Tras
ver al pequeño Rhaego, hijo de Daenerys y Drogo, Rhoynar y su medio hermana se
dirigieron a las estancias de esta dentro de la Gran Pirámide de Meereen, donde
Rhoynar le estuvo contando cómo había sido su vida, como había sido su
formación, y su periplo por medio mundo hasta dar con ella en Meereen.
Interrumpidos sólo por la llegada del prometido de Daenerys, Jorah Mormont,
Rhoynar le habló a Daenerys de la existencia del Corazón Negro, y de su deseo
de exponerlo a las llamas de los dragones para destruirlo y así dañar al Otro.
Curiosa, Daenerys emplazó al día siguiente a Rhoynar para que le mostrara aquel
negro orbe, así como para que le hablara de lo que había visto en los jardines
del Templo de las Gracias, cuando había visto a una Gracia Verde, Shila
no-Laashi, hablar con uno de los Hombres Bestia que llevaba el símbolo de la
Arpía, y que Rhoynar sospechaba que estaban implicados en el asesinato de uno
de los Grandes Amos, Shikar no-Mhozak, partidario de Daenerys. También supo
durante esa cena, de boca de Jorah Mormont, que la Armada del Hierro había
llegado a Meereen, destruyendo la flota de Volantis en el camino, lo que
provocó la preocupación de Rhoynar, que no confiaba en las intenciones que
pudieran tener los Greyjoy. Tras concluir la cena, Rhoynar se dirigió hacia el
Templo de las Gracias para recuperar el Corazón Negro, solo para descubrir que
su compañero, Ikurei, se lo había llevado a la Gran Pirámide. Tras hablar con
Ikurei, Rhoynar verificó que efectivamente el Orbe Negro estaba en sus habitaciones,
y finalmente, pudo dormir tranquilo por primera vez en mucho tiempo.
Mientras,
Fusk llegaba junto a los Hombres del Hierro al puerto de Meereen, donde fueron
recibidos por la Mano de la Reina , dirigidos por Barristan Selmy, Jorah
Mormont, varios Inmaculados y varios Jinetes de Sangre. Fusk recibió de
Victarion la orden de negociar todo lo relacionado con su estancia en Meereen,
y así, explicó ante los presentes lo ocurrido ante la flota volantene. Fusk y
los Hombres del Hierro fueron conducidos ante Daenerys, que se había despedido
poco antes de Rhoynar, y que les recibió en la Gran Pirámide y les agradeció su
ayuda con los Volantene. Fusk intentó averiguar de Barristan Selmy las ideas de
Daenerys de volver a Poniente, pero según la Mano de la Reina, Daenerys tenía
su propio reino allí, en la Costa de Ghis, un reino que también la necesitaba.
A la mañana siguiente, Daenerys se reuniría con los Hombres del Hierro, y
también con Rhoynar, que descubriría la presencia de Fusk en Meereen. Allí, en
la cima de la Gran Pirámide, Daenerys les explicó la situación en la costa de
Ghis, con los libertos de Yunka´i esclavizando a sus antiguos amos, con los
Grandes Amos de Astapor volviendo a esclavizar a los libertos, con los propios
hombres y mujeres de Meereen reuniéndose bajo el signo de la Arpía para
azotarla, y con Volantis atacando sus costas en nombre del tráfico de esclavos.
Allí, ante la Gracia Verde y el maestro de los Hombres Bestia, Neezak no-Hanor,
Rhoynar reveló lo ocurrido en el Templo de las Gracias, provocando las iras de
la Gracia, que de inmediato acusó de mentiroso y traidor a Rhoynar, retándole a
un taeshia lakelash, un Juicio
Sagrado. Tras averiguar más o menos de qué se trataba, Rhoynar intimidó a la
Gracia Verde, que se limitó a dejar la responsabilidad en manos de la Reina,
atada por las leyes mereenses, y aunque Fusk trató de convencerla de que se
decantara por otra opción, negarse a aceptar un Juicio Sagrado dejaría a
Rhoynar en manos de la Gracia Verde. Tras un largo debate, Rhoynar aceptó el taeshia lakelash. Daenerys envió a
Mormont a detener a Shila no-Laashi, mientras ella se reunía en solitario con
Fusk (que ya les había avisado de que un Hombre Sin Rostro había sido enviado
por Eddard Stark para acabar con ella) y con Rhoynar, que le mostró el Corazón
Negro. Rhoynar consiguió mantener al margen sus visiones, pero Daenerys no dejó
de repetir el nombre de Rhaego mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, y
Fusk se veía atrapado en el momento en que fue ahogado por Aeron Pelomojado y viajó las estancias del Dios Ahogado. Cuando
Rhoynar cerró la caja, Daenerys estuvo de acuerdo con él en que el Corazón
debía ser destruido, y juntos, descendieron junto a Fusk a las entrañas de la
Pirámide, donde estaban los tres dragones, a los que Fusk y Rhoynar vieron por
primera vez. El verde Vyserion, el blanco Rhaegon, el negro Drogon… Rhoynar
dejó la caja entre ellos, y Daenerys les ordenó quemar el orbe con su fuego.
