Tras
la Saga del Nido, y sin solución de continuidad, Chris Claremont y Paul Smith
decidieron “bajar a la tierra” en sus siguientes trabajos. Si durante el
enfrentamiento con el Nido habíamos vivido una auténtica Space Ópera, las
siguientes historias de la Patrulla serían muy diferentes, pero no menos
sorprendentes. Para empezar, pudimos ver una historia casi familiar, la
legendaria “El Profesor Xavier es un Idiota”, en la que Kitty Pryde trata de
convencer a Xavier para que no la trasladad a los Nuevos Mutantes, y termina
enfrentándose a un nido de cazadores sidri (que ya habían aparecido en los
prolegómenos de la Saga del Nido, siendo culpables de una de las muchas
destrucciones de la Mansión), lo que le valió la admisión en la Patrulla,
además del reencuentro con el dragón que había conocido en Mundo Nido, y que se
convertiría en el compañero inseparable de Kitty Pryde durante dos décadas:
Lockheed.
Después de
esto, pudimos ver cómo la Patrulla-X tenía que encontrar a uno de los suyos, el
Ángel, secuestrado en su propia casa y delante de su novia, Candy Southern, que
también sería atacada por los extraños secuestradores. Rastreando a los
secuestradores de Warren, la Patrulla-X descubre la existencia de un inmenso
túnel situado bajo Manhattan, El Callejón, y a sus extraños habitantes, los Morlocks.
Como todos sabemos ya, Claremont tomó el nombre de las criaturas infrahumanas y
subterráneas que habitaban en subsuelo en La
Máquina del Tiempo, de H.G Wells, y en la Patrulla-X, se trata de un grupo
de mutantes con deformidades físicas o mentales que les impiden llevar una vida
normal. Su líder es Calisto, una hábil guerrera que ha decidido convertir a
Warren en su príncipe, pero que perderá el liderazgo de los Morlocks en una
lucha con Tormenta, sobre la que Claremont pone cada vez más peso en las
historias que narra, y más aún ahora que Lobezno está ausente, debido a que el
mutante de las garras estrenaba su primera serie limitada, y si estaba en Japón
(como veremos), no podía estar en Nueva York con sus compañeros… Igual deberían
explicárselo ahora a Lobezno, que parece tener el don de la ubicuidad, formando
parte de los X-Men, los Vengadores y viviendo sus propias aventuras (claro, que
Spiderman está al mismo tiempo en los Vengadores y la Fundación Futuro, igual
que la Cosa…). Claremont nos traería el cambio de Tormenta de forma progresiva,
humanizando a la antigua diosa, que cada vez se encuentra más confusa y más
distante con sus poderes. Entre los
Morlocks, además de Calisto (y otros que tendrán importancia más adelante, como
Rompedor, Plaga o Máscara) se encuentra Calibán, el rastreador de mutantes de
Calisto, y que ya había aparecido anteriormente, mostrando su enamoramiento de
Kitty Pryde, algo que todavía coleará más adelante. También en estos momentos
hace su aparición uno de los personajes más enigmáticos que Claremont llevaría
de la mano durante mucho tiempo: en su viaje a Alaska para conocer a sus
abuelos, Cíclope conoce a Madelyne Pryor, una mujer exactamente igual a Jean
Grey.
Más
importante aún que la aparición de los Morlocks será la llegada de Pícara a la
Patrulla-X. Confundida y asustada por sus propios poderes, Pícara (que ha
dejado de ser vieja y fea de pronto) decide abandonar a Mística y Destino, buscando
la ayuda de Charles Xavier y encontrándose con la oposición del resto de los
miembros de la Patrulla, que aún no han perdonado a Pícara lo que le hizo a
Carol Danvers… y de hecho, la propia Carol se alejará debido a ello por un
tiempo del entorno de la Patrulla-X, uniéndose a los Saqueadores Estelares bajo
su identidad de Binaria. Pero finalmente, al igual que se dio una oportunidad a
Lobezno, Xavier decide darle una oportunidad a Pícara, que se convierte así en
el más reciente miembro de la Patrulla, y que no tardaría mucho en tener su
bautismo de fuego.
