El miércoles por la noche, en Fuenlabrada, como ya os he comentado por aquí, Malú daba un concierto, y yo fui con mis amigos Dani y Raquel. Y bueno, no podía dejar pasar la oportunidad de hacer una reseña al respecto en estas páginas virtuales. Bueno, lo primero, explicar que soy seguidor de Malú desde que, hace muchos años ya, sacó su primer disco, Aprendiz, y no he dejado de serlo con el paso de los laaargos años. Sí que es cierto que por ejemplo, los dos o tres últimos discos apenas los había escuchado, pero cuando hace algunas semanas Raquel comentó que Malú iba a las fiestas de Fuenlabrada… pues decidía que había llegado el momento de recuperar esa vieja afición por la que es, como ya he dicho en repetidas ocasiones, una de las mejores voces de nuestro país (y si no fuera por Mónica Naranjo, yo diría directamente que la mejor).
El concierto empezó a las diez en punto de la noche, exactas, como estaba programado. Vamos, que ni los diez minutos de cortesía. Y desde las diez en adelante, pues como dos horas y pico de música sin parar, un PEDAZO DE CONCIERTO, así, con mayúsculas. No he visto nunca a Malú en directo, pero anoche realmente estaba GRANDE, inmensa, espectacular. Tipazo, pelazo, vozarrón… Volcada con el público, y consigo misma. Ayer le habían comunicado su nominación (merecidísima) a los Grammy Latinos, y se la notaba contenta, entregada. Abrió el concierto con uno de los temas de su último disco (Guerra Fría), Vértigo, y a partir de ahí, fue mezclando los temas de este último trabajo con sus clásicos. Y todo esto, con una estupenda banda detrás, y con el respaldo de su voz, completamente espectacular. Grandes momentos (para mí) como cuando pude escuchar en directo su canción “Por una vez”, una de mis favoritas y en la que hace una exhibición vocal realmente IM-PRE-SIO-NAN-TE; su recuerdo de “Devuélveme la Vida” (sin Antonio Orozco); o ese fin de fiesta con una canción que es todo un himno, “Como una flor”.
En fin, no puedo decir mucho más, simplemente que fue uno de los mejores conciertos a los que he ido, no en sí por el recinto o los medios técnicos (el recinto suspende, de hecho, pero por los accesos a la zona), sino por la entrega y dedicación que tuvo Malú para que, en cada momento, todo el público disfrutara tanto como se veía que ella lo estaba haciendo. Mucho ánimo para ella, y mucha suerte en los Grammy.
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