Con
el fuego de los dragones de Daenerys aun cayendo desde el cielo y la gente
huyendo a su alrededor, Rhoynar tuvo serios problemas para conseguir apartarse
de la muchedumbre, recibiendo varias heridas en su intento por alcanzar una
colina cercana al campamento. Finalmente, Rhoynar consiguió apartarse del caos
del campamento y trepó a la colina, donde observó como las tropas de Meereen
luchaban contra los Astapori y los Yunkios, al tiempo que los Volantene se
retiraban hacia sus barcos. Los dragones, uno blanco, otro verde y otro de
color negro, destruyeron el campamento bajo la atenta mirada de Rhoynar. Finalmente,
los grandes reptiles volvieron hacia Meereen, y el silencio cayó sobre el
campamento. Desde la colina, Rhoynar vio como hombres de la ciudad llegaban y
exploraban el campamento, y se reunió con ellos, descubriendo que se trataba de
un grupo de guerreros Inmaculados dirigidos por uno de los Hombres Bestia de
Meereen, un hombre con una máscara de bronce que representaba a un tigre,
Neezak no-Hanor, Primer Magistrado de la Emperatriz Daenerys. Neezak y sus
hombres buscaban en los restos del campamento a los esclavos supervivientes
para conducirlos a Meereen, donde serían liberados por Myssa, la Madre de
Dragones. Los Inmaculados acababan con la vida de los esclavistas que habían
sobrevivido al conflicto, y cuando consideraron que el campamento estaba libre,
antes de que los rechazados yunkios, astapori y volantenes volvieran,
dirigieron a la quincena de esclavos supervivientes hacia Meereen. Las puertas
de la ciudad se abrieron para Neezak no-Hanor y sus hombres, y permitieron el
paso de Rhoynar a la ciudad de las grandes pirámides. A su paso, pudo ver a
meereenses, y a viejos esclavos de Astapor y Yunka´i, pero también había
algunos dothraki y hombres de Poniente. Neezak les condujo al Templo de las
Gracias, donde serían preparados para ser presentados al día siguiente a la Emperatriz.
Allí, en el Templo de las Gracias, mujeres envueltas en sedas de colores,
bañaron y adecuaron a Rhoynar, enseñándole a utilizar el tokar, la prenda
propia de Meereen. Esa noche, mientras dormía, una de las Gracias vestida de
verde, despertó a Rhoynar, que la siguió hasta un jardín, donde la Gracia se
reunió con un Hombre-Bestia con la máscara de un lobo, que llevaba en un collar
el símbolo de la Arpía. La Gracia y el Hombre-Bestia hablaron unos instantes, y
Rhoynar vio que las manos del hombre estaban manchadas de sangre seca. Se
escucharon ruidos, y el Hombre Bestia desapareció en el jardín, mientras
Rhoynar se hacía el encontradizo con la Gracia Verde, que se presentó como
Shila no-Laashi, y le acompañó hasta el dormitorio donde debía dormir,
convencida de que Rhoynar no había visto nada.
Por
la mañana, las Gracias prepararon a los esclavos para ser conducidos ante la
Emperatriz Daenerys, Myssa, la Madre de Dragones, y con ellos, desfilaron por
las calles de Meereen, en dirección a la Gran Pirámide. Los rumores en las
calles decían que esa noche, los Hijos de la Arpía habían matado a uno de los
Grandes Amos con toda su familia, Shikar no-Mhozak, uno de los principales
aliados de Daenerys. Finalmente, llegaron a la Gran Pirámide, donde Rhoynar se
encontró con Nansirio Ikurei, el capitán que le había llevado de Volantis a
Valyria, que ahora formaba parte de la guardia de Ser Barristan Selmy. Tras
hablar con Neezak no-Hanor, Ikurei se llevó a Rhoynar de las filas de esclavos,
conduciéndolo a una sala donde fue recibido por Lord Barristal Selmy,
sorprendido de que siguiera vivo. Selmy ordenó a Ikurei de que se encargara de
hacer parecer de nuevo a Rhoynar un Ponienti, mientras Rhoynar le confirmó que
sospechaba de quien podía ser el culpable de la muerte de Shikar no-Mhozak.
