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martes, 29 de marzo de 2011

EL CREPÚSCULO DE LAS DIOSAS

El miércoles pasado, día 23 de Marzo, fallecía en una clínica de  Los Ángeles la actriz Elizabeth Taylor, nacida en Londres en 1932, tras luchar durante años con una larguísima enfermedad y una vida digna de una telenovela. “Liz” Taylor pasará a la historia por su participación en obras del calibre de Cleopatra, Gigante, El Árbol de la Vida o La Gata sobre el Tejado; y la recordaremos por ser la dueña de la que probablemente sea la mirada más fascinante de Hollywood.


            Y  es que Liz Taylor era una de las últimas representantes vivas de una generación de actrices que más que mujeres de carne y hueso eran diosas, las reinas vivas del celuloide, los iconos del cine de los años 50  y 60, y que  han llenado de  momentos inolvidables el Séptimo Arte.  ¿Cómo calificar si no a Katharine Hepburn (1907-2003)? Regia, altiva, distante, o al menos, esa era su apariencia. Y desde luego, nunca fue  una mujer “bella”. Pero mantuvo pegados en sus asientos a millones de personas en películas como La Reina de África o El León de Invierno.        


            Audrey Hepburn (1929-1993) continúa siendo a día de  hoy  un icono, su imagen “casual” la alejó del estándar de “divas” de su época, pero eso no evitó que impusiera  modas y estilos, convirtiéndose en otra de las diosas del Séptimo Arte, recordada  por Desayuno con Diamantes o  MyFair Lady y Vacaciones en Roma. 



            ¿Cómo olvidar a la que es, desde mi punto de vista la mujer más bella de la historia del cine? Perfecta  en su encarnación de  la caprichosa y manipuladora Scarlett O´Hara en Lo que el Viento se Llevó. Vivien Leigh (1913-1963) consiguió dos veces el Óscar a la mejor actriz, a pesar de que tuvo una carrera cinematográfica realmente escueta, donde destacaría la adaptación cinematográfica de la obra de Tenessee Williams Un Tranvía Llamado Deseo, prefiriendo dedicar la mayor parte de su carrera al teatro. Moriría de tuberculosis con sólo 53 años, sin perder un ápice de la belleza que la había caracterizado.


            Y por supuesto, un lugar destacado en esa generación de actrices lo tendría “El Animal Más Bello del Mundo”, Ava Gardner (1922-1990). La Noche de la Iguana, La Condesa Descalza o Mogambo (película en la que la censura española, para no hablar de adulterio, realizó unas modificaciones en la traducción que convirtieron el simple adulterio en incesto). Su vida amorosa, tan intensa como la de los personajes que interpretaba en el cine, está esperando aún una película, que seguramente en algún momento alguien se dará cuenta de que está por rodar.


            ¿Y qué decir de Rita Hayworth (1918-1987)? Nacida Margarita Carmen Cansino, y convertida en una auténtica diva del cine de mediados de siglo gracias a su impresionante papel en Gilda, convertida en mito erótico gracias al breve striptease que protagoniza mientras canta Put the blame on me, y dando la bofetada más famosa de la historia a Glenn Ford. En los años siguientes, protagonizaría Salomé, representaría a la mítica Carmen en Los Amores de Carmen y continuaría acumulando éxitos hasta que el Alhzeimer comenzara a menguar su capacidad de interpretación y de recordar los guiones, lo que poco a poco la fue apartando del mundo de las candilejas.


            Quizá en un segundo plano permaneció Janet Leigh (1927-2004), no alcanzando el nivel de divismo de las anteriormente mencionadas, pero la madre Jamie Lee Curtis alcanzaría grandes momentos, en películas como Scaramouche o la mítica Psicosis, además de una de las mejores versiones de Mujercitas (junto a Elizabeth Taylor, precisamente) o Sed de Mal, de Orson Welles.


            De Marilyn Monroe (1926-1962) no hay nada que se pueda decir, ya que tras su carrera cinematográfica, su romance con el presidente Kennedy y su temprana y trágica muerte, dio el paso del Olimpo de los dioses del cine al de los mitos de la historia. Tras ella, dejó la genial Con Faldas y a lo Loco o Los Caballeros las Prefieren Rubias, además de convertirse en la primera “chica del mes” de la revista Playboy.


            Al hablar de Bette Davis (1908-1989), no podemos hablar exactamente de belleza. Hablamos de una auténtica loba del celuloide, una actriz de mirada penetrante, casi enloquecida, y una presencia que llenaba la pantalla en cada uno de los muchos fotogramas en los que aparecía, una actriz de una genialidad irrepetible, como pudimos ver en Qué fue de Baby Jane (junto a la también mítica Joan Crawford, actriz cuya vida ha sido digna de una película, tan obsesiva y neurótica como el personaje al que interpretaba en el drama), Jezabel o Eva al Desnudo.


            La sueca Ingrid Bergman (1915-1982) cuenta con el título de ser la única actriz hasta el momento en haber conseguido tres Óscar, superada sólo por Katharine Hepburn. Es una de las actrices más prolíficas de la historia, y entre sus éxitos, se encuentran la legendaria Casablanca, Por Quién Doblan las Campanas o la asfixiante Luz Que Agoniza. Moriría con sólo 67 años, víctima de un largo cáncer de mama.



            Del Olimpo del Cine al mundo del mito pasó también directamente Grace Kelly (1929-1982), nacida simplemente en Filadelfia como Grace Patricia Kelly, y que moriría como Su Alteza Serenísima la Princesa Gracia de Mónaco, tras su matrimonio con el Príncipe Rainiero de Mónaco. Convertida en princesa de un cuento de hadas, Grace Kelly, antes de apartarse del mundo del cine para convertirse en princesa, esposa y madre, dejó tras de sí pequeñas joyas de la gran pantalla, como Atrapa a un Ladrón; La Ventana Indiscreta o Mogambo, junto a la ya mencionada Ava Gardner. Murió de forma prematura en un accidente del tráfico que aún levanta ampollas en la sociedad monegasca, y entró a formar parte del cielo de las estrellas.


            Por supuesto, aún hay algunas actrices de aquella época que siguen vivas, y que son recordatorios vivos de la época dorada de Hollywood: Eleanor Parker, Lauren Bacall, Sofía Loren o Doris Day. Y muchas otras que ya han fallecido, como Judy Garland, Marlene Dietrich o Mae West, pero haría falta un post mucho más largo que este para poder nombrar siquiera a las veinticinco mejores actrices de los primeros cien años del cine según la Academia. Pero la muerte de Liz Taylor y el ver cómo se van extinguiendo poco a poco estas antiguas estrellas, me hace pensar en las actrices que hoy protagonizan las grandes producciones, las que arrastran a las masas tras ellas. Angelina Jolie, Nicole Kidman, Scarlett Johansson, Charlize Theron… serían sus herederas, las diosas de la nueva era del cine, pero no puedo evitar preguntarme si están a la altura de sus antecesoras… Vosotros… ¿qué opináis?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

bellas alimentando mi alma co solo una mirada

Carme dijo...

Mujeres que hacían de cualquier película una obra de arte, por su fuerza y su belleza, pero encuentro a faltar Débora Kerr, sublime en Tu y yo una película romàntica y encantadora, una actriz inmensa que jamás fué reconocida con un oscar por ninguna película, se lo dieron en el ocaso de su vida en reconocimiento de su carrera.
Por cierto, la foto de Ingrid Bergman, se parece más a la Verónica Lake......

De nuevo gracias por toda la información que nos brindas, ensanchas nuestros conocimientos.....

Carme