Los dragones hicieron arder la caja, y luego, el orbe comenzó a astillarse ante
ellos. Los sonidos de campanillas parecían a punto de reventarles los tímpanos,
pero finalmente, el orbe se rompió y se redujo a arena, provocando un lejano
grito que se convertía en carcajada… y ante ellos apareció la imagen de una
gigantesca mano de sombras que se extendía desde el Norta hacia el Sur. En ese
momento, a miles de millas de allí, el Muro se derrumbaba sobre sí mismo…
Aturdidos
y temiendo lo que podían haber causado, Daenerys, Rhoynar y Fusk acudieron al
patio donde se celebraría el Juicio Sagrado. Había muchos presentes, entre
ellos, la encadenada Shila no-Laashi, que miraba con odio a Rhoynar. El antiguo
maestre fue enterrado hasta el cuello, y expuesto al sol bajo el signo derruido
de la Arpía. Cada pocas horas Daenerys le preguntó a Rhoynar si se mantenía en
sus palabras, y en cada una de las ocasiones, él asintió. Daenerys condenó a
todos los presentes a sufrir el mismo calor y sol abrasador que dañaba a su
hermano, prohibiendo a nadie abandonar el patio, ni desplegar los toldos.
Finalmente, abrasado y casi cocido, después del anochecer, Rhoynar fue
declarado inocente, lo que convertía a la gracia verde en culpable. Fusk, que
había aprovechado el tiempo para seducir a Daenerys, fue el primero en saltar a
la arena para liberar a Rhoynar, que fue conducido a sus habitaciones, donde
las esclavas de Daenerys le atendieron mientras Fusk acudía al interrogatorio
de Shila no-Laashi, que se negaba a dar el nombre de sus cómplices. Sin
embargo, la gracia verde no había dicho su última palabra, pues alguien en su
nombre envenenó a Rhoynar con las casi indetectables Lágrimas de Lys. Rhoynar,
en el momento en que se encontró mal, intentó detener los síntomas, pero le fue
imposible, y sólo cuando avisó a los criados, estos pudieron avisar al resto
del palacio, obligando Fusk a confesar a
Shila que se trataba del terrible veneno lyseno, y además, averiguando los
nombres de varios de sus aliados en los Hijos de la Arpía. Solo sus primeras acciones purgantes y su
fuerza de voluntad salvaron la vida de Rhoynar de las Lágrimas de Lys, aunque
quedó postrado para varios días. Sin embargo, al día siguiente, reunió fuerzas
para ser llevado en litera a la arena, donde asistiría a la ejecución de la
gracia traidora, que sería quemada por sus acciones. El Circo estaba repleto
por el pueblo de Meereen, y Rhoynar se sentó a la izquierda de Daenerys, en un
acto de deferencia. Shila no-Laashi fue quemada viva, pero pronunció unas
terribles palabras antes de morir: “Tiempo de Invierno, ¡siega! Madre, Myssa,
Reina de Dragones. ¡¡Muerte para los tuyos, vida para el mundo!! Portas el
fuego, pero no eres el fuego, ¿sacrificarás lo que más quieres para hacer arder
la llama o verás al mundo sumergirse en la oscuridad?”. Reconocedores del tinte
maledicente de aquellas palabras, Rhoynar y Fusk miraron entre el gentío, y
encontraron a Gwyddion, que les miraba sonriente, pero cuando quisieron dirigir
a los hombres de Daenerys contra la Sombra del Otro, este había desaparecido,
mientras la arena se llenaba de gladiadores que exigían a Daenerys que se
reabrieran los Circos de combate. Gwyddion había manipulado el ambiente, y la
gente estaba al borde de la sublevación, así que mientras Jorah Mormont
permanecía en la Arena, tratando de contenerles, Fusk y Barristan Selmy se
llevaron de allí a Daenerys y Rhoynar, escoltados por Ikurei y Victarion.
