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jueves, 6 de octubre de 2011

LA TORRE OSCURA III: LAS TIERRAS BALDÍAS

                Las Tierras Baldías es el tercero de los volúmenes de la gran saga de Stephen King, La Torre Oscura. El título procede del poema de T.S Eliot del mismo nombre que fue comentado en el Iconocronos el 19/03/2011, ya hace algún tiempo y que contiene una de los mejores versos de la literatura anglosajona: “Voy a enseñarte el miedo en un puñado de polvo”, que a mí, personalmente, me pone los pelos de punta sólo con escucharla.

                Cuando terminamos La Llegada de los Tres, dejábamos a Roland con su ka-tet reunido. Eddie y Susannah son ahora los compañeros del Pistolero en su búsqueda a la Torre Oscura, parece que el círculo se ha cerrado… pero no es así. Durante sus viajes a nuestra Nueva York (por así decirlo), Roland interfirió con la vida del joven Jake, al que había dejado morir en El Pistolero para llegar a alcanzar al Hombre de Negro al que perseguía. Jake no había muerto en NY, y por lo tanto, no había podido llegar a la Estación de Paso. Y sin embargo, eso había ocurrido. Mientras Roland y Jake se deslizan, cada uno en un mundo, hacia la más profunda de las locuras debido a sus recuerdos enfrentados. El ka parece haber determinado que el destino de Roland y el de Jake están entrelazados, pero quizá sea demasiado tarde para que el Pistolero pueda reparar lo que hizo tiempo atrás…  Y Jake también tiene un papel que jugar, además de una llave y una rosa… Y además, les espera un largo camino hacia la Torre Oscura, un camino en el que se interpone una ciudad que se volvió loca hace mucho tiempo, y en ella, Blaine, un tren enloquecido que cruza las Tierras Baldías…
                Si El Pistolero y La Llegada de los Tres eran la introducción a la saga de la Torre Oscura, en Las Tierras Baldías encontramos la que es, de por sí, una de las mejores novelas de Stephen King, y un inmejorable punto de partida para lo que es ya la trama en sí. En este trabajo, King hace una excelente labor lingüística y metalingüística, además de narrativa. Utiliza de forma magistral el idioma para obtener giros y contragiros que influyen en la propia historia. El poema que Jake escribe en su redacción sobre “Mi comprensión de la verdad” es absolutamente genial y completamente inquietante… además de profético. Además, para Las Tierras Baldías, el ilustrador Ned Dameron realizó un gran trabajo, con muchas láminas dobles, y en las que habría que destacar dos de ellas: la Rosa y la imagen de Charlie el Chu-Chu, el tren de cuento infantil que tanta importancia cobra en el desarrollo de la obra, “… y ser un feliz Chu-Chu Tren hasta el día en el que muera…” Auch.

                En fin, un pedazo de novela, fácil y entretenida de leer, emocionante y tremenda, sin un momento de respiro. ¡Y en la que se presenta al más encantador de los personajes de King! ¡Acho, el bilibrambo! Absolutamente genial, de verdad.

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