No es la crónica de un mundo... es la historia de muchos.

lunes, 12 de septiembre de 2011

AJUSTE DE CUENTAS

                Han pasado más de cien años desde que los personajes recuperaran el Incunabulum Kupalam, y sus vidas se han visto sacudidas por numerosos acontecimientos. La Segunda Guerra Civil del Sabbat afectó profundamente a los vampiros de la secta, rehaciendo la Inquisición de y poniendo a una nueva Regente, Melinda Galbraith, al frente de la Espada de Caín. La Primera y la Segunda Guerra Mundial enseñaron el horror al mundo, y la Guerra Fría, el miedo. El Muro de Berlín se alzó y cayó, mientras que en el mundo de los Vástagos, un Telón de Sombras se ha alzado, apartando Rusia del resto del mundo y con el nombre de “Baba-Yaga” susurrado una y otra vez. El despertar de los antiguos parece acercarse…
                Y Etrius bani Tremere, chiquillo del propio Tremere convoca a Mihail Pahlevitch, Anthos y Nehrab a Viena. Corre el año 1998, y cada uno de ellos recibe una carta del líder del consejo Tremere  en la que les solicita que se reúnan con él en Viena, ya que desea que le escolten en una misión de gran importancia, prometiéndoles una recompensa sólo por escucharle, y mayores pagos si aceptaban finalmente colaborar con él. Los Tremere habían enviado sendos aviones privados a Zadar, Los Ángeles y Santo Domingo para recoger a cada uno de los personajes, así que fueron transportados hasta el aeropuerto de Viena, donde fueron recibidos por Johannes, uno de los ghouls de Etrius, y donde se encontraron por primera vez en más de un siglo. Las tensiones entre Nehrab y Anthos hicieron del encuentro algo incómodo, pero acudieron junto a Johannes al Judischem Museum donde al parecer Etrius les esperaba. Una gigantesca tormenta sacudía Viena, tal que hacía que incluso la pesada limusina que llevaba a los personajes se bamboleaba por el fuerte viento en las carreteras encharcadas. Dentro del Museo, Etrius se reunió con ellos, explicándoles que deseaba realizar un viaje a Estados Unidos para reunirse con un alto potentado del Sabbat cuyo nombre aún no podía revelar, en una misión para su clan. Si los personajes aceptaban, tendrían que escoltar a Etrius y mediar en las negociaciones entre el Tremere y dicho potentado del Sabbat. Dejándoles un tiempo para pensar en su respuesta y su precio, Etrius se retiró, sufriendo una sacudida de dolor que le hizo doblarse por la mitad, aunque se recuperó rápidamente. Mihail. Nehrab y Anthos vieron sorprendidos como en ese momento la piel de Etrius oscilaba, ondulaba, como si algo se moviera bajo ella. Finalmente aceptaron el ofrecimiento de Etrius, y acompañaron al Tremere a su refugio, donde se habían dispuesto también habitaciones para ellos.
                Allí, Etrius se retiró a descansar tras realizar un ritual junto a los personajes que les impediría dañarle, y mientras Anthos vagaba por las calles de Viena bajo la tormenta, una doncella llamada Tilda acudía a Mihail para pedir su ayuda. Su “maestro” estaba interesado en conseguir los diarios de Etrius, y quería que Mihail se los entregara, ya que la protección contra ghouls de las habitaciones de Etrius le impedía entrar en ellas. Tilda afirmaba que su “maestro” era el propio Tremere. Mihail, llevado por la curiosidad, entró en las habitaciones de Etrius, encontrándole sumido en un propio letargo, y se llevó el diario. Se reunió con Nehrab y Anthos, y juntos estudiaron el diario de Etrius, antes de decidir si entregárselo a Tilda. En el diario, además de muchas notas sobre taumaturgia o el devenir diario de la capilla de Viena, descubrieron las sospechas de Etrius de que Saulot aún se encontraba dentro de Tremere, luchando por el control de su cuerpo. Además de varias disertaciones sobre la Gehena y el despertar de los Antediluvianos, Etrius admitía que Tremere había “perdido” el combate con Saulot, que ahora se hallaba estacado en el interior de la Capilla Tremere de Viena, mientras que el propio Tremere, habitaba dentro del propio Etrius (lo que explicaba los profundos sueños, las crisis de ausencia y el extraño estado del líder de los Usurpadores).
