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sábado, 12 de marzo de 2011

SUNNÍES Y CHIÍES: LAS GRANDES RAMAS DEL ISLAM

            Hoy, 12 de Marzo es el cumpleaños de mi amigo Dani, y hace algún tiempo, cuando escribí los posts sobre los conflictos en los países árabes, me pidió que escribiera un post sobre las dos grandes divisiones del Islam: Sunníes y Chiítas. Aprovechando la coyuntura, pues nada, aquí tienes, Dani, de regalo adicional: un poco de historia del Islam.



            El Profeta Mahoma, en el primer tercio del siglo VII se había convertido no solo en líder religioso del Islam, sino también en el líder de las diferentes tribus que conformaban la Arabia medieval. A su muerte, en el año 632, los siguientes califas, fueron elegidos de entre los más cercanos a Mahoma. Abu Bakr, Omar y  Othman se convirtieron en sucesivas cabezas del Islam, pero  el conflicto llegó con la elección como cuarto Califa de Alí Ibn Abí Talib, yerno de Mahoma gracias a su matrimonio con su hija, Fátima. Mu´awiyya, de la familia Umayyad (Omeya), gobernador de Siria y perteneciente a la tribu Qurayshi, la misma a la que el Profeta había pertenecido, se opuso a aceptar el dominio de Alí, y comenzó lo que podríamos considerar la primera guerra religiosa interna del Islam. Los partidarios de Mu´awiyya y los de Alí se enfrentaron en diversas ocasiones, pero finalmente,  las fuerzas de Alí fueron derrotadas por Mu´awiyya en la batalla de Siffin, cerca del Eufrates, en la actual Siria, que puso fin a la Al-Fitna al-Kubra, la Gran Guerra Civil. Tras Siffin, Alí no tuvo más remedio que aceptar la mediación de un árbitro independiente, que falló a favor de Mu´awiyya, que desplazó la capital del Islam a Damasco, alejándose de Arabia y acercándose al Mediterráneo. Mu´awiyya sería quien convertiría el Califato en un organismo hereditario, y los Omeyas mantuvieron el poder durante dos siglos, hasta la llegada de Abu l´Abbas y la Dinastía Abbasida, que llevaría de nuevo el poder lejos del Mediterráneo, a Bagdad. Tras Siffin, Alí se retiro a Kufa, en la actual Iraq, donde mantuvo cierto poder, y donde no mucho después sería asesinado por un tercer grupo de creyentes, los Jariyíes, que no aceptaron la mediación arbitral, considerando que el Califato debía ser electivo y dirigido por el más noble de los hombres, independientemente de su casta, familia o rango. En los años siguientes, los Jariyíes intentaron matar también a los hijos de Alí, y al propio Mu´awiyya, pero la dinastía de Alí sobrevivió a través de su hijo Hussein. El yerno del Profeta fue enterrado en la ciudad de Nayaf, considerada sagrada para los chiítas, pero donde recibe también la veneración de los Sunníes. 


            ¿A qué ha venido todo esto? Bien. Los Omeyas de Mu´awiyya y sus seguidores son el origen de los llamados Sunníes, de Sunna, el nombre que se da a una serie hechos y dichos de Mahoma que no quedaron recogidos por el Corán, y se denominan a sí mismos Ahl as-Sunnah ul-Muhammad wa´l-Jama´ah, Pueblo del Ejemplo de Mahoma y de la Comunidad. A día de hoy, los Sunníes son un 83% de los musulmanes del mundo, siendo mayoría en Siria, el Mahgreb, Líbano, Turquía, Arabia Saudí, Yemen, Qatar… aunque curiosamente es Indonesia el país donde más Sunníes se encuentran.
            De aquellos seguidores de Alí, vienen los Chiítas, nombre que procede de Shiat Alí, el Partido de Alí. Su mayor esperanza fue Husein, hijo de Alí, pero este murió e la batalla de Kerbala, en Iraq. Dado que los seguidores de Alí creían en la transmisión dinástica del poder, los Imanes (nombre recibido por los líderes chiítas) serían perseguidos y martirizados, lo que condujo a un curioso fenómeno, la gayba  u ocultación.  Según algunos, Ismail, el Séptimo Imán, desaparecería por medios sobrenaturales, convirtiéndose en el Mahdi, y quedando oculto hasta el momento de su regreso, en el momento del Juicio Final. Según otros, el Mahdi no sería Ismail, sino el Duodécimo Imán, pero ambos comparten un carácter esotérico que, a día de hoy, aún marca el Chiísmo. Aunque aceptan el Corán (por supuesto), y también la Sunna, no le dan a esta última la misma importancia que sus opuestos sunníes, y sus formas de interpretar el propio Corán y las palabras del Profeta son muy diferentes, teniendo gran importancia en el Chiísmo los clérigos: Ulemas, Mulás, y el propio Imán, que interpretan la palabra de Mahoma y guían la moral del Islam. Son mayoritarios sobre todo en Irán, Azerbaiyán e Iraq, aunque tienen importantes minorías en otros muchos países, alcanzando entre un 10% y un 15% de la población islámica mundial.
            El tercer brazo del Islam, como ya hemos mencionado, serían los Jariyíes, literalmente “Los que salen”, ya que no aceptaron el arbitraje entre Mu´awiyya y Alí, negando las teorías de ambos: tanto que el Califa debía ser Qurayshi como  el Profeta o  descendiente de Alí. Para ellos, el Califa debía ser simplemente el mejor hombre del Islam. A día de hoy, apenas tienen relevancia dentro del Islam, estando confinados al sultanato de Omán y a Zanzíbar.
            Como última curiosidad, y desde que la figura del Califato desapareciera con las invasiones mogolas y turcas, el actual líder del Clan Qurayshí, miembro de la familia Hachemí, y por lo tanto, líder legítimo de los sunnitas sería el rey Abdallah de Jordania; conocido entre otras cosas por su matrimonio con la palestina Rania al-Yassin, portada de muchas revistas del corazón. Los líderes religiosos iraníes que han seguido al Ayatollah Jomeini serían los herederos ideológicos de Alí; pero su linaje estaría representado por la monarquía Alauita, reinante desde hace décadas en Marruecos, y cuyo actual cabeza de familia es el rey Mohammed VI.
            Y bueno, esto es  to…esto es to…esto es todo, amigos…

3 comentarios:

Oneyros dijo...

No te acostaras sin saber algo mas. Ahora vikingos!

Alarico dijo...

Supongo que esta pregunta sonará a blasfemia, pero es lo que desde siempre hemos "mamado". ¿Cuáles son los "buenos" y cuáles son los "malos"? Y con buenos y malos quiero decir menos radicales y más radicales.

No es culpa mía, es culpa de la LOGSE, que me pilló unos pocos de años jiji.

Tomás Sendarrubias dijo...

La culpa de todo es de la ESO...

No hay una norma al respecto, pero historicamente,los chiíes han sido más radicales, siendo curiosamente los jariyies los que más tolerancia tienen hacia las otras religiones.