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viernes, 14 de octubre de 2011

JANOSZ HUNYADI

                Hoy vamos a hablar un poquito de Historia, y además, de Historia desconocida. No, no es que me vaya a poner en plan Íker Jiménez a hablar sobre los faraones perdidos de Egipto o algo así, sino que voy a hablar de un personaje de gran importancia histórica, pero del que se habla poco o nada, y al cual estoy seguro de que, más allá de determinados círculos, nadie conoce. Es más, recuerdo que en mis propias clases de la facultad sólo se habló de él de forma tangencial, a pesar de su gran relevancia para la historia del Este de Europa. Se trata, como todos habéis visto ya por el título del post, de Janosz Hunyadi, conocido también como Juan Hunyadi o Iancu de Hunedoara (me voy a quedar con el primero de los nombres para el resto del post), personaje coetáneo al infame Vlad Drácula, lo que probablemente haya apagado el propio conocimiento sobre nuestro protagonista de hoy. Es difícil competir con Tepes, el Empalador.


                Janosz nacía en la ciudad de Hunedoara en 1387, y su origen está aún sujeto a debate. Según algunos estudiosos, su origen es valaco. Según otros, sería de origen cumano (o sea, más o menos, turco), hijo de un tal Vajk, hijo a su vez de la noble Isabel Morsinai, y el nombre Vajk es de origen oriental (de hecho, Vajk era el nombre original del que sería San Esteban de Hungría, un magyar). Otro mito dice que Hunyadi dice que es el hijo ilegítimo de la propia Isabel Morsinai, amante de Segismundo de Luxemburgo, rey de Hungría, que sería quien arreglaría el matrimonio de su amante con el tal Vajk, uno de sus condes, para darle legitimidad a su vástago, dándole a Vajk la nobleza húngara. Sea como sea, el rey Segismundo siguió la trayectoria de Janosz muy de cerca, confiándole la educación del muchacho a su comandante más cercano, Filippo Scolari. De hecho, cuando Segismundo consiguió ser elegido emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico (SIRG), tanto Isabel Morsinai como Janosz fueron llevados a Roma, donde asistieron a la coronación. Sin embargo, ninguna de las teorías sobre el origen de Hunyadi es definitiva, y aún está todo sujeto a debate.

                Los primeros años de vida de Hunyadi corresponden con la expansión del Imperio de los Turcos Otomanos a través del Este de Europa (aunque aún no estaba cerca la toma de Constantinopla), Bulgaria cayó enseguida y Hungría (que ocupaba la actual Hungría además de la práctica totalidad de las actuales Rumanía y Moldavia) era el país que más amenazado se sentía, lo que llevó a que los húngaros fueran los primeros interesados en la lucha contra ellos. Janosz, que había sido educado en las artes militares por Scolari, comenzó pronto su carrera militar, sirviendo a Pipi (con ese nombre normal que los turcos quisieran matarlo) de Ozora y el déspota serbio Esteban Lazarevitch, aprendiendo así las técnicas de combate de los turcos, para luego unirse a Ladislao Újlaki y luego, Demetrio Czupor, hasta que finalmente, 1430, entró directamente al servicio del Rey Segismundo, junto a quien luchó contra los husitas bohemios y bajo cuya tutela, fue enviado a Milán, donde sería huésped de los Visconti y aprendería la filosofía de los mercenarios italianos, los condottieri. Como miembro de la Cámara Real, se casó con Isabel Szilagy, y tuvo dos hijos: Ladislao y Matías. En 1438 moría su gran valedor, el Rey Segismundo, pero Janosz contaría también con el apoyo de su sucesor, el Rey Alberto, yerno del fallecido monarca, al que apoyaría hasta su muerte en 1439. Janosz, que ya se había convertido en voivoda de Transilvania, realizó un cambio de lealtades, pues Alberto sólo había dejado a un niño menor de edad como heredero, y considerando que la situación en Hungría  requería de un gobernante adulto, dio su apoyo a un pretendiente polaco al reino, Vladislav, que subiría al trono húngaro con el apoyo de Hunyadi como Vladislav I en 1440. La hija de Segismundo y su pequeño abandonarían Hungría… pero no sus pretensiones sobre el trono.

                A estas alturas, Janosz ya se había convertido en el principal líder de la defensa húngara contra los turcos, a los que derrotó una y otra vez. La batalla de Szeben y las campañas en los Balcanes junto a Vladislav I se sucedieron con grandes victorias por parte de Hunyadi, pero en 1444, se enfrentarían a los turcos en la desastrosa batalla de Varna. Allí, Vladislav I moría en plena lucha, y el propio Janosz fue capturado… pero no por los turcos, sino por el voivoda de Valaquia, Vlad Dracul (el padre del futuro Drácula), que sólo lo liberaría ante las presiones húngaras. Con el trono húngaro sin rey, y siendo el hijo de Alberto aún un niño, los nobles húngaros entregaron a Janosz Hunyadi la regencia de Hungría. En 1447, los Hunyadi ocupaban ya el castillo de Buda, junto al Danubio. Tras nuevas escaramuzas contra los turcos y una nueva prisión en manos cristianas (esta vez las del serbio Jorge Brankovitch) logró centralizar el poder militar en Hungría… sólo para tener que ceder ante la nobleza húngara y aceptar el nombramiento del hijo de Alberto, que ya con doce años, y que subiría al trono como Ladislao V, que agradecería a Janosz su hábil trabajo concediéndole de forma vitalicia y hereditaria el condado de Beszterce, el primer título hereditario de Hungría.

                Los éxitos militares de Janosz no acabarían ahí, pero finalmente, los turcos tomaron Constantinopla en 1453, dando un golpe hasta entonces inimaginable al propio corazón de la Cristiandad. Como respuesta, Janosz y Juan de Capistrano comenzaron a preparar una Cruzada contra los turcos, obteniendo una gloriosa victoria en Belgrado, pero poco después, y con unos más que venerables sesenta y nueve años (una edad más que respetable para el siglo XV), moría de enfermedad (no aclarada a día de hoy). Pero no moriría su legado, ya que a la muerte de Ladislao V en 1458, sólo dos años después de la muerte de Janosz, los nobles húngaros, reacios a un nuevo trono vacante, entregaron la corona al hijo de Janosz, Matías Corvino (de Cuervo, ya que el escudo de los Hunyadi era un cuervo con un anillo en el pico); y aún a día de hoy, se le considera el más grande y sabio de los reyes húngaros.

                Y hasta aquí nuestra lección de historia de hoy. ¡Europa del Este también tiene historia!

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