Juntos, se dirigieron a través de la enfurecida multitud a la Gran Pirámide,
donde finalmente se refugiaron. Allí, Daenerys, confusa, se preguntaba qué
debía hacer…
Semanas
más tarde, y a consecuencia de lo ocurrido en el Muro y en Puertoescarcha,
Erwyn y Oweyn llegaban al Torrente y a Campoestrella, en Dorne, haciéndose
pasar por Hermanos de la Noche. Tras ser recibidos en el castillo, indagaron
sobre la historia de Ashara Dayne, aunque no descubrieron nada nuevo, todo
indicaba a que llevada por la muerte de su hermano Arthur, Ashara se había
arrojado al Torrente desde la más alta de las torres de Campoestrella,
llevándose con ella a Albor, la espada de Arthur Dayne que le había dado al
caballero el sobrenombre de la Estrella de la Mañana. Además, descubrieron que
el castillo estaba tutelado por Edric Dayne, el legítimo heredero, y por su
tía, lady Allyara Dayne, hermana de los difuntos Ashara y Arthur. Edric Dayne
recibió a Erwyn y Oweyn, se trataba de un muchacho de unos doce años con el
cabello plateado y los ojos oscuros de los Dayne, que se mostró complaciente y
educado con ellos, comprometiéndose en nombre de Campoestrella a entregar
hombres a la Guardia de la Noche en cuanto la situación en Poniente se
estabilizara. Erwyn y Oweyn trataron de hablar con Allyara Dayne en solitario,
pero esta no hizo más que repetir ante ellos la historia que ya habían oído. Lo
más probable era que Albor hubiera desaparecido junto a Ashara en el fondo del
Torrente o en el Mar del Verano. Oweyn y Erwyn exploraron la Torre de la
Espada, pero no encontraron rastro alguno de que Ashara hubiera escondido allí
la Espada antes de arrojarse al río, pero se dieron cuenta de que en la
fortaleza había menos soldados de los que debería haber.
Esa
noche, y mientras descansaban, Erwyn, Oweyn y los hombres de la Guardia, fueron
atacados por varios caballeros, y aunque consiguieron matar a tres de ellos,
recibirían graves heridas, especialmente de manos de su líder… que detendría el
combate al reconocer a Erwyn. Se trataba de Beric Dondarrion, con el que ya se
había encontrado en Varamar, esposo de Allyara Dayne, que les había acusado de
ser espías de Eddard. Convencida por su esposo, Allyara les contó a Erwyn y
Oweyn la verdad sobre lo ocurrido años atrás. Eddard Stark y Ashara Dayne se
habían conocido y enamorado en Harrenhal, en el Torneo del Año de la Falsa
Primavera, el torneo que cambió Poniente. Allí fue donde Rhaegar Targaryen había
conocido a Lyanna Stark, a la que había
secuestrado, llevándola al llamado Castillo de la Alegría. El padre y el
hermano de Lyanna habían acudido a Desembarco del Rey, donde habían sido
asesinados, y Arryn, Stark, Baratheon y Tully se habían alzado contra el rey
Aerys en el alzamiento que había acabado con la muerte de Aerys en manos de
Jaime Lannister, y con Robert Baratheon convertido en nuevo rey de Poniente.
Rhaegar había muerto en el Tridente, pero Lyanna aún estaba en la Torre de la
Alegría, custodiada por varios Capas Blancas. Sólo Eddard y Howland Reed habían
salido con vida de allí, donde había muerto la propia Lyanna. Según Allyara,
Ned Stark había llegado a Campoestrella llevando una apagada Albor, y a un
niño, que había dejado al cuidado de una de las doncellas de Ashara, Wylla.
Ashara no había podido resistir el dolor por la muerte de su hermano, Arthur,
muerto en manos de su amado, ni la idea de que este había contraído matrimonio
con Catelyn Tully para mantener la alianza entre Invernalia y Aguasdulces.
Eddard se había marchado de Campoestrella llevándose al niño que había traído,
y Ashara había pasado días encerrada en su habitación con Albor. Hasta que un
día, había salido a caballo de Campoestrella, llevándose consigo a Albor, y
había vuelto al castillo sin la espada. Ese día se había arrojado al río,
muriendo. Muchos habían sido los que habían buscado aquella espada en busca de
renombre, pero nadie había dado con Albor. El propio Beric había buscado la
espada a través de las visiones de Thoros de Myr, pero parecía que el destino
de Albor rehuía incluso la mirada del Dios de la Luz. Beric les informó de que
el Príncipe Doran Martell había convocado a sus fuerzas en Sepulcro del Rey,
dominio de los Manwoody, y hacía allí se dirigiría Beric, que había perdido sus
tierras en Refugionegro, arrebatadas por Eddard Stark. Mientras se recuperaban
de las heridas causadas por Beric Dondarrion, Oweyn y Erwyn fijaron su mirada
en Alta Ermita, el dominio de Gerold Dayne, al que llamaban Estrellaoscura,
situado a menos de una jornada de caballo de Campoestrella.
Sin
embargo, no partirían hacia Alta Ermita hasta que sus heridas se curaran, y eso
les permitió estar presentes cuando llegó un cuervo, portador de nuevas
noticias: un hombre llamado Gwyddion había liberado a Loras Tyrell de Septo de
Piedra, y los Tyrell habían roto su lazo con los Lannister. Las fuerzas del
Dominio se estaban reuniendo en Soto de Oro, dispuestos a atacar a Occidente…
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