Y
comieron perdices y vivieron felices para siempre…
O
no. Porque si hay algo que en los últimos años hemos vivido por doquier ha sido
una revisión desde numerosos puntos de vista de los cuentos clásicos. Lo hemos
visto en el cine (Blancanieves y el
Cazador; Mirror, Mirror; Caperucita Roja), en los libros (La Guerra de los Espejos), los cómics (Fábulas) y la televisión (Grimm, Érase una vez…). Y lo genial es
que quizá todas estas revisiones, toda esta tormenta de ideas ha salido del
mismo lugar, del genial cómic Fábulas,
obra de Bill Willingham y con los lápices principalmente de Mark Buckingham. Fábulas ha sido, por así decirlo, el
punto de ruptura que ha permitido que muchos ojos se giren hacia los cuentos
clásicos para traer esta avalancha de nuevas perspectivas, de nuevas historias.
Y
hoy vamos a hablar de una de las series de televisión que, se admita o no,
tiene su base en Fábulas. Se trata de
Érase una Vez, con guiones de Edward
Kitsis y Adam Horowitz (Perdidos, ni
más ni menos). Aquí en España ha sido emitida por AXN, y en breve (bueno,
cuando a los señores directivos les de la gana, que llevan anunciándola desde
antes del verano) la tendremos en Antena 3, quizá sustituyendo a Juego de Tronos, que ya ha llegado a su
último episodio en la cadena pública. Y quizá de todo lo dicho anteriormente, Érase una Vez, sea la historia que más
directamente bebe de Fábulas, su
concepto es muy parecido. Si en el cómic nos encontramos con que los personajes
de los cuentos residen en Villa Fábulas, un barrio de Nueva York, en Érase una Vez los tenemos en un
pueblecito de Maine llamado Storybrook. ¿La diferencia? Que mientras en Fábulas todo el mundo es consciente de
quien es, en Érase un Vez los
personajes han olvidado su naturaleza y sus personalidades mágicas.
Y
es que en Érase una Vez los
personajes son víctimas de un hechizo, un maleficio que les impide recordar
quienes son, que niega la magia, y que les arrebata sus finales felices. Por
supuesto, este hecho fue perpetrado en su momento por la más malvada de entre
las malvadas que han pasado por cuento alguno: la Reina de Blancanieves. Así, Érase una Vez nos narra, en dos tiempos,
la situación de los personajes que ahora viven en Storybrook y cómo eran sus
vidas en las tierras mágicas, en los reinos de donde vienen, revisitando sus
cuentos e historias, entrelazándolos en muchos casos de curiosas formas para
dar sentido a una mitología conjunta.
Por
supuesto, todo hechizo tiene un punto débil, y cuando hay cuentos de por medio,
los finales felices pueden postponerse, pero poco más. Y así, el hechizo de la
Reina comienza a zozobrar cuando Emma Swann, una detective de Boston, llega a
Storybrook, a donde es llevada por su hijo, Henry, un niño al que dio en
adopción cuando ella era solo una adolescente, y que fue adoptado por Regina,
la alcaldesa de Strorybrook, que no es otra, por supuesto, que la Reina
Malvada. Henry sabe la verdad sobre el pueblo gracias a un libro de cuentos, y
también sabe que Emma tiene el poder de romper ese maleficio y devolver a la
gente de Storybrook sus finales felices, pues Emma es, ni más ni menos, la hija
olvidada de Blancanieves y el Príncipe Azul, destinada a liberar al resto de
los personajes de cuento del embrujo de la Reina Malvada.
Así,
por esta primera temporada de Érase una
Vez (ya ha renovado para una segunda que al parecer se estrenará en
septiembre de este año, y acaba con un cliffhanger cojonudo, la verdad), hemos
visto pasar a Blancanieves y el Príncipe, Cenicienta, el maléfico Rumpelstinski
(más o menos, seguro que me baila alguna letra), la Bella, Gepetto, los
enanitos, el Hada Azul, Pinocho, el Sombrerero Loco, Caperucita y la Abuelita,
el Cazador, Pepito Grillo, Hansel y Gretel… Todo un muestrario de personajes de
los cuentos clásicos, convertidos en los habitantes en principio anodinos y
típicos de Storybrook, pero la llegada de Emma hace que se pueda ver que todos
y cada uno de ellos son más, mucho más de lo que se puede ver a simple vista.
Una
gozada de serie, la verdad, en la que se cuenta con un trío de damas para
encabezar el reparto principal, con Jennifer Morrison (House) como Emma Swann, Ginnifer Goodwin (Big Love) como Blancanieves y Lana Parrilla (Miami Medical) en el papel de Regina, la Reina Malvada. ¡A ver si llega pronto de verdad la segunda
temporada!
2 comentarios:
Me encanta leer reseñas televisivas en tu blog colega, te quedan muy bien.
La tengo que retomar, porque estoy atascado en el 16, de momento mi episodio favorito el del Cazador... que drama por DIO
¡Muchas gracias, tío! Haría más, pero es que no hay tiempo para ver la tele... Estoy viendo ya la séptima temporada de Sobrenatural, en cuanto la termine, haré un post sobre la serie entera...
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