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lunes, 7 de enero de 2013

X-MEN: LA ALIANZA FALANGE


                La sensación que teníamos los seguidores de los mutantes hacia 1994 debía ser parecida a la que tenemos hoy los seguidores de Marvel en general. Parecía que no salíamos de una saga para caer en la otra, como si viviéramos una serie continuada de eventos. No nos habíamos recuperado aún del regreso y caída de Magneto cuando nos estábamos moviendo ya en el preludio de la siguiente sala, La Alianza Falange. Habíamos visto ya en Patrulla-X las primeras apariciones de los elementos tecnorgánicos que conformaban esta nueva “especie”, la Falange, y en Excalibur, la aparición de la entidad Douglock, una amalgama de los rasgos de Doug Ramsey y Warlock creada por Falange, sirvió de preludio para la llegada de la que debía ser la nueva revolución mutante.

Sincro y Dientes de Sable, dos de los protagonistas de La Nueva Generación.


                Para La Alianza Falange, Marvel decidió organizar la saga de forma diferente a cómo se había hecho en La Canción del Verdugo o Atracciones Fatales. Para esta saga, las colecciones se agruparon en tres ramas, en tres argumentos diferentes pero relacionados entre ellos. Así, en Patrulla-X y X-Men, veríamos los capítulos de La Nueva Generación. En Lobezno y Cable se desarrollaría Sanción Final; y los números de Factor-X, X-Force y Excalibur se agruparían en Signos Vitales.
                El tronco de las tres ramas de la historia era el mismo: la forma de vida conocida como Falange, y que parecía dispuesta a eliminar a los mutantes del planeta, empezando por la Patrulla-X, había conseguido capturar a los miembros de este equipo, atrapándolos para experimentar con ellos y someterlos al virus transmodo, tratando de averiguar por qué los mutantes parecían ser imposibles de asimilar por la Falange.
                La Próxima Generación, la historia que se contaría en X-Men y Patrulla-X, con guiones de Fabian Nicieza y Scott Lobdell y con los lápices de Andy Kubert y Joe Madureira respectivamente, aquí tendríamos uno de esos “dream-team” que de vez en cuando a Marvel le gusta juntar. Así, Banshee (al que Bishop se había referido ya varias veces como “custodio de la Siguiente Generación) llega a la Mansión en un momento en el que los miembros de la Patrulla ya han sido sustituidos por Falange, y consigue escapar de estos junto a Júbilo, Emma Frost y Dientes de Sable. Así, comenzaría la carrera entre el grupo de Banshee y los miembros de Falange por encontrar a los que serían los miembros de la Siguiente Generación de mutantes. Así, conoceríamos a Clarice Ferguson (Destello), Paige Guthrie (Vaina, ya había tenido un momento de protagonismo Juegos de Niño), Everett Thomas (Sincro), Angelo Espinoza (Pellejo) y Monet St.Croix (M), que además de convertirse en un dolor de cabeza para Falange, serían los miembros de la siguiente colección mutante, que arrancaría a raíz de esta saga, Generación-X. Allí, en esta serie, obra de Scott Lobdell y Chris Bachalo, veríamos como se desenvolvían estos jóvenes mutantes, junto a algunos otros creados para la serie, instalados en la Academia de Massachussetts y bajo la tutela de Banshee y Emma Frost.

Cable, Lobezno, Cíclope y Jean Grey luchando contra Falange.


