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martes, 7 de junio de 2011

X-MEN: FIRST CLASS

Bueno, el viernes 3 de Junio estrenaron X-Men: First Class, y el viernes 3 de Junio a las 12:30 de la noche (y llegando de milagro al cine), allí estaba yo para verla, sabedor de que mis fieles seguidores querrían saber cuanto antes mi opinión sobre esta nueva “precuela” de la factoría mutante de Marvel.

            Y la verdad es que tenía mis dudas. Las dos últimas películas que salieron del mundo mutante, X-Men 3 y Lobezno, no es que estuvieran a la altura precisamente de lo que se esperaba. Y en sí, lo que se había “filtrado” sobre la película, en cuanto al equipo que formaba los X-Men y los motivos de su reunión y tal me parecían un poco… peculiares.


            Finalmente, como os decía, el viernes se despejaron todas mis dudas. Y lo primero que debo decir es que la película obtiene un aprobado alto o casi un notable, al nivel de, por ejemplo, X-Men 1; pero sin llegar a ser una genialidad como lo fueron X-Men 2, Dark Knight o Iron Man. Entremos en materia.

            X-Men: First Class arranca de las infancias, completamente diferenciadas de los dos grandes ejes en torno a los que siempre se ha movido la franquicia mutante: Xavier y Magneto. Un Xavier criado prácticamente en soledad en la gran mansión familiar de lo Xavier en Westchester, y un Magneto/Eric Lehnsherr que pasa sus años de juventud sometido a los caprichos de un monstruo nazi de Auschwitz, el doktor Schmidt. Por supuesto, estos dos personajes diferentes, con el tiempo, dan paso a dos hombres con diferentes visiones del mundo, que coinciden debido a un interés común: detener a Sebastián Shaw, que ha reunido a su alrededor a un equipo de mutantes (Emma Frost, Azazel y Marea) junto a los cuales pretende provocar una guerra que arrase el mundo, llevando a unos Estados Unidos y a una Unión Soviética en pleno apogeo de la Guerra Fría a enfrentarse entre ellos, convirtiendo el mundo en un infierno nuclear. Tomando como referencia un acontecimiento real (la crisis de los misiles soviéticos en Cuba), X-Men: First Class nos va contando a buen ritmo una historia de aventuras marcada por las diferentes perspectivas que para el futuro de los mutantes tienen los dos grandes ideólogos de su raza, Charles Xavier y Magneto.


            Y como he dicho, lo hace de forma bastante eficiente. Evidentemente, el peso de la película recae en Xavier, Magneto y Shaw, pero también en el personaje de Mística (a la que vemos evolucionar desde una criatura “inocente” hasta el lugar en el que va a comenzar a ser la mujer a la que hemos visto en el resto de las películas); y de Moira McTaggert, aquí convertida en agente de la CIA. El resto de los personajes tiene una participación más bien coral (aunque Alex González, nuestro representante patrio, pese a que realiza varias apariciones no dice una sola palabra), destacando quizá la Bestia y la Reina Blanca (por supuesto).

            Y no puedo comentar mucho más, que es muy pronto y aún habrá mucha gente que no haya ido a verla, así que... no quiero profundizar mucho más en el tema, que aún puede ser carne de spoiler, y rompería mis compromisos establecidos con la fundación del blog. ¡Ah, bueno, sí! Para que no perdáis el tiempo. Me quedé hasta el final de los créditos, por la costumbre… y esta vez no hubo sorpresa, así que… En fin, actuaciones correctas, efectos especiales correctos, guión correcto, y un desarrollo y un ritmo bastante más que correctos. Así que nada… todos aquellos para los que la “X” significa algo más que porno… no lo dudéis.

            ¡El cine os espera!

1 comentario:

David G. dijo...

De hehco creo que SPOILER la escena en la que Magneto aparece con su atuendo clásico y va a liberar a Emma Frost FIN DE SPOILER estaba planeada para después de los créditos y al final la pusieron antes de los mismos.