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jueves, 12 de noviembre de 2015

TRÍPTICO DE ASCLEPIA 1: SEMILLAS AMARGAS

De la mano de Ian Tregillis, y avalado por George R.R Martin, que en lugar de escribir se dedica a opinar sobre lo que escriben los demás (sí, estoy un poco irascible con mister Martin), ha llegado a nosotros una trilogía, el Tríptico de Asclepia, cuyo primer tomo, Semillas Amargas, vamos a comentar hoy.



Evidentemente, no hay que fiarse demasiado de las citas de otros autores que valoran los libros, al final no deja de ser una labor de promoción; y además, dejan opinar a la autora de Crepúsculo, lo cual invalida por completo cualquier libro que ella recomiende; así que llevar el nombre de Martin en la portada tampoco es garantía alguna de nada. Pero en este caso, la verdad es que el libro mola. Tregillis nos trae una historia clásica de la Segunda Guerra Mundial, con Inglaterra y Alemania preparándose para enfrentarse, en los meses previos al desastre de Dunquerque. Raybould Marsh, un analista de campo que trabaja para el MI6, es enviado a Tarragona para recopilar información sobre la intervención alemana en la Guerra Civil Española, y allí, asiste a la terrible muerte de un confidente que iba a pasarle información sobre un pequeño grupo experimental que los nazis estaban probando en España, y que podrían convertirse en el mayor peligro para el resto de las naciones. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el secreto salta a la palestra: los alemanes, siguiendo los experimentos de un científico, el doctor Von Westarp, han conseguido crear un pequeño grupo de übermen, superhombres con diferentes habilidades. Así, podemos ver a Klaus y Gretel, hermanos gitanos (¿a alguien más le recuerdan a Mercurio y la Bruja Escarlata?), él con el don de la intangibilidad, ella capaz de ver el futuro; Reinhardt, con el poder de hacer arder las cosas; Heike, que se puede volver invisible; o el telequinético Kammler. 

La amenaza del III Reich de los "niños" de Von Westarp, junto a las alarmantes noticias que Marsh consigue trasladar al alto mando británico, hace que se cree un departamento de defensa llamado "Asclepia", con el objetivo de investigar y detener a los superhombres alemanes. Y para ello, establecen una alianza impensable, y a través de un viejo amigo de Marsh, William Beauclerk, los ingleses trazan una peligrosa alianza con un grupo que ha permanecido escondido siglos en el país, una serie de brujos, capaces de negociar con unas amenazadoras entidades, los eidolones, capaces de realizar prodigios que desafían la realidad y la física, y siempre por un alto precio, que suele conllevar el sacrificio de sangre o vidas. 

Con esta premisa, Tregillis nos lanza su historia, el enfrentamiento a nuevos niveles entre alemanes y británicos, con la guerra como campo de fondo, y un conflicto soterrado entre fuerzas que los hombres de a pie desconocen, donde los británicos corren cada vez más el riesgo de destruirse a sí mismos para derrotar a los nazis. La presencia de los eidolones, los brujos y los superhombres crea una realidad divergente, que comienza a hacerse patente en el último tercio de la novela, y que supongo que será más evidente en los futuros tomos, ya que el libro se convierte en una especie de ucronía dieselpunk, donde la Segunda Guerra Mundial concluye de forma apresurada... y diferente a cómo lo hizo en nuestra realidad. 

El libro es una historia interesante, que de momento, como ocurre en casi todos los primeros volúmenes de una serie, sirve sobre todo de introducción a ese mundo alternativo, que arranca con nuestra historia pero que pronto se separa para convertirse en algo nuevo, y que está por ver... 

¡¡Lo veremos en el Iconocronos!!

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