Aunque
este llegaría después del desarrollo de la primera serie limitada en solitario
de Lobezno, que ya hemos mencionado antes. Honor
llegaría a la historia del cómic con guiones de Chris Claremont y con los
lápices del legendario Frank Miller. La trama, narrada con un estilo muy
parecido al que el propio Miller utilizaría en Sin City (muchas de las frases
de Lobezno podría haberlas dicho Marv tranquilamente), lleva a Lobezno a Japón
en busca de su amada Mariko Yashida, para descubrir que ha sido obligada a
casarse por su padre, Lord Shingen Yashida. En Honor, Claremont y Miller nos cuentan una historia de samuráis y
ninjas para la cual recuperan a la creación de Miller para Daredevil, los
ninjas de la Mano. Para ayudar a Lobezno, Claremont introduce a uno de esos
personajes femeninos que tanto parecen gustarle, Yukio, a la que llaman “Salvaje”,
y que será su amiga, su enemiga y su amante, todo por ratos. La historia
acabaría con la legendaria invitación para los miembros de la Patrulla a la
boda de Logan y Mariko.
Y
ese sería el momento de que la historia continuara en Patrulla-X, pues los
miembros del equipo llegan a Japón a tiempo de enfrentarse a Víbora y Samurai
de Plata, pues este último reclama el liderazgo del Clan Yashida. Lobezno y
Pícara tendrán que colaborar para hacer frente a los dos villanos y evitar la
muerte de sus compañeros, mientras Tormenta vive un “viaje interior” y
exterior, de manos de Yukio, con Tormenta viviendo el cambio de look más
radical de su historia, la legendaria Tormenta “punki” que veríamos en muchos
momentos importantes de la historia de la Patrulla-X. Sin embargo, algo siniestro
se cierne sobre los X-Men a pesar de la incipiente boda, y es que Scott tiene
múltiples dudas sobre la relación de Madelyne Pryor con Fénix… y hay símbolos
de la vuelta de Fénix Oscura. Todo esto parece relacionado con un enigmático
hombre, que pronto descubriremos no es otro que Jason Wyngarde, Mente Maestra,
que golpeará a los X-Men, tomando el control de Mariko para que rechace a
Lobezno y haciéndoles creer a todos que Madelyne Pryor es Fénix, en un
retorcido plan para llevarles a matar a una inocente. Por supuesto, Cíclope y
compañía derrotarían a su viejo enemigo, y el número 175 de Uncanny X-Men acabaría con la primera
boda que se ha visto en las páginas de los Mutantes; la boda entre Scott
Summers y Madelyne Pryor.
Sobre
esta parte de la historia de la Patrulla-X hay que destacar que uno de los
números sería dibujado por Walt Simonson, autor también convertido en leyenda y
que desarrollaría un trabajo bastante parecido al de Paul Smith con los lápices.
Probablemente, en el recuerdo de los aficionados, esta no sea una de las etapas
más brillantes de la Patrulla, las historias son buenas, pero obviamente, no
siempre se puede vivir un nivel épico como el que habíamos visto, y en estos
números, Claremont, sin quitarnos un ápice de la acción necesaria para
convertir un cómic en algo entretenido, prefiere trabajar en los personajes:
Tormenta, Lobezno y Cíclope se convierten en protagonistas absolutos por sus
monólogos interiores y las situaciones de conflicto en las que se encuentran,
lo que nos permite asistir a la construcción de estos grandes personajes tal y
como los conocemos hoy. Y respecto a Honor,
la verdad es que nunca me ha parecido demasiado descollante. Quizá sea porque
el dibujo de Miller es… en fin, como es; quizá porque Lobezno nunca ha sido mi
personaje favorito, quizá porque las historias de samuráis nunca me han
convencido demasiado.
Pero
así soy yo, rarito.
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