Selmy le ordenó silencio, tanto a él como a Ikurei, antes de volver junto a
Daenerys, que estaba dando oficialmente la libertad a los esclavos rescatados
en el campamento.
Mientras
tanto, Fusk viajaba en la Flota del Hierro, al mando de Victarion Greyjoy,
evitando las costas de Poniente. En su camino a oriente, el Almirante había
decidido esquivar los puntos habituales de avituallamiento (Antigua, Lanza del Sol…) y dirigirse a Braavos,
donde conseguirían información y vituallas que les permitieran alcanzar
Meereen. En el camino, Victarion se empeñó en hacer parecer un guerrero a Fusk,
su “sobrino de sal”, pero lo único que consiguió fue hacerle una buena herida
en las costillas que le mantuvo en cama casi todo el viaje hasta Braavos. Fusk
se recuperó a tiempo de ver el Titán que se erguía sobre la ciudad. Victarion
dejó la mayor parte de la flota a una distancia prudencial de Braavos, y se
dirigió hacia el Puerto del Trapero, el más pequeño de los puertos bravoosi con
unos pocos barcos. Fusk se encargaría de las negociaciones en el gran mercado
de Braavos, consiguiendo buenos precios, pero tardarían tres días en tener
todos los suministros necesarios. Eso les dejaba tres días para recorrer la
ciudad de los canales, la gran Braavos. Victarion instaló a Fusk y a sus
hombres en una posada cerca del propio Puerto del Trapero, sus hombres tendrían
bebida, comida y mujeres para los tres días. Sin embargo, las mujeres que
aquella posada podía ofertar (donde destacaba una tal Elly la Trotona), no eran
del interés de Fusk, al que el posadero indicó un lugar que podía ser de su
interés, un burdel llamado La Reina de
Dragones, donde se atendía todo tipo de necesidades. Picado por la
curiosidad, Fusk se dirigió hacia las cercanías del Puerto Púrpura, donde se
encontraba el Reina de Dragones, que
contaba con su propio embarcadero, por el que Fusk vio pasar a varios hombres
vestidos de negro, símbolo de poder en Braavos. Fusk entró en el burdel, y tras
ser despojado de sus armas, entró en la sala principal, donde una mujer
procedente de Yi Ti tocaba un extraño instrumento de dieciséis cuerdas, y otra
mujer bailaba. Bravoosi y comerciantes procedentes de todos los puntos del mapa
observaban allí a las mujeres que ofrecía aquel lugar. Y lejos de la luz, se
ofrecían placeres menos comunes. Hombres, niños, eunucos… Chorindra, la
propietaria del burdel se dirigió hacia Fusk, una mujer hermosa, de piel
oscura, procedente de las Islas del Verano, que le condujo al interior de la
sala. Chorindra gustaba de tomar la primera copa de aquellos que llegaban al Reina de Dragones con ellos, y Fusk no
tardó en decidir que ella sería su mujer para esa noche. Pagó los dos dragones
de oro que la mujer pedía como precio, y pasó el resto de la noche con
Chorindra. Además de hacer el amor, Fusk aprovechó la otra gran habilidad de
Chorindra, el comercio de rumores, averiguando así que la mujer a la que
llamaban Myssa, y que gobernaba en Meereen manejando dragones, era Daenerys
Targaryen. Además, Fusk supo que Astapor, Yunka´i y Volantis se habían aliado
para luchar contra Daenerys. La gran flota de Volantis supondría una amenaza
real para Meereen, que carecía de armada. Además, Fusk supo que compañías
mercenarias estaban viajando hacia el Valle de Arryn, donde Stannis Baratheon,
al parecer, planeaba marchar hacia los Ríos. Y del mismo modo Chorindra le hizo
saber que había otros Ponienti en Braavos, hombres que habían recurrido a los
servicios de La Reina de Dragones,
pero también de la Casa del Blanco y el Negro. Además, los hombres habían
pagado con oro del Banco de Hierro de Braavos, que había autorizado un crédito
reciente a Eddard Stark, por lo que suponía que vendrían de Desembarco del Rey.
