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jueves, 22 de septiembre de 2011

SUPERMAN: CON LOS PIES EN EL SUELO

Bien, normalmente ya os habréis dado cuenta de que suelo comentar los cómics cuando se trata de tomos autoconclusivos o bien cuando se trata de una saga concreta ya terminada. Por ejemplo, en los próximos días espero poder tener listo un análisis sobre la etapa de Morrison en Batman y Robin y El Regreso de Bruce Wayne, por ejemplo. Pero hoy, me voy a saltar esta “norma no escrita” del blog para hablar de un cómic que se está publicando aún, y del cual sólo he leído los dos primeros números publicados por Planeta (cuatro números USA). Como ya sabéis por el título, hablo de la actual saga que envuelve al primero de los héroes, a Superman, y llamada “Grounded”, que aquí ha sido traducido como “Con los pies en el suelo”. Y es que la llegada de un escritor tan controvertido como es Joe Michael Strackzynski a la colección del Hombre de Acero no podía ser más que una revolución para los argumentos de el alter ego de Clark Kent y su entorno.

                En los últimos años, las sucesivas sagas relacionadas con Nuevo Krypton nos han traído al Superman más épico, aquel que, sinceramente, yo creo que a todos nos gusta más ver. La aparición de Nuevo Krypton, el regreso de Zod, los hechos de la Noche Más Oscura, la guerra entre Nuevo Krypton y la Tierra, el retorno de Samuel Lane, las manipulaciones de Luthor, las acciones de Brainiac… Todo ello ha implicado no solo a Superman, sino a la mayoría de los héroes de su entorno. Mon-El, el Guardián, la Legión de Superhéroes,  los nuevos Flamebird y Nightwing, Supergirl… De una forma o de otra todos se han visto atrapados en los acontecimientos de estos últimos tiempos, pero ahora, todo ha terminado. Nuevo Krypton ya no existe, los kryptonianos han desaparecido, y Superman vuelve a estar solo. Y ese es el momento en el que Strac hizo su aparición para hacerse cargo de los guiones de Superman, y como este autor suele hacer, venía dispuesto a revolucionarlo todo.
                Durante los últimos tiempos, Superman se ha alejado tanto del ser humano que parece haber perdido el contacto con él. Muchos incluso le consideran un traidor por abandonar Metrópolis para unirse a la policía de Nuevo Krypton cuando los kryptonianos hicieron su aparición. Y lo que Strac plantea es que Superman debe volver a estar “con los pies en el suelo” (de ahí el nombre de la saga), pues dándose cuenta de ello, Kal-El, que necesita recobrar el contacto con la humanidad para recuperar también la paz consigo mismo, decide recorrer Estados Unidos… y hacerlo a pie. Y lo hace como una especie de peregrinación iniciática, una búsqueda sagrada, pero en lugar del Grial, busca recuperar el contacto con la gente de la calle. Es así que nos encontramos con las sorprendentes imágenes y guiones de Con los pies en el suelo, con Superman caminando por las carreteras y las urbanizaciones de Filadelfia, Detroit y otras ciudades. Y aquí se sitúa el peso de la saga que Strac ha comenzado, en ver cómo Superman vuelve a relacionarse con la humanidad y con sus problemas: narcotráfico, crisis económica, incluso dudas existenciales y metafísicas se suceden en Con los pies en el suelo. Por supuesto, estamos hablando de comics, y de Superman, y no todo puede quedarse en filosofía y metafísica. En su camino, Superman encuentra varios problemas de los que sólo él puede hacerse cargo, y recibe la visita de algunos de sus amigos… bueno, en concreto de Batman… donde debo reconocer que Strac comete un lamentable patinazo, al hacer que Dick Grayson se comporte prácticamente igual que si fuera Bruce Wayne, aunque sabemos que la diferencia entre ambos es mucha.

                En “Con los pies en el suelo”, Superman es objeto de un análisis por parte de un escritor tan preparado y controvertido como es Straczynski, que saca a la palestra muchos temas que llevaban mucho tiempo sin tratarse, desde la relación de Superman con el humano de la calle al carácter un tanto mesíanico que siempre ha tenido. No olvidemos que Superman, el hombre perfecto, es un extraterrestre, una especie de “inmigrante cósmico”, de una raza completamente diferente a la humana. El espejo en el que todo ser humano debería mirarse no es ni siquiera humano. Es algo parecido a un dios que camina entre los hombres. Un mesías.
                La historia aún no ha terminado, así que no puedo contar mucho más, salvo que lo que he leído, realmente merece la pena, especialmente por los diálogos, especialmente buenos. Genial la conversación entre Superman y una chica que quiere suicidarse tras darse cuenta (literalmente) de lo jodidamente duro que puede ser este mundo.
                En fin, las aventuras del Hombre de Acero han tomado un nuevo rumbo, uno que desde luego es, como poco original, y que presenta probablemente a Superman como nunca antes lo habíamos visto, y a la que merece la pena echar un vistazo.

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