No es la crónica de un mundo... es la historia de muchos.

martes, 10 de marzo de 2015

EL FIN DEL MUNDO

Hoy os voy a hablar de un libro. Bueno, de cuatro. De cuatro libros que son cuatro juegos. O que forman un juego, depende de como se mire. Y es una entrada que mola hacer, porque en este caso, conozco al autor, y lo disfruto con cierta regularidad ejerciendo de master en una crónica de Esoterroristas. Que eso es otra película, pero que aquí os traigo El Fin del Mundo, de Álvaro Loman para Edge.

Por cierto, esta entrada vale por cuatro de libros a efectos del recuento final del año.



El Fin del Mundo es una serie de cuatro libros independientes que comparten un sistema de juego, generado con dados de seis, denominado sTres, y que sí, entre otras cosas, como su nombre indica, tiene que reflejar el estrés generado a los personajes por las situaciones de tensión que viven continuamente. Y es que claro, ¿qué puede generar más tensión que EL FIN DEL MUNDO? Así, tal como suena. El Fin del Mundo no es un juego postapocalíptico, no, te permite participar directamente en los eventos que llevan ni más ni menos al Apocalipsis, en una de sus muchas versiones.

Álvaro Loman ha planteado el fin del mundo agrupado en cuatro temáticas: Holocausto Zombi, el Despertar de los Dioses, Ataques Extraterrestres y la Rebelión de las Máquinas. Cada uno de ellos plantea cinco escenarios diferentes para servir de guía al narrador que decida lanzarse a la dirección de una de estas partidas. El planteamiento de juego genera muchas opciones para que narradores y jugadores puedan disfrutar al máximo de la experiencia. Así, por ejemplo, en el Apocalipsis Zombie nos encontramos historias de Zombies clásicos, historias de Zombies rápidos e infecciosos; historias de devoradores de cerebros; de Zombies indestructibles e incluso de Zombies Vudú. En el Despertar de los Dioses, asistimos al Apocalipsis Maya, al Fin de los Tiempos cristiano, el Ragnarok nórdico, la furia de Gaia... o el despertar de Cthulhu... Y así en cada uno de los libros. Cada escenario plantea una serie de guías con ideas para aventuras, desarrolladas en el llamado "Año Uno", y lo necesario para llevar la crónica a su conclusión en el "Año Diez".

Y un detalle interesante del juego es que en ningún caso (y en principio, que al final como todo juego de rol, permite que hagas lo que te de la gana) los personajes son inventados, sino que cada jugador se maneja a sí mismo. Mezclando técnicas individuales y grupales para hacer la ficha, será el propio jugador, manejándose a sí mismo como personaje, el que afronte las penalidades del fin del mundo como si le ocurrieran a él; y de hecho, los ejemplos indican que el fin del mundo comienza precisamente en el momento en el que los jugadores se sientan a jugar una partida de rol...

El concepto es original, y aunque he jugado alguna cosa en el sentido "interprétate a ti mismo" (partida épica hace algunos de años de Mundo de Tinieblas, que risa), Álvaro Loman le da a las crónicas un aire mucho más duro de lo que en aquellos tiempos podría habérsenos ocurrido en el Mundo de Tinieblas 2.0. A mi, personalmente, es la parte que más miedito me da del juego, la verdad, el tener que desarrollar una historia en la que a tu alrededor todo lo que te importa parece desvanecerse: familia, amigos... todo tu mundo se cae en pedazos mientras los extraterrestres destruyen edificios de tu ciudad, o cuando todos los sistemas electrónicos sufren un irreversible apagón.

Álvaro ha conseguido crear veinte escenarios originales, cada uno con sus propios puntos fuertes, y publicados por Edge en formato de bolsillo, lo que permite un acceso económico a estos juegos, donde la relación rentabilidad-precio siempre suele ser positiva.

En fin, una divertida (o terrible) posibilidad de pasar un rato... ¿Nos vemos en el fin del Mundo?


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