucho más adelante. Ni los escritores de las series mutantes ni
los de los Vengadores se curraron demasiado la saga, la verdad, e incluso a
nivel gráfico parece un poco “abandonadilla”, a pesar de mantener en cartel a
los dibujantes habituales, están como apresurados, como si todo se hubiera
gestado de una forma muy apresurada… probablemente lo que ocurrió.
Y
la historia continuaba…
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