Hablamos hoy de Juegos
de Mesa, que teníamos la sección abandonada desde la primera entrada en la que
hablábamos de El Hobbit, y hoy, la
vamos a dedicar a uno de los juegos más legendarios entre el mundo friki, ni
más ni menos que Munchkin… pero en su
encarnación de tablero, o sea, Munchkin´s
Quest.
Bajo el lema “Roba el
tesoro. Mata a los monstruos. Apuñala a tus amigos”, Steve Jackson diseñó este
juego, publicado en España por la sevillana Edge.
En principio, Munchkin se trata de un
juego de cartas en el que los jugadores se convertían en exploradores de
dungeons que buscaban tesoros, y aumentar niveles, para lo cual necesitaban
derrotar a los monstruos que poblaban esta mazmorra imaginaria. El objetivo del
juego era conseguir el nivel 10, de modo que este se convertía en una
competición de apuñalamiento entre jugadores para evitar que otros lo consiguieran
antes que tu propio personaje. Munchkin ha sido un juego de éxito, con numerosas
expansiones y spin-off (Munchkin Zombies, Munchkin Cthulhu, Munchkin
Apocalipsis…), y así, se ha llegado a Munchkin´s
Quest, la curiosa mezcla entre el propio Munchkin y aquel legendario juego de exploración de dungeons que se
llamaba Hero Quest y del que
probablemente Marco hable algún día. Así, este juego, reduce el número de
jugadores a un máximo de cuatro, y a través de un ingenioso sistema de piezas
encajables que recuerda al Advanced Hero
Quest, nos convertimos en auténticos munchkins
explorando auténticas mazmorras de lo más disparatado, mientras nos enfrentamos
a los monstruos que las pueblan, tratando de conseguir de nuevo el nivel 10
antes que nuestros rivales…
A la hora de realizar Munchkin´s Quest encontramos el mismo
sentido del humor que ha impregnado este sistema desde el principio, con
monstruos como el “Pato Dopado”, el “Jugador de Rol Zombie”, o la “Amazona”,
que se unen a habitaciones como “La Habitación Insonorizada”, “La Habitación
Impar”… y docenas de otras para que cada vez que se juega, haya una mazmorra
absolutamente diferente de cualquier otra que hayamos podido jugar. Las
partidas son largas, y si hay que objetar algo, es el gran número de piececitas
que componen el juego, lo que hace laboriosas la preparación y la recogida (sin
llegar ni mucho menos al nivel de un Arkham
Horror, por supuesto). Así que nada, un juego ideal para grupos pequeños
dispuestos a invertir tardes largas en echarse unas risas, y que no se vayan a
enfadar por las pequeñas traiciones que añaden diversión a este tipo de juegos…
¿verdad?
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