Fusk expresó su interés en saber qué era
la Casa del Blanco y el Negro, y Chorindra le dirigió a la Isla de los Templos,
y le dio el código para entrar, una moneda de hierro y las palabras valar morghulis.
A
la mañana siguiente, Fusk se dirigió a la Isla de los Dioses, en el centro de
Braavos, donde había templos de muchas religiones. Fusk visitó el Septo, viendo
que los Siete estaban velados por sedas negras, lo que indicaba que el Septón
Supremo había muerto. Pero los rumores decían que pronto sería elegido un nuevo
Septón Supremo, y que estaría dispuesto a lanzar la Guerra Santa en nombre de
los Siete, pues Eddard Stark estaba intentando imponer la religión de los
Viejos Dioses en Poniente. Caballeros de Altojardín y la Roca ya habían tomado
como escudo la estrella de siete puntas. Con esta información en mente, Fusk se
dirigió hacia la Casa del Blanco y el Negro, un edificio gris con dos puertas,
una de arciano con una luna tallada en ébano y otra de ébano con la luna
tallada en arciano. Las puertas se abrieron cuando Fusk pronunció las palabras valar morghulis, y pudo entrar en una
gran estancia sombría, donde se rendía culto a más de treinta dioses. Quiso
hablar con uno de los sacerdotes para averiguar qué habían hecho allí los
hombres de Poniente, pero no tardó en averiguarlo por sí mismo: ante la estatua
del Dios Sin Rostro, aquel que representaba a la muerte y a los Hombres Sin
Rostro, había una talla de madera de una mujer rubia a caballo, en la que con
un cuchillo se había grabado la palabra “Targaryen”. De inmediato, Fusk supuso
que un Hombre Sin Rostro había sido enviado a poner fin a la vida de Daenerys
Targaryen, pero antes de salir de la Casa del Blanco y el Negro, Fusk decidió
utilizar la moneda que Chorindra le había dado, y pronunció un nombre en las
salas del Dios Sin Rostro: Roose Bolton, el hombre que había matado a su padre,
Ulryk Aesirk.
Mucho
más al norte, Oweyn Eld, Theon Greyjoy, Ioana Skadi y Uther Aesirk cruzaban la
Puerta, y al otro lado, tras atravesar un largo pasillo, se encontraron en un
bosque de arcianos dominado por una inmensa tormenta. La ventisca era tal que
se perdieron las pistas los unos a los otros, y de pronto, caminaban solos por
el bosque de arcianos. Uther comenzó a buscar a sus compañeros, pero se adentró
en el bosque, perdido. Deambuló varias horas, horas extrañas en las que el sol
no se movía en el cielo, pero finalmente, acertó a ver una columna de humo
gris, y lo siguió, encontrando una pequeña aldea. Hombres de aspecto salvaje
trataron de detenerle, apuntándole con arcos de madera de arciano y flechas con
punta de sílex, pero un anciano, que se presentó como Ilco, se lo impidió. Los keriansai no recibían a sus huéspedes
con flechas. Ilco condujo a Uther al interior de una de las casas, donde le
dieron comida caliente. El anciano le explicó a Uther que los keriansai eran
una tribu de los primeros hombres que habían combatido contra Discordia cuando
este se alzó por primera vez, en los tiempos de la leyenda, pero que no habían
abandonado sus tierras natales cuando el resto de los Antiguos Hombres se
marcharon hacia el Sur, aunque ahora Ilco estaba planteándose buscar los viejos
pasos de montaña para dejar sus viejos hogares. Discordia había vuelto. Uther
trató de convencer a Ilco y los keriansai de que le acompañaran para buscar a
Oweyn y los demás, pero la noche caía, y deberían posponer la búsqueda para el
día siguiente. Los hombres de la tribu llegaron, y las mujeres les sirvieron
comida y bebida, un fuerte licor del que Uther bebió una buena cantidad,
mientras los keriansai escuchaban sus historias.
