No es la crónica de un mundo... es la historia de muchos.

martes, 15 de marzo de 2011

EL LIBRO DEL CEMENTERIO



            Normalmente, cuando como yo, eres escritor aficionado hay una pregunta que parece obligada: ¿Qué escritor es tu mayor influencia? Y en mi caso, la respuesta la tengo clara desde hace muchos años: Neil Gaiman. Su Sandman es la mayor obra maestra que se ha escrito en el mundo del cómic, sus novelas largas, Neverwhere, Buenos Presagios, Stardust, American Gods y Los Hijos de Anansi se encuentran entre lo más divertido de la literatura; y sus colecciones de relatos cortos, publicados en España en las recopilaciones Humo y Espejos y Objetos Frágiles contienen auténticas joyas.
            En los últimos años, Gaiman ha iniciado un nuevo camino, el del cuento infantil para adultos. Lo pudimos ver hace ya algún tiempo en su estupenda novela gráfica El Día que Cambié a mi Padre por Dos Peces de Colores, y tuvo su máximo exponente en Coraline. Y ahora, Gaiman nos trae un nuevo cuento para adultos, una historia de fantasmas llamada El Libro del Cementerio.
            En este cuento, Gaiman nos cuenta la historia de Nadie, un  niño cuyos padres son asesinados por el hombre llamado Jack, y que encuentra refugio en un cementerio cercano, donde será adoptado por los fantasmas de dos de sus residentes, los Owens, y se le concede la ciudadanía honorífica del Cementerio. Con esta base, Gaiman nos narra una historia sobre vivos y muertos, especialmente sobre como ven los muertos a los vivos, y todo a través de los ojos de un niño vivo que vive (valga la redundancia) entre los muertos.
            El Libro del Cementerio está escrito como un cuento, con la prosa sencilla (aunque en algunas ocasiones casi poética) que caracteriza a Gaiman, lo que facilita la lectura del libro, ágil y dinámico de leer; aunque como en casi todo lo que escribe el inglés, hay mucho más allá de lo que parece en cada una de sus frases. Con un tratamiento genial de los personajes y algunas escenas absolutamente brillantes (el capítulo sobre el Macabré, la danza de los vivos y los muertos es… tremendo), quizá el fallo más destacable del libro sea la previsibilidad de su final, lo que quizá empaña un poco el resultado final…
            Aún así, merece la pena, y Gaiman nos trae una nueva oportunidad de disfrutar de una historia para adultos desde la perspectiva de un niño. Y nunca está de más poder volver a ser un niño.

1 comentario:

Mike Lee dijo...

Me encantó, Gaiman nos ofrece otra más que recomendable lectura.

¡Saludos!