De todos es sabido a
día de hoy que Crisis en Tierras Infinitas
llegó para relanzar y simplificar el universo DC, tan complejo que amenazaba
con fagocitarse a sí mismo. Además de la proliferación de tierras paralelas,
había franquicias que se habían visto desbordadas hasta el absurdo,
especialmente las que más funcionaban… o sea, Superman y Batman. Supergirl, la
prima de Superman que casualmente había cruzado el cosmos para llegar al mismo
planeta que había llegado su primo varios años atrás, fue uno de los personajes
sacrificados en aras del alzamiento de Kal-El como único hijo superviviente de
Krypton, idea que luego impulsó John Byrne en su época al frente del Hombre de
Acero. La proliferación de elementos kryptonianos en la Tierra había convertido
en absurda la nota trágica del nacimiento de Superman y su llegada a la Tierra,
y John Byrne había decidido hacer tabula
rasa, un movimiento en mi opinión bastante acertado. Lo siento por
Supergirl, pero creo que el mundo DC está mejor sin ella.
Obviamente, con el
paso del tiempo, está xenofobia
kryptoniana promovida por Byrne, se fue diluyendo con el tiempo, y aunque se
intentó por un tiempo incorporar a personajes que anteriormente habían sido
kryptonianos dentro del mundo DC sin romper esta norma (Power Girl, con
orígenes cambiantes, y la propia Supergirl/Matrix/criatura angélica), al final
esta norma no escrita se rompió, y Jeph Loeb (quien si no) decidió recuperar a
la Supergirl clásica, a la prima de Superman y devolverla al universo DC. Ocurrió
esto en Superman/Batman, y los
siguientes años, se demostró que Supergirl había vuelto para quedarse.
Y tanto es así que ha
sido una de las colecciones que han formado parte del nuDC. Supergirl ha
llegado a ECC dentro de un tomo que incluye los números 1 al 8 de la colección
americana, con el nuevo origen de la prima de Superman y su incorporación al
mundo posterior a Flashpoint, y los
encargados de traerla de vuelta son los guionistas Michael Green y Mike
Johnson, y el dibujante Mahmud Asrar. La verdad es que ninguno destaca en lo
suyo, y la historia de la llegada de Supergirl es bastante pasable. En este
tomo, se nos cuenta como Kara Zor-El llega a la Tierra, sin saber nada de la destrucción
de Krypton, aunque a lo largo del tomo, se lanzarán algunas cuestiones a este
respecto (las mataplanetas, diseñadas por los científicos kryptonianos y que
parecen recordar de cierta manera a Doomsday), y Kara se encontrará con su
primo Kal-El, que para ella sigue siendo un niño al que ha dejado en brazos de
su madre, Lara.
Supergirl debe hacer
frente a su propia ignorancia, a los ejércitos de la Tierra (aterriza en algún
punto de la antigua Unión Soviética), a las mataplanetas… y sobre todo, en el
empeño que parece que han tenido todos los guionistas de las nuevas 52 de crear
nuevos villanos para los primeros números de esta, la aparición de Simon Tycho,
una especie de psicópata millonario con mucho de Arcade, decidido a complicarle
la vida a Supergirl y que parece que va
a dar mucho que hablar de aquí en adelante.
En fin, Supergirl está
de nuevo presente en nuestros kioskos, y probablemente dispuesta a ganarse el
corazón de más de uno… Conmigo, de momento… lo tiene difícil la muchacha.
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