Ya
no voy a decir de nuevo que Imposibles
X-Force sea una de las mejores colecciones que está publicando actualmente
Marvel, y que me da una auténtica pena que vaya a llegar Marvel Now para
arrojarla a un rincón y cambiarla por lo que venga (a pesar de que Larroca vaya
a estar en Cable y los X-Force). Y es
que, aunque Otromundo sea quizá el
arco más flojito de los publicados hasta la actualidad, no deja de ser uno de
los mejores comics que he leído este mes.
En
el anterior tomo, La Saga del Ángel
Oscuro, habíamos asistido al conflicto final entre X-Force y la herencia de
Apocalipsis, en el mundo alternativo creado en La Era de Apocalipsis como en Tierra-666, donde la semilla apocalíptica
se había encarnado en Arcángel. Héroes de los dos mundos se unieron para
derrotar a Arcángel, y al final de la historia, vimos como Fantómex volvía a activar
uno de los clones de Apocalipsis (Evan), y como Warren Worthington era purgado
de la esencia de Apocalipsis. Ambos, Warren y Evan, han pasado a formar parte
del elenco habitual de Lobezno y los
X-Men, y en el primer número de este tomo vemos como el puesto de Arcángel
dentro de X-Force es cubierto ni más ni menos que por la versión de la Era de
Apocalipsis de Rondador Nocturno, Kurt Darkholme. Ya se ha dicho en otras
ocasiones que Rick Remender había preparado una gran historia río que había
abarcado todos los arcos anteriores, Otromundo
se convertiría en algo completamente nuevo, un nuevo escalón en esta
historia, que presenta nuevos eventos y localizaciones, pero todo apoyándose en
el trabajo ya realizado hasta ahora.
Remender
continúa explorando en el pasado de la franquicia mutante, y ahora, decide
explorar ese mágico nexo de realidades que es Otromundo, cuna y hogar del
Cuerpo de Capitanes Britania, y por el que suelen moverse personajes como el
ahora vengador Brian Braddock, su esposa Meggan, Merlyn, Roma, o la
perturbadora Ópalo Luna Saturnina (con versión oscura, Opal-Lun-Sat-Yr-9
pululando por allí de vez en cuando). En los últimos años, Brian Braddock, como
Capitán Britania, ha cobrado cada vez mayor importancia en la protección de
Otromundo, un auténtico reino mágico, con sus trolls, sus hadas y todo lo
demás, desde el que se puede acceder a todas las realidades y tiempos. Ahora,
Otromundo está en guerra… y no olvidemos que Brian Braddock es hermano de
Mariposa Mental, Elizabeth Braddock, una de las formadoras de X-Force.
En
Otromundo, el Cuerpo de Capitanes
Britania y X-Force se unen a través de dos elementos. Por un lado, Brian y un
resucitado Jamie Braddock quieren recuperar a Mariposa para que les ayude en la
defensa de Otromundo contra una criatura a la que llaman “El Chivo”, una
especie de tirano interdimensional mágico que pretende hacerse con el control
de este dominio. Por otro lado, Fantomex es acusado por el tribunal de
Otromundo del asesinato de un niño, de hecho, del primer clon de Apocalipsis
que se encontraran en el primer tomo de la colección.
Mientras
Betsy y Fantómex viven sus propias aventuras en Otromundo, tratando de
sobrevivir al concepto de justicia que se tiene allí; Lobezno, Rondador y
Masacre se internan en Otromundo (y en la guerra que allí se desarrolla) para
rescatar a sus compañeros, sirviendo esta trama como justificante para explorar
la nueva relación entre Lobezno y Rondador Nocturno, la pareja de amigos más
unida que había habido en la historia de X-Men y en la que ahora, ninguno de
los dos es el que el otro conoce.
Argumentalmente,
Otromundo es, como he comentado
antes, el más flojito de los tomos de X-Force, pero aun así, está lleno de
momentos épicos y de entretenimiento, a pesar de que el final (la identidad del
Chivo), sea bastante previsible y que la relación entre Otromundo y Arma Plus sea
bastante forzada. Hay textos de Masacre, comparando Otromundo con un juego de
Rol tipo D&D que son realmente buenas (“Me prometisteis la Comarca y me
habéis lanzado a Mordor…”, acojonante), y ver a Rondador de nuevo haciendo de
las suyas (y reconozco que a mi, Kurt Darkholme me gustó en su momento tanto o
más que Kurt Wagner) es una auténtica gozada. ¿El punto negativo? El dibujo de
Greg Tocchini, quizá demasiado simplón y plano para este tipo de historia, una
especie de Jean-Paul Leon sin los puntos bueno de este.
Y
lo cierto es que leyendo este tipo de cómics, uno se pregunta ¿hasta donde
puede llegar Remender? Yo espero que hasta muy lejos.
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