No es la crónica de un mundo... es la historia de muchos.

martes, 8 de febrero de 2011

ADIÓS, ELFO.

            Bueno, aviso para navegantes. A partir de aquí hay un spoiler gordísimo si no habéis leído el número 27 de X-Force, que contiene el quinto capítulo de Advenimiento. Así que, si no habéis leído ese número (Darthni, te miro a ti específicamente, si no te has puesto al día, para aquí), no sigáis leyendo.

            Hace tiempo, cuando leí el quinto episodio de Advenimiento (en aquellos momentos aún no teníamos ni idea de cómo se iba a titular en España, todos hablábamos simplemente de Second Coming) me vi sorprendido por un hecho que para mi fue traumático: la muerte, absurda y sin sentido, de uno de mis personajes favoritos de la Patrulla-X. Bueno, probablemente de todo Marvel… de todo el mundo del cómic. Y como todos habréis supuesto al leer el título de este post, se trata de Kurt Wagner, más conocido como Rondador Nocturno, pero al que seguro que más de uno llama simplemente “Elfo”, igual que lo hace Lobezno. Y que conste que lo de calificar su muerte defendiendo a Hope , la supuesta Mesías Mutante, de absurda,  no hace que fuera menos dramática. Sí me sorprendió el hecho de que la muerte de un personaje tan relevante como Rondador ocurriera en el número cinco de una saga: no es el reclamo de lanzamiento, no es el sacrificio final. Es una muerte más.
            Y eso no lo hace menos doloroso.
            Rondador ha formado parte de mi vida desde la primera vez que me acerqué a la Patrulla-X, y eso significa desde el primer momento en que un cómic de superhéroes cayó en mis manos. Y sí, me llamó la atención desde el momento en que le vi. El bicho azul que decía cosas en alemán y se teleportaba. De aquello, hace más de un cuarto de siglo, y con el tiempo, Rondador fue convirtiéndose en mucho más. Según fui creciendo y entendiendo mejor lo que leía, cada vez le cogía más cariño al personaje. Rondador era físicamente un monstruo, Xavier le había tenido que salvar de una turba enfurecida que pretendía quemarle por su aspecto demoníaco, y sin embargo, era probablemente el personaje con más sentido del humor de unos X-Men que normalmente estaban  hundidos en la angustia y el existencialismo de defender a un mundo que les odia y les teme. Frente a la negatividad reinante en la serie, Kurt reía.
            Con el paso del tiempo, fuimos descubriendo aún más cosas: era un ligón empedernido, era un apasionado de las películas de aventuras y de Errol Flynn, y frente al entorno científico en el que se movía, era un hombre de fe. De una fe profunda, de la que se convierte en auténtico convencimiento, del que es capaz de sostenerte en los momentos más duros, de convertirte en un faro de fe cuando el 90% de tu propia especie desaparece, cuando sabes que estás condenado a la extinción. Le hemos visto convertirse en líder en un equipo donde no era, desde luego, el más poderoso. Le hemos visto enamorarse. Le hemos visto enfrentarse a una historia familiar que convierte cualquier telenovela venezolana en Caperucita. Le hemos visto incluso tomar los hábitos y convertirse en sacerdote, aunque no fuera esa la etapa más gloriosa de su historia, quizá porque los guionistas que sucedieron a Claremont en aquel momento no supieron enfrentarse a lo que de verdad era un personaje con tal trasfondo de fe.
            Durante muchos años, Rondador ha sido para muchos… para mí, el demonio con corazón de ángel. La risa que rompe la oscuridad. Para aquellos que amamos el cómic, mucho más que un simple dibujo, y ahora, le hemos perdido. Sí, puede que algún día vuelva, todos sabemos que en el mundo de los superhéroes, las puertas de la muerte son giratorias. Pero si no conseguimos superar esa desconfianza, si no nos creemos lo que ocurre en cada momento de un cómic, ¿realmente estamos disfrutando de él? Así que, a día de hoy, para mí, Kurt Wagner está muerto, y probablemente nunca vuelva a verle. Y quizá sea un estúpido, porque ese pensamiento duele. Porque no es lo mismo no ser un personaje de carne y hueso que no ser de verdad, y si había alguien de verdad en X-Men, ese era Kurt.
            Así que, como dice Lobezno… espero que valga la pena.