                Decididos a descubrir qué ocurría, devolvieron los diarios a Etrius antes de que este apreciara su ausencia, y a la noche siguiente, volaron junto al Tremere a Atlanta. Allí, se refugiaron en una pequeña casa de campo, otorgada a Etrius por el Príncipe Benison, y fueron atacados por una manada del Sabbat. Consiguieron rechazar el ataque y evitar que un terceto de Cainitas se llevara el cuerpo durmiente de Etrius, descubriendo Anthos que se trataba de una Manada dirigida por una mujer llamada Fairuza. A la noche siguiente, esta misma Fairuza acudió al refugio, en nombre del delegado del Sabbat, Symeon syn Draconov. Cuando le echaron en cara lo ocurrido, argumentó que la tregua no estaba dispuesta hasta esa noche. Finalmente, y tras comprobar la seguridad del lugar, Symeon hizo su aparición, dispuesto a reunirse con Etrius. El estado del Tremere hizo que Anthos y Nehrab tuvieran que llevar las negociaciones para obtener lo que Etrius quería: una reunión con Goratrix, el líder de la Antitribu Tremere, para negociar la rendición al Sabbat de una facción del clan Tremere, dirigida por él mismo. Symeon aceptó, aunque la reunión debía llevarse a cabo en Ciudad de Méjico, dominio del Sabbat, pese a todos los intentos de Anthos y Nehrab de conseguir un lugar más neutral. Anthos, Nehrab y Mihail se encargarían de la seguridad de Etrius, y tendrían, como él, salvoconducto en Ciudad de Méjico.
                A la noche siguiente, y a través de Houston, volarían a Ciudad de Méjico, donde serían llevados a las ruinas de Templo Mayor, donde Goratrix les esperaba ante el tzompantli, el Muro de las Calaveras. Allí, Goratrix y Etrius se reunieron en privado, aunque Anthos pudo escuchar que Goratrix le exigía a Etrius que abriera su mente para ser escrutado, y este aceptaba… Poco después, un grito les llegaba desde la sala donde se reunían, y tanto los protectores de Goratrix como los de Etrius corrieron hacia allí, para encontrarse a ambos sacudidos por fuertes espasmos y llorando lágrimas de sangre. Goratrix se repuso, ordenando a sus seguidores que dieran paso franco a Etrius, pero exigiendo que los personajes se quedaran para ayudarle. A pesar de las protestas de la manada, finalmente tuvieron que aceptar y los personajes quedaron solos en compañía de Goratrix… que reveló ser realmente Tremere, que había desterrado el alma de Goratrix de su cuerpo, ocupándolo como Saulot había hecho con el suyo. Ahora, tenía un plan en mente: acabar con la Antitribu Tremere.
                El magus solicitó la ayuda de los personajes, que aceptaron, y juntos, se trasladaron el corazón de la Casa Goratrix en Ciudad de Méjico, la Universidad del Tercer Círculo de la Serpiente Dorada, un inmenso refugio subterráneo protegido por fuertes defensas taumatúrgicas y un gigantes cocodrilo albino, pero todas esas defensas fueron desmontadas por Tremere, que inició los preparativos de un gran ritual.
                Dos semanas después, Tremere (haciéndose pasar por Goratrix) convocó a todos los Antitribu, que se reunieron en la gran cámara, pensando que iban a hacer un ritual que les permitiría protegerse de los Antediluvianos…  pero allí, se encontrarían con su destrucción, en un ritual que desarrollarían el propio Tremere y los jugadores, que aniquilarían a todos los Tremere Antitribu (lo que permitiría a Tremere, además, recuperar la Tercera Generación, ya que en el cuerpo de Goratrix, era un Cuarta). Completado el ritual, Tremere permitió a los personajes abandonar Méjico, lo que harían en compañía de Etrius, que les había esperado, dispuesto a afrontar su pago… y habiendo participado en la destrucción de toda una línea de sangre del Sabbat…

2 comentarios:

Thanos_Malkav dijo...

Nunca dejará de sorprendernos las sorpresas que nos depara la no-vida, ¿verdad Mogg?
Hoy son los chiquillos descarriados de Tremere los que han ardido frente a nuestros ojos, pero ¿quién arderá mañana?

Bueno, eso no importa ahora, pues hay una deuda que el propio Tremere debe pagar por haber propiciado su alzamiento nuevamente, y sin duda alguna, eso es muy interesante...

Tomás Sendarrubias dijo...

Quién arderá mañana... buena pregunta.