Ya hace algunas semanas que escribí el post sobre las dos primeras temporadas de Torchwood, y ha llegado el momento de hacer lo propio con la tercera, quizá uno de los planteamientos más originales de la televisión en cuanto a formato que se ha visto últimamente.
Al final de las dos temporadas anteriores, Torchwood quedaba bastante mermado, pero el inicio de la tercera nos deja claro que no van a tener demasiado tiempo para rehacerse, ni para prepararse para lo que se les viene encima. Y es que este grupo paragubernamental va a tener que hacer frente a una de las mayores amenazas de su historia, y eso que las anteriores no han sido pequeñas. Y aunque esta no sea la más destructiva, desde luego es la más llamativa.
Todo comienza cuando todos los niños de la Tierra, de forma simultánea, comienzan a tener una serie de trances progresivos. Primero, simplemente se detienen. Luego, comienzan a hablar, cada uno en su idioma natal, para decir simultáneamente las mismas palabras: “Ya Vienen”. El gobierno británico se convierte en antagonista de Torchwood, pues la presencia de la agencia y sus investigaciones amenazan la propia estabilidad del gobierno, pues la situación de los niños de la Tierra no es nueva para muchos de los dirigentes de las altas cúpulas británicas, que ya han tenido contacto previo con las entidades que hablan a través de los Niños, unos extraterrestres que reciben el nombre de “los 4.5.6”, debido a la frecuencia de radio por la que contactan con ellos.
Gwen, Ianto y el capitán Harkness tienen que hacer frente a una amenaza más personal, sobre todo porque es, concretamente eso, personal. Van a por ellos, y no se lo van a poner fácil, ya que además de hacer frente a su misión habitual de proteger el planeta de las amenazas extraterrestres (que esta vez al menos no llegan por la Fisura), tienen que hacer frente a las conspiraciones dentro del gobierno británico. Al menos, para ello contarán con nuevos aliados, algunos de ellos incluso sorprendentes, otros más previsibles. Y tendrán que hacer sacrificios, sobre todo sacrificios personales.
El formato de Torchwood: Los Niños de la Tierra es completamente diferente a las dos temporadas anteriores, ya que en este caso, se trata de un argumento continuado que se desarrolla a través de los cinco episodios de los que consta la temporada, y que en Gran Bretaña se transmitió de forma continuada a lo largo de los cinco días laborables de una semana, a modo de miniserie.
Y en fin, no puedo decir mucho más sin ponerme a spoilear cosas a saco, así que voy a parar, simplemente diciendo que Torchwood: Los Niños de la Tierra es una temporada excelente, tanto como continuación de las dos temporadas anteriores como para acercarse a ella de forma independiente.
Y Jack Harkness sigue molando.
1 comentario:
Children of Earth es una estupenda serie de ciencia-ficción. De ciencia-ficción de la de toda la vida, de "esto podría pasar pronto, tengan usías cuidado". Más allá del tema de los extraterrestres y el fulano inmortal, la reacción de los gobernantes ante una amenaza externa es para no dormir en una semana, primero por lo cruda... y luego por lo probable. Cualquier aficionado a la CF tiene que ver esto, aunque haya que resumirle quién es cada personaje.
Luego en la S4, Miracle Day, hay un poco de esto, pero los americanos han puesto dineros, y cuando pagan los americanos las cosas se edulcoran bastante.
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