            Adiós, Elfo. Te voy a echar de menos.


12 comentarios:

David G. dijo...

Descanse (por un tiempo) en paz. Seguro que acaba volviendo a la vida. Después de lo de (SPOILER) Kraven (SPOILER), ya me lo creo todo.

Por cierto, mi historia favorita del elfo es el Annual 4 de Uncanny X-Men, con Claremont y Romita Jr.

Angel Guerrero dijo...

Ay, Tomás... dices que vas a hablar de algo que lleva un SPOILER muy gordo, ¡¡¡¡ y lo pones directamente en el título!!!!... ¡Te vas a librar de ser quemado en la hoguera porque ya he leído el cómic, que si no...!

A todo esto, me ha sorprendido... mucho. Pero se ve que ya no disfruto tanto de estos cómic, porque lo primero que pensé fue: "Ya lo traerán de vuelta". Ay, me hago viejo... Tengo un grave problema y mucho me temo que no tiene marcha atrás. Ya no me creo lo que cuentan estos cómics. ¡sigh!

David G. dijo...

Justamente, de lo que ya no me creo mucho este tipo de cosas, comentaba eso el otro día, en el post que escribi sobre el tomo de Spiderman de este mes (Ángel,no leas ese post sino te has hecho ya con el Spidey de este mes) y venia a decir algo parecido.

El sentimiento generalizado al leer estas cosas, ya sean muertes o resurrecciones, es de incredulidad.

Tomás Sendarrubias dijo...

Angelito, de spoiler nada, que a lo mejor me estaba despidiendo de Legolas...si será por elfos...

Si a ver, si seguramente vuelva en algún momento... o no... pero si parto de esa premisa, si me vuelvo incrédulo respecto a lo que leo... tengo la impresion de que no lo disfruto. Pero vamos, que también es cierto que soy muy bobo, leyendo el especial Generacion-M tiempo atrás se me caían las lágrimas cuando el Ángel aparece sin alas como si las hubiera perdido, y leyendo Jovenes Vengadores, en el número en el que se habla de que Wiccan y Veloz son los críos de Wanda, tuve que cerrar el comic y dejar de leer porque iba en el bus y no me parecía procedente hacer el camino llorando a lágrima viva...

Lo que te digo, muy bobo.

David G. dijo...

Para nada, Tomás. Yo te confieso que he llegado a emocionarme varias veces también. Una de ellas fue el momento en que Dinah se dio cuenta que Ollie había cambiado por ella y que estaba esperando que ella acabase por notarlo.

Sin embargo, si que me sigue pareciendo que el artificio de las muertes y resurrecciones puede acabar, como así esta ocurriendo en mi caso, que anule nuestra empatía hacia esos acontecimientos.

Ojo, Tomás, que me refiero concretamente a lo expuesto, a defunciones y vueltas a la vida, no veo para nada tonto que te involucres en las historias y te emociones en los momentos que has mencionado, como lo de los hijos de Wanda. Por que, gracias a Odín, pasan muchas cosas emocionantes en los cómics, además de las bajas y las altas de los personajes :)

Tomás Sendarrubias dijo...