Oweyn,
mientras tanto, recorría el Bosque de Arcianos, en busca de sus amigos, pero lo
que encontró fue a un gigante que atacaba a una hermosa doncella. Oweyn luchó
contra el gigante, derrotándolo, y salvó a la joven (que llevaba un collar de
oro con forma de dragón), que se presentó como Myssa, de los keriansai. Había
salido a buscar hierbas para su pueblo, y se había perdido con la ventisca,
cuando el gigante la había atacado. Oweyn y Myssa buscaron refugio para pasar
la noche, pero no lo encontraron, y tuvieron que dormir al llano, aunque la
ventisca cesó. Bajo el cielo despejado y cubiertos por pieles, Myssa y Oweyn
hicieron el amor, y cuando terminaron, Myssa se incorporó, tambaleándose. Una
sustancia oscura se derramaba entre sus piernas, mientras su piel se tensaba, y
su cabello caía a mechones, volviéndose amarillento como los huesos viejos. Su
vientre se hinchaba y convulsionaba, y dio a luz a tres hijos… tres arañas con
cara de bebé, que de inmediato atacaron a Oweyn, los hijos de la Sangre de Eld
dispuestos a acabar con su padre. Oweyn consiguió acabar con las tres
criaturas, y su madre, la monstruosa Myssa se esfumó, dejando tras de sí el
collar con la imagen del dragón, que Oweyn recogió. El oro estaba cálido, y se
abrió un sendero en la nieve para que Oweyn lo siguiera.
Y
en la aldea keriansai, Uther se despertó bruscamente cuando los hombres y
mujeres de la tribu le arrancaban de las pieles de su jergón, desnudo, al grito
de “Oh, Discordia”. Los keriansai estaban dispuestos a encerrar a Uther en una
jaula de ramas de arciano que habían preparado para él, tejida con forma de
hombre, junto a una gran hoguera. Ilco gritaba, señalándole “¡Muerte para ti,
vida para mi pueblo!”. Uther trató de liberarse varias veces, pero estaba a
punto de ser arrojado a la jaula cuando las flechas de Theon Greyjoy alcanzaron
el cuello de varios de aquellos que estaban rodeando a Uther, permitiéndole
volver al interior de la casa y recoger su escudo y su espada, aunque estuvo a
punto de caer en manos de tres keriansai. Theon irrumpió en la sala, acabando
con los otros tres keriansai, y salvando así a Uther. Theon y Uther se alejaron
de la aldea keriansai, completamente arrasada por el Greyjoy, internándose en
el bosque de arcianos, donde finalmente, y gracias a la llamada del Dragón de
Oro del colgante de Oweyn, se encontraron los tres, poniendo camino hacia el
norte, hacia el Castillo de Discordia.