                Sanción Final, donde se cruzarían Cable y Lobezno, nos traería la unión de estos dos héroes (recordemos que Lobezno se había apartado del entorno de la Patrulla después de perder el adamantium en manos de Magneto en X-Men 25), junto a Cíclope y Jean Grey, recién llegados de su boda de miel en el futuro. Larry Hama sería el guionista de los dos números, con Adam Kubert en Lobezno y Steven Skroce en Cable, y nos contaría como este cuarteto se reuniría para evitar que Falange se hiciera con el control de los informes de Isla Muir, para luego dirigirse al Tíbet, donde se encuentra uno de los centros principales de Falange, para rescatar a sus compañeros. Así, vemos que este equipo  es quien debe hacer frente a los miembros más “humanos” de Falange, y los que más relación tienen con la historia de los mutantes: Cameron Hodge y Stephen Lang, dos de las presencias de Falange basadas en seres humanos, y las manipulaciones de ambos por hacerse con el control de la entidad tecnorgánica.
                Por último, en Signos Vitales, Scott Lobdell, Tom DeZago y Fabian Nicieza, junto a Jan Duursema, Roger Cruz, Tony Daniel, Ken Lashley y Steve Epting, Factor-X, X-Force y Excalibur, reunidos con Xavier en Mt. Saint Francis, tienen que hacer frente a la parte más alienígena de Falange, contando con la ayuda (más o menos) de Douglock, que forma parte de Excalibur. Aquí descubrimos que Falange ha sido contaminada por el imperativo tecnológico del virus transmodo de Magus y Warlock, es decir, la dominación y consumición de toda la especie. Douglock se lleva a Forja, Bala de Cañón y Loba Venenosa a un pueblo en los Alpes, donde descubren que Falange está construyendo una Espiral de Babel, una baliza para llamar al resto de su especie a la Tierra, mientras una entidad Falange llamada Shinar trata de dominar a Forja, que debe ser la comadrona de los Falange que han comenzado a reproducirse. Rondador Nocturno, Gatasombra, Syrin, Viajera Diurna, Polaris y Rictor viajarían en ayuda de sus compañeros, derrotando juntos a Shinar y destruyendo Douglock la propia Espiral de Babel, poniendo punto y final a la presencia de Falange.

Loba Venenosa y Bala de Cañón, dos Nuevos Mutantes con mucho que decir en esta saga.

                Como veis la historia no es exactamente novedosa, ni aporta nada nuevo, salvo el regreso de Douglock, que pasaría a formar parte de Excalibur de forma regular, y la aparición de una nueva serie, Generación-X, de la que ya he comentado algo antes. Sin embargo, para mí, Alianza Falange, además de darme título para un trabajo que realicé en la facultad en la clase de Historia de España Contemporánea sobre la Falange histórica, fue un título muy importante… porque fue el momento en el que me bajé de los cómics. Además de varias cuestiones personales, como he dicho antes, La Alianza Falange me supuso la sensación de que me estaban dando gato por liebre. Era obvio que la calidad de los cómics había descendido exponencialmente con la aparición de Image, los guiones habían perdido fuerza y una manera nueva de entender el cómic se estaba abriendo paso. Pasarían años antes de que a raíz de las pelis y de un nuevo cambio en el paradigma comiquero, volviera con fuerzas renovadas al mundo del coleccionismo…
                Pero no os preocupéis. Gracias a Oneyros, esta crónica de la Patrulla-X continuará adelante… incluso para hablar de los oscuros años 90…

4 comentarios:

Noemí dijo...

¿quienes sonlos dibujantes? Me gusta ese tipo concreto de dibujo...

Tomás Sendarrubias dijo...

Si precisas un poco cual es el que te gusta en concreto te digo, que cada uno es de su padre y de su madreeee...

Shilmulo dijo...

Despues de leer tanta critica negativa sobre los cómics de los 90 me siento muy afortunado, un privilegiado, porque yo descubrí los cómics en esa epoca y al no haber visto nada mejor me parecieron fantasticos y los disfrute muchisimo lo cual parece que muy pocas personas pudieron hacer.

Por cierto tienes un premio esperandote en mi blog, puedes pasarte a recogerlo por aqui: http://www.reinodelmurcielago.blogspot.com.es/2013/01/premio-best-blog.html

Saludos.

Tomás Sendarrubias dijo...

Mi origen como coleccionista de un poco más en serio está precisamente en esta época también. X-Force, X-Men, El Guantelete del Infinito, el Ascenso de los Hijos de la Medianoche...

¡¡Muchas gracias, Shilmulo!