Si la semana pasada tocó semana literaria con dos comentarios sobre libros, se ve que esta toca semana de cómics, y para mantener el equilibrio, he decidido tratar de un tomo de cada una de las grandes que compré en mi última “actualización”. Si el martes pudisteis ver un post sobre JLA: El Día Más Brillante; hoy vamos a hablar de un tomo que podríamos calificar de “secundario” en el Universo Marvel. Hablo de Nuevos Mutantes: La Caída de los Nuevos Mutantes, con guión de Zeb Wells y dibujo de Leonard Kirk.
Vale, a ver, debo reconocer que Zeb Wells no es exactamente uno de mis autores favoritos del mundo del cómic. Quizá sea porque no le han dado trabajos destacables, aunque ha sido uno de los guionistas de la franquicia de Spiderman… y probablemente no el mejor. Es más, diría que el peor de ellos, con la excepción notable de Marc Guggenheim, al que sacaron de la colección. Cuando se publicó que Wells iba a ser el encargado de la nueva colección de los Nuevos Mutantes, fue como “Oh… pues que bien… “. Confianza cero, vaya. Y sorpresa con cada uno de los tomos, vaya (de nuevo). El trabajo de Wells ha sido solvente como poco, incluso en los momentos en que se ha visto sumergido en las grandes sagas de la franquicia mutante, como Necrosha y Advenimiento. Y en este último tomo, cuando he leído que deja la colección, debo reconocer que me ha dado hasta pena, porque Nuevos Mutantes: La Caída de los Nuevos Mutantes es una GRAN HISTORIA. A pesar de las interrupciones de las sagas, como he dicho, Wells hace una gran historia río, que arranca del retorno de Legión y acaba en estos números, en cuyo título hay ya un homenaje a uno de los grandes hitos de la historia de los mutantes, aquella “Caída de los Mutantes” en la que la Patrulla-X se enfrentaba al Adversario y morían todos sacrificados por Forja (para renacer después, todo sea dicho), los Nuevos Mutantes de aquellos entonces perdían a Cifra; y Factor-X se las veía con Apocalipsis y con sus Jinetes, descubriendo que Muerte era su compañero Warren Worthington, al que creían muerto. Un momento realmente duro para los mutantes, la verdad.
No menos duro es el reto al que se enfrentan los actuales “Nuevos Mutantes” en La Caída de los Nuevos Mutantes. Y es que Wells hace un trabajo que podríamos tildar de genial, con un argumento que parte de otra de las grandes sagas mutantes de los Ochenta (por Dios, todo el mundo ha leído Inferno, ¿verdad?), acudiendo a unos personajes que han permanecido en el olvido durante unas dos décadas. ¿Alguien sabe qué fue de los bebés mutantes utilizados por N´Astirh, Madelyne Pryor y compañía para abrir el portal al Limbo que utilizaron para lanzarse en masa sobre Times Square, Nueva York y toda la Tierra? No, ¿verdad? Realmente, yo ni me acordaba de ellos, hasta que empecé a leer La Caída de los Nuevos Mutantes y dije, ¡Ostias, los niños! Y es que Wells se remonta a aquellos días para ofrecernos una de las aventuras más duras a las que se enfrentan los Nuevos Mutantes, y además, es responsabilidad suya, pues ellos rescataron a los bebés y los dejaron en manos del gobierno. Ahora, descubrimos que un grupo de investigación del gobierno ha pasado un tiempo (no es posible determinar cuánto, ya sabéis cómo funciona el tiempo en el antiguo dominio de Illyanna Nikolievna Rasputina) en el Limbo, desarrollando un proyecto con aquellos niños, dirigido por un militar llamado “General Ulysses”.
A través de las páginas de Nuevos Mutantes, Wells hace un ejercicio de narrativa y continuidad, vinculando la historia desde Inferno a la muerte de Illyanna, su regreso de manos de Craig Kyle, Chris Yost y Skottie Young en New X-Men, los hechos de la saga X-Infernus y el regreso de Illyanna a los propios Nuevos Mutantes, con la participación estelar de la (desde mi punto de vista) sobrevalorada Hada, y por supuesto, la Patrulla-X. Wells nos cuenta los motivos de Illyanna para volver, las razones de su interés en Legión, y nos demuestra que la pequeña Copito de Nieve de Coloso, es un personaje a tener en cuenta en el futuro y que, en manos adecuadas, dará mucho de sí.
No voy a contar mucho más, porque realmente quiero que os leáis este cómic, así que aquí juego a dejaros con la miel en los labios y que corráis a vuestras librerías a por él, simplemente que Wells pone a los Nuevos Mutantes en una de las tesituras más complicadas de su historia; y encima, lo vemos en los lápices del solvente Leonard Kirk, canadiense al que hemos visto en Capitán Britania y el MI-13 o en la laureada Agentes de Atlas. Así que nada… a disfrutar de los Nuevos Titanes.
Y larga vida a Illyanna.
1 comentario:
Pues nada, me has convencido, habrá que leerlo.
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