Tras
dos días de camino, Theon, Uther y Oweyn alcanzaron las montañas del otro lado
del valle, donde se alzaba el Castillo de Discordia, y descubrieron allí un
muro tallado con bajorrelieves que narraba la historia del enfrentamiento de
los Primeros Hombres con el primer Discordia, y como fueron arrasados antes de la
llegada de Azor Ahai, empujado por el Gran Dios de la Luz y empuñando una
espada ardiente. Las imágenes mostraban la muerte de Discordia, y la victoria
de Azor Ahai, pero también como este había tenido que matar a su esposa para
encender la espada que le permitió vencer a la Oscuridad. Y otras imágenes que
mostraban el funeral de Azor Ahai, pero en estas, no estaba la espada. Había
bajorrelieves que mostraban a los keriansai trabajando en el Memorial, antes de
ser dominados por Discordia, y de como un dragón había muerto allí, en las
puertas del Castillo Discordia, envenenado por el poder del Otro. Y a sus pies
se encontraba precisamente el esqueleto de un dragón, los restos de una antigua
bestia, cubiertos de escarcha. Y entonces, los huesos comenzaron a moverse,
hasta reconformar al viejo dragón, que se dirigió a ellos entre chasquidos. Los
dragones eran criaturas del fuego y la tierra, y a ellos volvían, y desde allí,
podían volver a ser invocados, y acceder al saber universal. Así que el dragón
estaba obligado a responder a tres preguntas ante la sangre de Eld. Oweyn
preguntó primero por el destino de la espada de Azor Ahai, y el dragón
respondió que tras la muerte del héroe, la espada había pasado a uno de sus
compañeros, de cuya sangre había nacido un héroe que había tomado su nombre de
la espada. A su muerte, la espada fue entregada a su hermana, que se llevó su
secreto a la tumba. Oweyn preguntó por cómo destruir a Discordia, y el dragón
respondió que sólo la muerte podía acabar con el nuevo Discordia, y solo podía
morir víctima de un objeto que no fuera de ese mundo, como la sangre del oso
que habían conseguido. La tercera pregunta de Oweyn fue que quién estaba
destinado a empuñar la espada de Azor Ahai, y el dragón respondió que era un
nacido en Tierra de Tormentas, entre el humo y la sal, al que muchos habían
llamado bastardo, pero que ahora estaba seguro entre las arenas. De inmediato,
Theon, Uther y Oweyn pensaron que la espada de Azor Ahai debía ser la que había
dado nombre a Arthur Dayne, la Espada del Amanecer, muerto en manos de Eddard
Stark como último de los Capas Blancas que protegía a Lyanna Stark, y su
hermana era Ashara Dayne, que había muerto, según algunos rumores, tras algo
extraño con Eddard Stark. Por otro lado, bastardo nacido en tierra de
tormentas, entre humo y sal… Uther pensó en Edric Tormenta, al que Stark les
había ordenado capturar y que había huido de Bastión de Tormentas junto al
castellano Courtney Penrose antes de que llegaran al castillo. Ashara Dayne
pertenecía a una familia de Dorne, y en Dorne se había refugiado Edric Tormenta…
parecía que todas las respuestas apuntaban a las arenas del sur de Poniente. El
dragón cayó, dejando a la vista los escalones que conducían hacia el Castillo de
Discordia, y Oweyn, Theon y Uther comenzaron a subirlos…
Tras
abandonar la Casa del Blanco y el Negro, Fusk informó de sus descubrimientos a
Victarion, que de inmediato se lanzó a la preparación de planes de batalla para
derrotar a los volantenes que asediaban Meereen, mientras Fusk volvía al Reina de Dragones, donde esperaba ver
quienes eran los hombres que, posiblemente, habían encargado el asesinato de
Daenerys Targaryen. Su sorpresa fue grande al descubrir que se trataba de
Meñique, Randall Tarly de Colina Cuerno (uno de los señores del Dominio) y
Osmund Kettleback, uno de los guardias de Desembarco del Rey…
Y
en Meereen, finalmente, Rhoynar era llevado, sin la argolla de esclavo, ante su
hermana, Daenerys. La muchacha estaba sorprendida, hasta minutos antes, Lord
Selmy no le había contado la existencia de su hermano, y estaba aún en shock. Daenerys
abrazó a su hermano mayor, y decidió presentarle a toda su familia. Le condujo
a una sala y allí, le mostró a su hijo con el difunto Khal Drogo, Rhaego, el
Semental que Montaría el mundo…
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