No es la crónica de un mundo... es la historia de muchos.

martes, 11 de mayo de 2021

PHONOGRAM

 

The Complete PhonogramThe Complete Phonogram by Kieron Gillen
My rating: 5 of 5 stars

Si tengo que valorar a los autores de cómics que más me gustaron en los últimos años en los que coleccioné grapas y en los que llevaba los cómics de Marvel y DC al día, probablemente los que más me llamaron la atención fueron Jonahan Hickman y Kieron Gillen. De Hickman he comentado SHIELD, Cuatro Fantásticos, y ahora estoy con Vengadores, y de Gillen me parecieron muy chulas sus etapas en Thor, Viaje al Misterio y sobre todo en Jóvenes Vengadores. Pero es verdad que en estos años que han pasado desde Secret Wars me he desentendido bastante de los cómics, me he limitado a comprar material antiguo (Green Lantern, JSA, la Biblioteca Morrison...).Hasta DIE. Y leyendo algunas de las entrevistas de Kieron Gillen en DIE, la verdad es que me picó el gusanillo de leer algunas de las cosas que había escrito al margen de sus trabajos más superheróicos. Por supuesto, se trataba de Phonogram y de The Wicked + The Divine; y realmente a través de DIE también de forma tangencial he vuelto a leer otros cómics más nuevos, no superheróicos, pero sí recientes, como ya habéis ido viendo por las colecciones relacionadas con Sandman. El caso es que el otro día fui a mi librería de cabecera (Alcalá Cómics, por supuesto), y allí estaba Phonogram en la estantería, llamándome. Y caí.

Caí tanto que me he leído la colección completa en el fin de semana, y eso que el primer tomo, Rue Britannia, lo he leído dos veces. Porque me costó entrar, voy a ser sincero. Me costó entrar, leí casi hasta el final de Rue Britannia y volví a leerlo de nuevo desde el principio para continuar con los otros dos tomos siguientes, Singles Club y The Inmaterial Girl. Y me ha gustado muchísimo, a pesar de que sé que me estoy perdiendo mucho del contenido del cómic debido las continuas referencias musicales a un tipo de música que no entiendo de todo, el britpop de los años 90, que para mí, como víctima de los retromantes, se resume en Oasis y Blur. En fin.

Phonogram es una obra de magia urbana que nos habla de los fonomantes, hechiceros capaces de utilizar la música para obrar sus prodigios, pero que a su vez ven su propia personalidad definida por esa música que les da poder. Y para David Kohl, el protagonista de Rue Britannia y nuestro guía en el universo de Phonogram, esa música es, como he dicho, el pop británico de los años 90. Y ojo, no es que David sea un tipo especialmente simpático, quizá porque en ese movimiento han estado personajes tan desquiciantes como los hermanos Gallagher o Pete Doherty. Pero simpático o no, David Kohl es nuestro guía en este mundo de magos escondidos a plena vista, y en Rue Britannia, vamos a seguirle en su búsqueda de Britania, la encarnación del espíritu de la propia Gran Bretaña, una búsqueda encomendada por la propia Diosa, encarnación de todo lo femenino, y que es lo opuesto del falócrata David Kohl, lo que plantea ya el tipo de juego que nos van a presentar Kieron Gillen y su compañero, el dibujante James McKelvie (no hay palabras para decir lo bueno que es McKelvie en este tipo de historias, de verdad). A la búsqueda de David Kohl en el volumen 1 de la colección, le sigue un recopilatorio de siete historias cortas, Singles Club, en el que todas las historias tienen lugar una noche de domingo en un club cuya tercera norma es que nada de magia. Y aunque recupera a David Kohl, queda claro que Phonogram no es ni mucho menos la historia de David, sino que hay muchos más personajes con historias que contar: la bailarina Penny B, Mark "el Marqués", Lloyd (nunca será Logos), Laura Black, y los tres personajes que vienen de Rue Britannia, David, Emily y Chico con Cuchillo, nos muestran como es una noche de fonomantes en una trama que es un auténtico homenaje a la música en general y al britpop en particular; y que expresa aun mejor que cualquier historia larga qué es lo que Gillen y McKelvie nos están contando en Phonogram; y donde McKelvie tiene la posibilidad de hacer experimentos de lo más interesante. Y la historia acaba en The Inmaterial Girl, que se centra en Emily, personaje al que ya habíamos conocido en los números anteriores y que amplía el homenaje realizado por los autores al fascinante mundo de los primeros videoclips, con un especial peso en Take on Me, de A-Ha, y que es una cosa que me llamó mucho la atención de la contraportada del tomo, ya que es una canción y un vídeo que me encantan.

No quiero contar mucho más, porque creo que cada uno debe leer Phonogram desde su perspectiva, desde sus conocimientos y descubrirla poco a poco, trasladando sus propios sentimientos sobre la música a lo que está leyendo, y es que creo que sobre todo, Kieron Gillen y Jamie McKelvie nos están contando una historia épica y mágica sobre lo único mágico a lo que podemos mantener en el día a día... y que es la música.

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