Otro finde de estreno
peliculero, además muy esperado. Llegaba Guerra
Mundial Z, y con todo lo que se ha hablado y publicitado esta peli de
muertos vivientes que corren… pues apetecía mucho verla. Así que el viernes
organizamos sesión grupal de cine, y nos fuimos a ver a Brad Pitt y sus zombis.
Bueno, para los que no
lo sepáis, Guerra Mundial Z es una
película basada en un libro del mismo nombre, que no me he leído pero que ha
pasado a las primeras posiciones en lista de pendientes gracias a las
recomendaciones de los amigos… y que por lo que se ve no tiene nada que ver con
la peli.
A ver, evidentemente,
de una peli que se ha anunciado como esta, se puede esperar que sea entretenida,
que tenga tensión, acción, intriga y escenas chulas, espectaculares. Si habéis
visto los trailers, ya habéis visto todas las escenas chulas de la peli (menos
una, la verdad), así que eso lo lleváis ya ganado. Los zombis atacando el helicóptero,
haciendo castellets en un muro, corriendo por Manhattan y volcando autobuses,
ya los hemos visto todos. Y es verdad que las escenas molan en pantalla grande.
Por lo demás…
Todo comienza cuando
los zombis atacan. Tal cual suena, no hay una explicación de por qué,
simplemente de pronto un mogollón de zombies recorre las grandes ciudades,
mordiendo a todo lo que se cruza en su camino, pero sin nada de hambre y con
muy poco respeto por su propia integridad física (claro, son muertos vivientes,
no les duele…). Brad Pitt interpreta a Gerry, un antiguo agente de la ONU,
retirado y con familia, que se encuentra envuelto en el estallido zombi de
Manhattan, y que merced de sus conocimientos y contactos militares consigue
escapar junto a su familia para reunirse con los supervivientes del gobierno y
el ejército, en alta mar en una serie de portaviones y barcos militares, y que
deciden que Gerry es su mejor posibilidad para escoltar a un científico (el
actor que hace de Rakharo en Juego de Tronos) en su búsqueda del “Paciente Cero”
para averiguar lo más posible sobre la “enfermedad zombificadora”.
Evidentemente, las
cosas se complican, y lo que debía ser un corto viaje a Corea del Sur se
convierte en un largo periplo. Corea, Israel y Gales se convierten en los
escenarios de la búsqueda del Paciente Cero y las respuestas necesarias para
hacer frente a la invasión zombi. Brad Pitt se convierte así en el héroe de
acción (sin llegar a los extremos de Ethan Hunt o Jason Bourne), inteligente y
afortunado capaz de hacer frente a la invasión sin despeinarse demasiado. Guerra Mundial Z se convierte en una
sucesión de escenas de acción y escenas de profundización en el problema zombi.
Hasta que acaba la peli.
Y acaba así, es decir,
sin acabar de verdad. Sin un final de verdad ni nada parecido. O sea la
sensación es que vimos un pedazo de película, pero no porque fuera una gran
peli, sino porque faltan trozos: el principio y el final. Hay escenas chulas,
sí, pero no creo que se consiga crear el ambiente de tensión que las
respaldaría, y el problema es que incluso una de las escenas más destroyer de la película tiene su origen
en un momento un poco absurdo (atentos al karaoke de Jerusalén, que tiene
miga). Luego me estuvieron contando un culebrón organizado alrededor de esta
peli, que ha pasado de tener guiones de Straczynski a no tenerlos, de no tener
un final a tenerlo… más o menos. Y de lo que podría haber sido una gran
película, a ser una película más.
1 comentario:
La escena del "karaoke" es antológica... XD
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