Vamos a ver hoy por aquí el segundo arco argumental de la serie Locke and Key, donde el tándem Joe Hill y Gabriel Rodríguez continúan desarrollando los misterios de la mansión Keyhouse y la familia Locke.
Después de que en el arco anterior asistiéramos a la llegada de los Locke a Keyhouse, huyendo del asesinato del padre de la familia, y a un nuevo ataque del asesino a la casa, liberando así al espíritu del pozo, Dodge, en Juegos de Cabeza profundizamos un poco más en la mitología creada por el vástago de Stephen King alrededor de la casa de las puertas misteriosas y las llaves mágicas.
Después de que el misterioso espíritu Dodge escapara del pozo de Keyhouse, le vemos, convertido en un chico y llegando incluso a trabar amistad con los Locke, lo que le permite volver a acceder a la casa y a las misteriosas llaves que por allí proliferan. Pero no todo es fácil para el espíritu, porque hay quien aún le recuerda de cuando años atrás, formó parte de un extraño grupo de amigos que acabó de forma trágica en Lovecraft, lo que lleva a Dodge a tener que realizar extraños cambalaches, mientras trata de evitar que sus secretos salgan a la luz.
Y mientras, en Keyhouse, el pequeño Bode localiza una nueva llave, una que le permite jugar con las cabezas de la gente, accediendo a sus recuerdos y modificándolos, una llave que Dodge ansía ya que le permitiría acceder a los recuerdos de aquellos que pueden perjudicarle... pero se revela un posible nuevo enemigo para Dodge, un muchacho deficiente cuya memoria permanece cerrada a la llave y las manipulaciones del espíritu...
Y con unos muñecos más locuaces de lo que se espera en trozos de plástico y peluche...
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