Hablar hoy de los fenómenos del mundo del cómic en los años 80 puede resultar redundante. Todos sabemos que fue el momento de Watchmen, de Born Again, de American Gothic… En el Universo DC post-Crisis todo parecía más oscuro, más siniestro, la línea Vértigo comenzaba a tomar forma, el cómic en general tendía hacia lo sórdido, lo siniestro, lo casi espeluznante.
Salvo por una excepción.
Y esa excepción llegó de manos de Keith Giffen y J.M DeMatteis, con los lápices en sus números iniciales de Kevin Maguire. Y esa excepción, como ya todos sabréis, fue la JLI, o Liga de la Justicia Internacional. Con un planteamiento que arrancaba de la saga Legends y del terrible final que había tenido la JLA con la muerte de dos de sus miembros (Vibe y Steel) en un último enfrentamiento contra el Profesor Ivo y sus robots, imbricado en el desarrollo del alzamiento de la voluntad popular contra los héroes provocado por Glorious Godfrey y que sería el trasfondo de Legends; Giffen y DeMatteis hicieron algo totalmente diferente a lo que estaba de moda en ese momento. En lugar de tender hacia una serie de historias oscuras y lúgubres, llenaron el grupo de personajes que reían y hacían reír, sus páginas estaban repletas de chistes visuales y lingüísticos, y sus argumentos… bueno, hay un número legendario que se desarrolla durante la mudanza del grupo, comparable al mítico episodio del X-Factor de David y su tarro de mostaza.
Mister Milagro, el Green Lantern Guy Gardner, Canario Negro, Blue Beetle, J´onn J´onnz, Rocket Red, el Capitán Átomo, las antiguas Guardianas Globales Hielo y Fuego, Booster Gold, e incluso Batman… todos ellos se ponían en los guiones de Giffen y DeMatteis al servicio de historias llenas de buen humor que revolucionaron el cómic tanto como, en el otro extremo de lo balanza, lo estaba haciendo, por ejemplo, Watchmen y su “¿Quién vigila a los vigilantes?”. Pero su tiempo pasó, la Liga de la Justicia pasó a otras manos que quisieron darle otro toque, y el humor que había impregnado las páginas de JLI se desvaneció… y con él, con el tiempo, el propio éxito de la serie, que terminaría siendo cancelada para ser relanzada por el genial Grant Morrison en su nueva serie JLA. Y en el mundo DC actual, muchos han sido las cambios sufridos por los viejos protagonistas de JLI… Blue Beetle fue asesinado por su antiguo amigo Maxwell Lord, Fuego forma parte de Jaque Mate, Booster Gold se ha convertido en un guardián del tiempo, Hielo murió y regresó no hace mucho de entre los muertos, el Hombre Elástico también murió, pero antes vio como su mujer, Sue Dibny era asesinada por una amiga… Era como si el propio mundo se hubiera vuelto contra la JLI.
Hasta ahora. Después de La Noche Más Oscura, ha llegado a DC El Día Más Brillante, y junto a la serie quincenal que dirigía el evento, apareció otra que, en su momento sorprendió a los fans, y es la que hoy nos ocupa. Justice League: Generation Lost viene de las ideas del propio Keith Giffen y el eficaz Judd Winnick, y en él, las repercusiones de La Noche Más Oscura llevan a una nueva reunión de varios de los antiguos miembros de la JLI. Booster, Capitán Átomo, Hielo y Fuego, y los nuevos Rocket Red y Blue Beetle se ven obligados a hacer frente juntos a una de las mayores amenazas que el mundo ha vivido… y ha olvidado, como vimos ya en la serie Brightest Day: Maxwell Lord, el hombre que arrebataría el control del Hermano Ojo al propio Batman, el hombre que desarrollaría el Proyecto OMAC, el hombre que controlaría a Superman para que cumpliera sus órdenes y que moriría de forma polémica en manos de la propia Wonder Woman en los preludios a Crisis Infinita.
Con este punto de partida, Giffen y Winnick nos devuelven el concepto que tanto dio que hablar en su momento, y lo hacen con tal éxito que en el discutido “reboot” (o no, a saber que es lo que va a ser) que tendrá lugar en el Universo DC tras Flashpoint, la JLI sería uno de los títulos más destacables, y el propio Capitán Átomo, uno de sus integrantes, conseguiría colección propia. Lord ha obligado a todo el mundo a olvidar su existencia… pero Booster, Átomo, Hielo y Fuego aún lo recuerdan. Y son los únicos, así que, sea lo que sea que planea Lord (y lo descubriremos en este tomo, ya que Lord ha sido devuelto a la vida por la Entidad que representa la Vida por un motivo y con una misión), son ellos los únicos que pueden detenerle, aunque para ello tengan que enfrentarse a sus antiguos amigos, o incluso a la propia Jaque Mate en una de las historias más divertidas y al tiempo llenas de acción aparecidas bajo el sello de El Día Más Brillante.
Con unos dibujos que le hacen justicia y que recuerdan incluso a los de Maguire en muchos momentos, obra de Aaron Lopresti entre otros, Generación Perdida es, al menos de momento, y a falta de ver lo que nos depara el destino, una serie absolutamente recomendable, tanto para los nostálgicos de aquel gran momento que fue la JLI, como para aquellos que no tuvieron oportunidad por algún motivo de acercarse a ella en su momento. La diversión es segura.
2 comentarios:
Tomás, gran reseña!!!!
A mi tabién me ha gustado mucho esta serie, pese a alejarse un tanto del tono cómico que tenía la mítica étapa ochentera!!!!
Ojala algún día nos devuelvan al Maxwell Lord de toda la vida y digan que el actual es un impostor o similar...
Bueno, a mi la trama del Lord malvado me gusta mucho tambien, pero estos comics me pillaron tan joven... me gustaron tanto...
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