Realmente la única vez que me he sentido furibundamente engañado fue con la muerte/resurrección de Estrella del Norte. Jean-Paul, por muchos motivos, siempre ha sido uno de mis personajes favoritos, y durante la etapa de Austen en X-Men le cogí aún más cariño. Y de pronto, durante Enemigo de Estado, va Lobezno y me lo mata. Pero no solo eso, no... es que ese mismo mes, en X-Men: El Fin, también casca para sacar a Cíclope del Instituto que está estallando (que yo decía "¡¡Pero tira al plasta este dentro y vuela rápido.. ¡¡vuelaaaa!!". Y un número con el funeral más emotivo que he visto nunca en Academia-X (otro que tal, otra de esas colecciones donde me encariñé de todos los personajes, y el momento en el que Anole sale diciendo que no podrá confiar nunca más en nadie como lo había hecho con Estrella del Norte, que con él era especial... buffff...), ¡¡y de pronto, al mes siguiente, lo resucita la Mano!!!

De verdad, ahí hubiera matado a Millar, a Romita Jr, y a todos todos todos todos los implicados en aquello. Muertos, pero muy muertos.

Oneyros dijo...

Pero es que encima la muerte que tiene en Enemigo de Estado es tonta a mas no poder... maldito Millar!!
Romita colaboro a regañadientes te lo aseguro!!
Menos mal que tenemos a Carey para solucionar esos fregaos...
Por cierto el elfo volvera...seguro

Angel Guerrero dijo...

Cuánta razón tienes, Tomás. Si nos volvemos incrédulos, está claro que disfrutamos menos del cómic (o de un libro, una serie o una película)... y ojalá no lleguemos a eso nunca, pero en mi caso, tal y como lo describe David, ya me está pasando, sobre todo con Marvel.


Y lo de ser bobo, nanay de la china. Cuando uno se implica en la historia, cuando uno la vive, y llega a extremos de mostrar sus sentimientos (llorar, reir, gritar, lo que sea), entonces es que la historia merece la pena. Eso lo tengo muy claro. A mí me pasó con Marvel hace muuuuucho tiempo (esa Avispa muriendo en las Secret Wars, ese Hércules sin pulso en Vengadores de Stern, ese Lobezno matando a Mariko o esa Kitty aceptando casarse con Caliban para salvar la vida de Coloso...) pero ahora me pasa muy esporadicamente... y casi ni eso. Pero gracias a Odín, sigue habiendo otros cómics donde sí me creo lo que ocurre, donde no me espero la siguiente jugada, donde acepto todo lo que acaece, y algunos ejemplos son/eran "Y, El último hombre", "Predicador", "Muertos Vivientes" o "Invencible". Ninguno de DC o Marvel, y es que creo que en estos universos, mi cerebro ya le puede a mi corazón y no para de recordarle que lo que allí sucede (lo que sea) no será para siempre.

¡Cuchá, quizás por eso disfruté con la denostada Ultimatum, porque al ser un universo alternativo, sí que me he creido que personajes como Lobezno, Magneto, la Avispa o el Doctor Pym, han palmado de verdad!

Tomás Sendarrubias dijo...

Madre mía, tío, pero es que Ultimatum era tal carnicería que perdía el sentido por sí misma...Jo, me estaba acordando de otro momento de llorar a lágrima viva... la muerte de Illyana como primera víctima del Virus del Legado... Acojonante.

David G. dijo...

Comparto tu entusiasmo por ese cómic. La muerte de Illyana quizás sea mi cómic favorito de los escritos por Lobdell. Aunque fue un error traerla de vuelta, por mucho que nos guste tenerla otra vez entre nosotros.

Eso si, eso no quita que el tebeo de su muerte, sea muy emotivo.

Angel Guerrero dijo...

Por cierto, que he leído esta misma mañana el número con el funeral... y pregunto... ¿lo incineran? Es que me da esa sensación.

Por cierto (II), este cross-over se está poniendo muy interesante. Cada vez más. Complejo de Mesías me gustó bastante, pese a un par de dibujantes que por allí pululaban, pero éste cross-over, por el momento, no se queda a la zaga.

Tomás Sendarrubias dijo...

Afloja un poquito ahora, Ángel, pero realmente merece la pena.