Esta tarde Marco y yo hemos hecho una visita tangencial al cine. Y por
tangencial me refiero a que no estaba planeado, simplemente ha sido “¿Qué
hacemos? ¿Vamos al cine?”, y eso hemos hecho. Teníamos dudas entre Elysium, de
la que nos habían hablado bastante bien pero que no nos llamaba demasiado la
atención a priori, y Exorcismo en Georgia, que mola como idea de peli de miedo…
pero que me da cierto olorcillo a cutre. Al final hemos decidido hacer caso a
los buenos consejos de Oneyros, que además había declarado que esta peli le iba
a gustar especialmente a Marco y nos hemos marchado a ver Elysium.
Y oye, genial consejo.
No sé qué tal será Exorcismo en Georgia, que parece llegar para subirse al
carro de Expediente Warren, pero
Elysium ha sido una auténtica sorpresa positiva (quizá porque no teníamos
expectativas sobre ella). Por si alguien no sabe de qué va, os cuento. Estamos
en el siglo XXII, y como era de esperar, la Tierra se ha ido a la mierda. Así
tal cual, como suena. Crisis demográfica, crisis ecológica... el mundo yéndose
al garete, y un grupo de ricachones y líderes políticos deciden marcharse de la
Tierra a una estación orbital, Elysium (tomando el nombre del paraíso de los
mitos griegos, el Elíseo), donde pueden seguir manteniendo sus privilegios y su
nivel de vida, además de disfrutar de adelantos médicos y tecnológicos que les
convierten en técnicamente inmortales. Por supuesto, Elysium solo está
disponible para unos pocos privilegiados, mientras que el resto de los
habitantes de la Tierra se tienen que conformar con las migajas y con trabajar
para que las clases altas de Elysium puedan seguir manteniendo su nivel de
vida.
Este es el mundo de
Max DaCosta (Matt Damon), antiguo ladrón de coches más o menos rehabilitado que
vive en una ciudad de Los Ángeles convertida en una megápolis de la
desesperación, patrullada por androides que sirven a Elysium para mantener el
status quo. Y es un encontronazo con uno de estos androides lo que envía a Max
al hospital, donde se reencuentra con un amor de la infancia, una enfermera con
el traicionero nombre de Frey. Debido a un accidente laboral que le expone a un
nivel mortal de radiación, Max de pronto descubre que morirá en pocos días,
pero en Elysium tienen sistemas médicos que le permitirían curarse, así que Max
comienza a organizar lo que podríamos considerar un “asalto al cielo”, una
subida a Elysium, que está protegida por los sistemas de defensa ideados por
una totalitaria Ministra Delacourt (Jodie Foster), que cuenta con agentes
durmientes en la propia Tierra, dispuestos a derribar las “pateras” que tratan
de arribar a Elysium en busca de una vida mejor, contando incluso con un
sistema de agentes encubiertos dirigidos por un muy salvaje Kruger.
El plan de Max y el
contratista Spider se complica cuando se topan con una conspiración de la
Ministra Delacourt para hacerse con el poder absoluto en Elysium, lo que
probablemente apartaría a todos los terrestres definitivamente de la estación.
Perseguido por Kruger y envolviendo a Frey en el asunto, mientras es conectado
a un exoesqueleto mecánico que le da una fuerza y una resistencia parecida a la
de los androides de seguridad de Elysium… y ahí va la historia.
A pesar del
planteamiento de historia de ciencia-ficción y tener sus escenas de acción
correspondiente, el sudafricano Neill Blomkamp nos trae una metáfora poco
escondida de un mundo donde cada vez el abismo entre clases se hace mayor, y
donde la mayor parte de la riqueza se concentra en grados enormes en un número
extraordinariamente pequeño de manos, con libertades civiles y económicas cada vez
más restringidas. Podemos ver el abismo social en una Los Ángeles totalmente
ocupada por hispanos, mientras que Elysium está ocupado por una clase dominante
blanca y anglosajona, referencia obvia de Estados Unidos. Blomkamp nos habla en
esta metáfora de Ciencia-Ficción de las diferencias entre mundos, y de lo
realmente fácil que sería en muchos casos reducirlas… solo proponiéndoselo. Aunque
quizá simplifica demasiado las bondades de la terapia médica de la inmortalidad
en un mundo que ya se enfrenta a grandes problemas de sobrepoblación,
convirtiendo la Tierra en una pesadilla demográfica… pero eso es argumento para
otro tipo de película.
En fin, una gran
película, que nos alegramos mucho de haber visto.
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