Hay un dicho popular
que dice que las segundas partes nunca fueron buenas. Esto puede ser más o
menos creíble, dependiendo de hacia dónde miremos. Hay casos obvios en los que
no es así, y otros, como es el que nos ocupa, en el que más bien sí. Hace ya tiempo
que comenté en el Iconocronos la obra Prométeme que serás libre, de Jorge Molist, que me dio muy buena impresión. En este
libro, Molist nos contaba la historia de Joan Serra de Llanfranc, el joven hijo
de un pescador cuyo pueblo es asaltado por piratas. Joan se convirtió en
artillero, en librero, en soldado, tendría que hacer frente a la Inquisición y
a los eventos históricos del momento.
Esa misma trama es la
que continúa en Tiempo de Cenizas, la
continuación de Prométeme que serás libre.
En este tomo, nos encontramos a Joan Serra afincado en Roma, donde posee junto
a su esposa Anna la que probablemente sea la mejor librería de la ciudad. A
pesar de los intentos de Joan por permanecer libre, irá descubriendo que hay
lazos inevitables: honor, lealtad o amor, y que muchas veces tienen intereses
contrapuestos. A través de la historia de Joan, Jorge Molist nos introduce en
el complejo mundo de la política italiana de principios del Siglo XVI, los
movimientos entre las propias ciudades-estado y la política expansionista del
Papado bajo el mando de Alejandro VI y sus hijos, Juan, César, Jofré y Lucrecia
Borgia, todos ellos ocupando papeles de secundarios más o menos relevantes en
la historia de Juan. A través de su amistad con el hombre de confianza de César
Borgia, Miquel Corella (el infame Don Michelotto), Joan Serra se implica en los
movimientos de la familia, sus conflictos dentro de Roma o por el dominio de
Italia. Asistimos así a los enfrentamientos entre los catalani y los romanos encabezados por los Orsini, y a las batallas
por el control de Nápoles, así como a la presencia de Girolamo Savonarola en
Florencia.
Además de los
movimientos políticos de la época, Joan tiene que hacer frente a su propia vida
familiar y a la lucha personal de Joan y algunos de sus viejos conocidos por
mantener a flote la cultura y el saber frente a la política represiva de la
Inquisición y buena parte de la sociedad del siglo XVI.
Como veis el ambiente
es interesante y muy parecido al de la primera novela, sin embargo, Tiempo de Cenizas carece de la garra que
tiene el primer libro. Las historias de Joan Serra son forzadas, y la narrativa
de Molist se hace demasiado retórica y lenta. Su intervención en varias de las
situaciones (como la presencia de Savonarola en Florencia) parece forzadísima,
recordando a Benito Pérez Galdós en sus Episodios
Nacionales, en los que la casualidad quería siempre que el protagonista se
encontrara en los eventos más importantes de la historia de España. Y el libro
está construido de modo que parece tener varios finales, así que, debo admitir,
que terminé aceptando uno de ellos como bueno, y lo dejé, un poco aburrido ya
del libro.
En fin, como he dicho
antes, hay veces en las que la sabiduría popular tiene razón… y esta, es una de
ellas.
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