Cuando
hablamos de Enrique VIII, si a cualquiera nos preguntaran por una de sus
esposas, automáticamente todos apuntaríamos a la misma: Ana Bolena. Y es que el
personaje de Ana ha sido uno de los que más han encendido la imaginación y el
interés de historiadores, novelistas, directores de cine, curiosos y gente en
general. Su trágico final la ha convertido en uno de esos personajes imbuidos
de romanticismo histórico, muy por encima de cualquiera de las otras esposas
del gran Enrique VIII, incluso de la propia Catherine Howard, cuya suerte
compartió.
Sin
embargo, si por algo se caracterizó Enrique VIII es por rodearse, de forma
consciente o inconsciente, de grandes mujeres. Lo fueron sus esposas, sus
hijas, sus hermanas… Y una gran mujer fue, por supuesto, su primera esposa,
sobre la que habla la novela de la que vamos a hablar hoy. La Princesa Fiel, Catalina de Aragón. Hija de los Reyes Católicos,
Princesa de Gales prácticamente desde el momento de su nacimiento, viuda de un
Príncipe, esposa de un rey y víctima de una situación que cambió el curso de la
historia del mundo, el conflicto provocado por el interés de Enrique VIII en
divorciarse de ella para casarse con Ana Bolena y que llevó a la ruptura entre
la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia Católica de Roma.
Philippa
Gregory convierte a Catalina de Aragón en la protagonista absoluta de su
novela, una novela que cabalga entre el romanticismo y la historia, y en la que
vemos la evolución de la joven Catalina hasta convertirse en Katherine, reina
de Inglaterra. La escritora recrea la vida de la reina desde su posición de
Infanta de España durante las campañas de los Reyes Católicos que llevaron a la
caída del reino nazarí de Granada hasta su juicio en Blackfriars, parte del
dramático proceso de divorcio entre Catalina y Enrique.
El
peso de la historia está puesto, sobre todo (y curiosamente, ya que siempre
hemos visto a Catalina subordinada históricamente a Enrique) en el matrimonio
entre la Infanta Catalina y el Príncipe de Gales, Arturo Tudor, el hermano
mayor de Enrique VIII, y que sería el heredero al trono inglés hasta su muerte
en Ludlow, en sus dominios galeses, a causa de la llamada “enfermedad de los
sudores”, una fiebre epidémica que arrasó varias veces Inglaterra durante el
siglo XVI y que tendría miles de víctimas. A través de La Princesa Fiel, seguimos el camino de una Catalina, salida de la “exótica”
corte de Granada, hija de Isabel y Fernando, hasta llegar a Inglaterra, donde
clima y costumbres eran tan extraños para ella como si fueran un mundo
completamente diferente. Y en Inglaterra, conocemos al resto de los personajes
de esta historia: el príncipe Arturo, su hermano Enrique, la controvertida
Margarita Beaufort (madre de Enrique VII
y artífice principal de la llegada de los Tudor al trono), Lady Margaret
Pole, o el propio Rey Enrique VII, con intereses más que dinásticos en
Catalina.
Realmente,
La Princesa Fiel es una novela
entretenida, sin grandes pretensiones, que aporta una nueva perspectiva sobre
la vida de un personaje histórico a todas luces fascinante, y que perfila quizá
demasiado poco al resto de los personajes, que quedan un poco “escasos”. Sí es
cierto que la autora hace un estudio (novelístico, por supuesto) del personaje
de Catalina, alternando en su narración la tercera persona con los monólogos
interiores de la Infanta, que nos cuenta como se siente o qué piensa tras cada
evento importante, y lo hace de forma que es fácil que nos encariñemos con
Catalina.
Una
buena lectura, ya os contaré qué tal cuando le de a “La Otra Bolena”, de la misma autora.
1 comentario:
Estaba buscando información sobre este libro que quiero leer y creo que tu crítica me ha ayudado bastante. Lo tengo en mi lista de próximas lecturas.
Un saludo y gracias.
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