Que Andrzej Sapkowski es uno de los grandes de la literatura fantástica actual no sorprende a nadie. La Saga de Geralt de Rivia, convertido en un icono de masas por obra y arte de los juegos de The Witcher (y así es como consigues tener un montón de gente diciendo "oh, sí, como mola, yo sé mucho de Geralt sin haber tocado uno de los libros... que enfermo me pone"), o la inconclusa (en España) trilogía de las Guerras Husitas, han sido pruebas de que más allá del propio George R.R. Martin, convertido hoy en el mesías de la literatura fantástica, Sapkowski juega en ligas superiores...
Pero todo el mundo tiene derecho a un patinazo, y creo que para Sapkowski, ese patinazo ha sido esta novela, Víbora. Al igual que en la trilogía de las Guerras Husitas, el escritor polaco escapa de los mundos de alta fantasía para acudir a un hecho histórico como trasfondo de su novela (en este caso, una sola novela). En Víbora, ese trasfondo es la guerra entre Afganistán y la Unión Soviética, el "Vietnam ruso", un conflicto en el que la URSS se metió de lleno y en el que estaría inmersa más de una década. En ese conflicto, el soldado ruso Pavel Levart se encuentra con algo que se sale de lo común, algo mágico, una víbora dorada que ejerce una profunda atracción sobre él, y que parece dominar uno de los cañones de esa tierra mágica que durante siglos ha sido el Hindu Kush.
El planteamiento, tal y como está expuesto, no tiene mala pinta, de hecho, a mi me llamó mucho la atención desde que la vi anunciada en Cyberdark. Pero la verdad es que la novela... en fin, que no es muy activa. Pasan muy pocas cosas, y más allá de que como siempre Sapkowski hace un retrato casi perfecto de la gente más .... vamos a decir, sin ofender a nadie, vulgar, las aventuras que se desarrollan con la Víbora de fondo son poco épicas, y casi inexistentes, más allá del hecho de que Levart tiene algunos poderes precognoscitivos; y que en el entorno de la Víbora, parece adquirir los recuerdos de un fusilero británico y un guerrero de los tiempos de Alejandro Magno...
En fin, igual que en otros momentos volveré a leer sin duda tanto las Guerras Husitas como la Saga de Geralt (que me llama a gritos, todo sea dicho), estoy seguro de que esta Víbora no me va a volver a morder...
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